Las personas sin hogar alzan la voz: «Necesitamos que nos miren y nos acompañen»

La iniciativa de Cáritas Diocesana de Santander coincide con el Día de las Personas Sin Hogar que se celebrará este domingo y pretende sensibilizar a la sociedad e interpelar a las administraciones públicas acerca de la realidad que están viviendo estas personas que no pueden acceder a su derecho a una vivienda digna y adecuada.

'Nadie sin hogar 2024' es la campaña que Cáritas ha lanzado este año bajo el lema 'Caminemos juntos'. Al finalizar la concentración, se ha leído un manifiesto que anima a la sociedad y las instituciones a «iniciar un camino juntos» para combatir el 'sinhogarismo'.

«Necesitamos que nos mires, que nos apoyes y que nos acompañes en el camino», resaltaron junto al cartel de la campaña y varios pares de zapatos colocados en medio de la Porticada, que simbolizaban su camino en solitario. Las personas sin hogar y los trabajadores que combaten este problema se dieron las manos y formaron un gran círculo.

Según el documento 'Estrategia de Personas Sin Hogar en Cantabria', se estima que en Cantabria hay entre 250 y 300 personas sin hogar (datos de 2021). La trabajadora social de Cáritas, Lara Mazorra, destacó en la celebración de este acto, la importancia de «facilitar los trámites burocráticos para que los 'sintecho' se puedan empadronar y así tengan acceso a sus derechos sociales, como la sanidad, una vivienda o prestaciones sociales».

Desde el año 1985, Cáritas tiene en marcha en Cantabria un proyecto específico dirigido a este colectivo que en los primeros seis meses de 2024 ha atendido a 28 hombres y 2 mujeres. Son cifras similares a las de los últimos años, en los que una media de 40 personas, en su mayoría varones de nacionalidad española, pasan por el programa.

«El sinhogarismo es una realidad dramática y dolorosa cuya cara más visible es la de los hombres, pero se hace aún más grave cuando son mujeres las que la padecen. La mayoría son víctimas de distintas formas de violencia que tienen su efecto directo en la vulneración de derechos que experimentan y, como consecuencia, las deriva a situaciones de calle y de sin hogar en unos contextos de mayor dureza, agresividad y desprotección», informó Mazorra.

Desde la entidad llaman la atención sobre las dificultades que existen actualmente para encontrar un alojamiento digno a un precio razonable. Pisos de estancia temporal, pensiones y habitaciones en viviendas compartidas son las fórmulas de alojamiento con las que Cáritas trabaja. Sin embargo, explican, cada vez es más difícil acceder a cualquiera de los tres modelos. «hace un par de años se encontraban habitaciones en pisos compartidos por 250 euros. Ahora, por menos de 350, lo que se encuentran son espacios que no cumplen con los requisitos mínimos de habitabilidad. En el mercado tampoco hay pisos de alquiler accesible. Pensábamos que después del verano esta situación mejoraría, pero no ha sido así y, en el caso de hostales y pensiones, lo habitual es encontrar plaza, pero solo de lunes a viernes, porque los fines de semana o los tienen reservados o incrementan el precio de las habitaciones», detalló Mazorra.

Cáritas ofrece una atención personalizada y un acompañamiento integral que no se limita a la búsqueda de alojamiento. «Aquí llegan personas que no tienen absolutamente nada. Nos ocupamos de facilitar su acceso a derechos sanitarios, jurídicos y sociales, entre otros. También tenemos en marcha distintos talleres y, en ocasiones, algunas personas son derivadas a recursos específicos fuera de la entidad», continuó Mazorra.

Actualmente, 15 personas participan en el taller de fotografía de Cáritas, 9 en 'Activa', el taller que incide en aspectos cognitivos, y 9 en 'Delfos', dirigido al autoconocimiento personal y emocional, y encaminado a desarrollar habilidades para gestionar la vida diaria. Además, cinco personas residen en el Hogar Belén, la casa de acogida para personas con enfermedades crónicas que no tienen una red de apoyo familiar y se encuentran en situación de exclusión social.