Una noche con la familia de la Cocina Económica
La Nochebuena más especial ·
Entre 150 y 170 personas cenarán hoy en el comedor más cálido de Santander, porque en este lugar nunca falta abrigoSecciones
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La Nochebuena más especial ·
Entre 150 y 170 personas cenarán hoy en el comedor más cálido de Santander, porque en este lugar nunca falta abrigoLa misa se celebrará a las seis y media. Habrá un Belén viviente y, como otros años, los protagonistas serán los miembros de una familia de las que acude normalmente al economato. Una que tenga, claro, un recién nacido. Y, en este caso, el niño ... Jesús «será Jesusa», bromean. Tocó así. «Aquí la perspectiva de género la contemplamos hasta en el Belén». Un bebé de dos meses. Luego, terminada la eucaristía, pasarán al comedor que han estado adornando durante la semana con guirnaldas y objetos que hicieron en los talleres ocupacionales. Serán «entre 150 y 170 personas, aunque en estos días nunca se sabe». Fallan algunos de los habituales, que en una noche tan especial encuentran otra mesa y gente con la que compartir. Pero volverán otros que, por suerte, ya no necesitan recurrir al comedor a diario porque son autónomos y enderezaron su situación, pero que en estas fechas están solos. «Nos consideran su familia». En el menú, de entrante, langostinos cocidos con mayonesa. Luego, una sopa de marisco como anticipo del segundo plato, salmón a la naranja. Y para el postre, además de compota de manzana, dulces navideños que vienen en un paquetito que han preparado los niños de Los Salesianos y que incluye una felicitación. Habrá rifas, photocall... «No es solo comer, también es una pequeña fiesta. Hay más vidilla que un día normal».
Langostinos cocidos con mayonesa como entrante. De primero, sopa de marisco. De segundo, salmón a la naranja. Con Compota de manzana y postres navideños como cierre
El entrante será de jamón y queso. Habrá coliflor gratinada de primero y cordero estofado de segundo. Y para rematar, postres navideños y naranja.
Es el resumen de lo que se vivirá esta noche en la Cocina Económica de Santander. La Nochebuena es, para ellos, la noche más especial del año. Y lo preparan con todo el cariño.
Sor Clara Gallego, Jesús Castanedo y Luz López, el equipo directivo de la institución, se sientan en una mesa para explicar a El Diario todo lo que tienen previsto. Fue el pasado jueves y estaban ultimando los detalles. En la cocina, Priscila andaba preparando las recetas del día (porque esto no para) y Sor Ángela estaba pendiente de la despensa y de las cámaras de frío –por ella no pasan los años–.
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«Los menús los preparamos con tiempo, pero luego hay que estar pendientes de las donaciones». Todo lo de estos días llega así, en donaciones. «El otro día hablaba con alguien que colabora y me preguntaba '¿cómo hacemos este año? ¿El cordero, los langostinos...? ¿Con 3.000 euros hacemos lo grueso?' Yo le decía que lo que pudiera porque, como receptora de una donación, es violento dar respuestas», cuenta Sor Clara de forma sentida. Con un agradecimiento real al que colabora, sea con un céntimo o una cifra con muchos ceros. Y, por suerte, hay particulares, empresas proveedoras... «Muchos quieren colaborar expresamente en estas fechas». Igual que los voluntarios. La Navidad multiplica los ofrecimientos. Hasta la Fundación LaLiga –sí, la de fútbol– ha echado un cable en este 2023.
Los menús especiales de estas fechas se elaboran íntegramente gracias a las donaciones
Habrá misa a las seis y media, Belén viviente, la cena y una pequeña fiesta con rifa incluida
Hoy acudirán personas que han conseguido mejorar su situación, pero que están solas
Hay menú especial en Nochebuena, pero también en el resto de fechas señaladas. Para la Navidad, cordero estofado como plato estrella. En Nochevieja toca, entre otras cosas, gambón en salsa marinera y lomos de bacalao en salsa vizcaína. A día siguiente (Año Nuevo) prepararán un redondo de ternera asado en salsa de manzana y para Reyes tienen previsto una ensaladilla con langosta en salsa rosa, costillas adobadas y roscón.
«La gente es más sensible en estas fechas», insisten. Tanto es así que los responsables reconocen que «un alto porcentaje de la recaudación de todo el año» llega durante las fiestas.
–¿Y cómo están las cosas?
–Siempre me parece que van bien porque la gente da lo que puede y eso ya hace que me parezca todo bien. Pero, además, no es sólo lo que dan, es que tienen cariño por la casa. Cualquier cosa que se organiza (festivales, conciertos...) se acuerdan de nosotros. Llevamos 115 años y nosotros sentimos que aquí se nos quiere. Y agradecemos todo.
Sor Clara habla de las donaciones, de la solidaridad. Porque al preguntarle por las necesidades el discurso es otro. En la mente de todos están las largas colas durante la pandemia. ¿Han mejorado las cosas? Los tres hablan. «Igual en verano hubo un descenso porque con el turismo hay más empleo en la hostelería. Pero ahora hay otro repunte». No ven gran diferencia, grandes bajadas. «El tema del trabajo es complicado y está viniendo gente inmigrante que tiene dificultades para encontrar empleo hasta que pueden arreglar sus papeles». Dicen, de hecho, que aunque los datos mejoran en el informe de pobreza, allí acuden los que se encuadran en la pobreza severa. «Y ahí no notamos mejoría».
Hablan de la Ley de Extranjería, de cómo afecta la inflación a los que peor lo pasan o del problema de la vivienda (del alquiler) –que ahora es una amenaza tan preocupante como la del empleo–. Problemas. Su playa –porque lo que hacen aquí son muchos granos de arena– es la cocina y el comedor. Pero también el centro de día, el economato, los talleres ocupacionales, la empresa de inserción, los 23 pisos tutelados, el acompañamiento médico, el servicio de higiene y lavandería... Sin parar, porque para celebrar el año nuevo pondrán en marcha un residencia que hará las veces de centro de acogida... El edificio es muy grande, pero la buena labor no les cabe dentro.
Háganse cargo, señores lectores. El año pasado atendieron a más de 3.500 personas. Casi 110.000 servicios de desayuno, comida y cena. O más de mil familias (con 633 menores de doce años) en el economato. Bien merece que esta noche alguien brinde por los 21 trabajadores, las quince religiosas, las dos empresas externas y los más de cien voluntarios que hacen posible todo esto a diario. Y, por supuesto, por los que se sentarán a la mesa en el comedor.
Feliz noche.
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