Secciones
Servicios
Destacamos
Dicen, y muestran informes de los expertos e imágenes que así lo atestiguan, que hay lubinas, rayas, esponjas, erizos y hasta estrellas de mar. Y defienden el valor medioambiental de la estructura construida hace ya más de tres años. Estamos hablando del espigón de la ... playa de La Magdalena, la obra que pretendía proteger la playa de la erosión a la que la somete la fuerza del mar y que se quedó a medias por culpa de los intereses políticos. Y divulgan su importancia medioambiental y de creación de vida marina para defender su mantenimiento y evitar que sea desmontado. Son los miembros de la plataforma Sesma (Salvar el espigón es salvar La Magdalena). Escollera, por cierto, que han bautizado con el nombre de Cioli, uno de los personajes más populares de Santander, ya fallecido, y que se hizo famoso por los numerosos salvamentos que realizó en la playa santanderina.
El espigón ha cumplido «un doble objetivo», aseguran desde la plataforma ciudadana: «Ha recuperado arena para la playa de La Magdalena y ha regenerado la biodiversidad, con nueva flora y fauna, con abundantes especies que antes no se veían», como demuestran con un audiovisual realizado en colaboración con técnicos medioambientales, buzos de recreo y pescadores. Y enumeran las especies que se pueden apreciar en él: lubinas, salmonetes, jargos, carpas, mantas rayas, lenguados, aligotes, panchos, julias y bogas. Y documentan centollos, nécoras y quisquillas. También estrellas y erizos de mar. Y, por supuesto, caracoles, mejillones y lapas. Sin olvidar los pulpos y calamares.
La riqueza del fondo marino que ha surgido debe su origen a la alta variedad de algas que han proliferado en las rocas del espigón y que son el alimento que ha atraído a estas nuevas especies que ahora habitan la zona. Allí desovan, generando todo este nuevo paraíso para el buceo en Santander.
Con la documentación aportada, la plataforma defiende que «es necesario que el Gobierno central proteja, respete, garantice y promueva los derechos ambientales» y -según su argumento- esto pasa por mantener el espigón, porque «desmantelarlo supondrá acabar con la abundancia de la nueva vida acuática que se ha establecido en este lugar». La plataforma insiste en que «el Ministerio debe garantizar que los ciudadanos podamos ejercer nuestro derecho de disfrutar y tener accesibilidad a esta escollera, que es un agregado de rocas imbricado en el medio paisajístico, asumido ya por la mayoría de los santanderinos».
El proyecto de los espigones se desarrolló en base a un estudio elaborado por el Instituto de Hidráulica, que planteó estas estructuras como única solución a la fuga de arena de la playa y evitar con ello los rellenos de arena cada año. Del proyecto solo se llegó a levantar uno de los dos espigones, con un resultado favorable en cuanto a la acumulación notable de arena frente al Balneario y, como ventaja colateral, la aparición de una nueva playa al oeste, conocida popularmente como 'neoplayuca'.
«Si se retira la escollera, también desaparecerá la 'neoplayuca' y otra incipiente al este, así como el importante depósito extra de arena acumulada frente al Balneario y el resto de la playa en general», explica Jesús Casares, miembro de Ciencias Médicas de Cantabria y también de la plataforma. «Es nuestro deber defender nuestro patrimonio físico, ecológico y sentimental», dice, y apela «al espíritu de la ciudadanía y la inexcusable responsabilidad de la clase política para reconsiderarlo y retomar el diálogo con objetividad y amor a nuestro terruño», afirma.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.