La muerte del joven de 30 años tras recibir una puñalada altera la tranquilidad de La Albericia

«El sentir general en el barrio es de malestar», señalaban dos jubilados sentados en un banco cercano a la rotonda de La Albericia. Eso sí, querían dejar claro que el suceso «ha sido un caso aislado, algo que puede pasar en cualquier lado» porque «ahora es un barrio tranquilo, no como hace cuarenta años». En este sentido, una señora que subía por la calle La Gloria en dirección Emilio Díaz Caneja, explicaba que lleva seis años en La Albericia y que nunca ha tenido ningún problema: «Trabajo de noche y salgo a la calle de madrugada y nunca se ven peleas ni nada por el estilo».

El homicidio no pareció alterar, sin embargo, la rutina habitual en la zona. Tampoco en los bares del barrio, que ayer, jornada festiva en Cantabria, se encontraban llenos. En uno de ellos, un camarero se mostraba preocupado: «Es una pena porque el barrio tiene mala fama y estas cosas generan mala publicidad, lo que puede afectar negativamente a nuestros negocios».

En un estanco cercano al lugar donde se produjo el suceso, la señora que lo regenta se mostraba «muy apenada». «Era un chaval de aquí de toda la vida, los padres son clientes míos y son muy buenas personas. El chico era también muy respetuoso y es una pena que se haya ido tan joven».

Un vecino de los padres de la víctima cuenta que no dio crédito cuando se enteró de la noticia y otra mujer de mediana edad dice que ella lo vio todo «asomada a la ventana» y que «los dos hermanos se encontraban con la novia del fallecido en el momento en el que recibió la puñalada».

En el recorrido por La Albericia, varios amigos de Daniel que se dirigían al tanatorio explicaron a este periódico que «los atacantes fugados eran también del barrio» y que «todo el mundo les conoce, pero nadie va a revelar su identidad por miedo a posibles represalias».

La Policía Nacional prosigue su investigación para identificar, localizar y detener a los causantes de un suceso que ha conmocionado el barrio.