Las naves de la calle Castilla ya son historia

Lo que han tirado es la antigua residencia de vacaciones (en el 18-A), un edificio de mantenimiento (18-C) y uno de oficinas de Adif en el que en diciembre aún trabajaban 29 personas de la empresa (18-B). En la jerga del barrio, de toda la vida, «las naves de Renfe». La factura del derribo es de 280.000 euros y la pagará el Ayuntamiento, que también se encargará ahora de urbanizar la zona. El trozo comprendido entre los portales 25 y 33 si se toma como referencia la acera de enfrente. La parte comercial. En esa mano hay, entre otros, un Lupa, un par de bazares, una tienda de mobiliario y decoración y un centro de reparación de cristales de Carglass (además de cinco locales vacíos, muchos para sólo un par de manzanas).

Lo que tendrán delante cuando esté terminado será, según explicó el Ayuntamiento en su día, una zona de descanso. Un parque a lo largo de esos doscientos metros (y siete de fondo) con trece farolas, 22 bancos y 49 árboles. Separado por un cerramiento y vegetación de las vías del tren. Contando con la actuación que también ejecutarán en la acera, unos 2.000 metros cuadrados de superficie de los que -siempre según el Consistorio- unos 600 serán zona verde y 144 se destinarán a juegos infantiles.

Durante el derribo se ha trabajado en la redacción del proyecto con la idea de sacarlo a licitación este mismo mes para intentar empezar a trabajar sobre el terreno ya durante el verano. Ayer, la acera estaba cortada y también unos metros del carril de la carretera más cercano a las vías (justo después de la parada de autobús que hay en esa franja).

De liberación de espacios ferroviarios y de soterramiento de vías se lleva hablando años. En el vecindario suena casi a quimera. De forma más concreta, esta actuación estaba ya recogida en el protocolo que Fomento (entonces con Ana Pastor al frente), el Ayuntamiento (en el que como alcalde estaba el actual ministro, Íñigo de la Serna) y Adif firmaron en octubre de 2015.

El siguiente paso fue el convenio entre el Ministerio y el Consistorio en junio del pasado año. El primero se comprometía a trasladar a los empleados de Adif que aún estaban trabajando en las naves y el segundo, a ocuparse de la obra (que en julio ya salió a licitación). La UTE Palomera-Tirso se hizo con el contrato por esos 280.000 euros. La urbanización de la parcela saldrá, en principio, por otros 300.000.

Estos primeros 1.500 metros cuadrados son una pequeña parte de lo que incluye el plan en sentido amplio. La idea es liberar 84.600. Antes, ya sin las naves, habrá que ver terminado el parque.