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Imagen del edificio en el que estuvo la oficina de Novo Banco en Santander JAVIER COTERA
Novo Banco restringe la culpa de la presunta estafa a la labor en su oficina de Santander

Novo Banco restringe la culpa de la presunta estafa a la labor en su oficina de Santander

Un alto cargo niega que la entidad tuviera conocimiento y que haya un blanqueo de capitales. También anuncia el encargo de una segunda investigación interna

Sábado, 19 de febrero 2022, 07:34

En el culebrón en que tiene pinta de convertirse la causa por la presunta estafa a un numeroso grupo de clientes de la oficina que Novo Banco tuvo en Santander, esta semana tocó un episodio importante. La entidad financiera, en calidad de investigada, estaba citada para declarar y envió a uno de sus más altos cargos en España para responder. Fueron, en total, cerca de cinco horas de declaración. Lo más destacado, que insisten en negar que tuvieran conocimiento de las irregularidades que se cometían aquí y que niegan, como apuntaba Hacienda en un informe, la posibilidad de que, por omisión en el control de la actividad, se haya podido cometer un blanqueo de capitales. Pero la declaración del ejecutivo sirvió también para conocer que han encargado una segunda investigación interna (otro informe forensic) o que no están muy conformes con lo que decía una auditoría que ya advertía de prácticas presuntamente irregulares en 2018.

La sensación entre buena parte de los que escucharon la declaración del alto cargo de Novo Banco es que, dada su incorporación al puesto relativamente reciente (después de los hechos), no se manejaba con soltura en el relato. Eso sí, tenía claras las líneas básicas de su testimonio. Ante las preguntas por las dudas que presentaba la actividad de la oficina reflejadas en una auditoría interna mucho antes de que se denunciaran los hechos -lo que supone que tenían conocimiento-, básicamente manifestó que no estaban de acuerdo con el contenido. En ese sentido, el mensaje que marcó toda su intervención es que no eran conscientes ni conocedores de lo que pasaba. Y eso, en la práctica, supone cargar toda la responsabilidad sobre los que trabajaban en la antigua oficina de Santander. Era, según Novo Banco, cosa suya. Encabezados por Jacobo Vidal, el principal investigado (y el que denunció los hechos al, posiblemente, verse ya acorralado), pero también con la posible ayuda de varios de su excompañeros. Algunos figuran ya, de hecho, como investigados, aunque el banco, curiosamente, ha dejado fuera de esa categoría al que ejercía como director.

En su declaración expresó, a grandes rasgos, que el banco enviaba mensualmente las posiciones a los clientes con todos los productos. Es decir, que tenían capacidad de conocer sus posiciones reales y, de haberlas, las pérdidas. Este aspecto choca directamente con el testimonio de las víctimas -y aquí, justo, reside la presunta estafa que denuncian-. Ellos relatan como Vidal les entregaba «con sello y en papeles de Novo Banco» los informes de posición, pero con una información que ocultaba la realidad, algo que ellos desconocían. Les decían que tenían un dinero que ya no tenían y «nadie sabía que esos informes eran falsos».

El directivo de la entidad, que comparece en calidad de investigada, declaró este pasado lunes

EL JUZGADO

Puestos a hablar de discrepancias, la entidad y los afectados tienen visiones muy distintas de la cantidad de dinero objeto de las presuntas irregularidades. Los números que maneja la firma inclinan la cifra hacia los 15 millones de euros, mientras que las víctimas la acercan hasta los 45. Una y otra conclusión parten de los datos recogidos en un informe forensic encargado por Novo Banco (una investigación interna hecha desde fuera que se hace en el seno de una compañía para esclarecer determinados asuntos). Lo que dijo el alto cargo de la entidad es que tienen previsto encargar un segundo estudio de este tipo.

El depósito, en el aire

Y, hablando de cifras, aún está pendiente una decisión de la jueza que lleva el caso respecto al depósito que se ordenó a Novo Banco que depositara en el juzgado. Un dinero para garantizar que lo hay si toca pagar. En total, 19,5 millones. El banco presentó un aval de sí mismo, algo que no convenció a los afectados (creen que si era para garantizar el dinero, con el aval se quedan igual). Queda pendiente que la magistrada decida si ese documento es o no suficiente.

Es uno de los muchos flecos que aún quedan en una causa que se prevé larga. Entre las víctimas, de hecho, cunde cierto «desánimo y decepción».

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