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Las obras para la reordenación de la lámina de agua de la dársena de Molnedo de Puertochico avanzan a buen ritmo. Tras finalizar la fase ... de la hinca de los pilotes -es decir, la cimentación-, ahora los trabajos se centran en colocar los pantalanes flotantes que servirán como punto de atraque para embarcaciones deportivas. Una inversión millonaria que corre a cargo, en su totalidad, de los socios del Grupo Deportivo de Mar y de la Agrupación Deportiva Cultural Molnedo a cambio de la concesión por parte de la Autoridad Portuaria de Santander (APS).
Un millón de euros es la cantidad que han tenido que reunir entre ambas asociaciones para poder sacar adelante la reordenación de la dársena de Molnedo. Medio millón cada una. Una cifra elevada que se han visto «obligadas» a asumir para no perder la concesión de la APS. Así lo explica el presidente del Grupo Deportivo de Mar, Leopoldo Lorenzo Bernardos: «Nos han renovado la concesión porque hemos acometido esta obra. De hecho, nos han otorgado los años en función a la cantidad de dinero que hemos invertido. No nos quedaba otra». Lorenzo incide en que «es una obra que se ha hecho exclusivamente para los socios». Para los que ya lo eran, porque «no hay más sitio». De hecho, una de las partes más complejas del proyecto ha sido generar hueco a todos los barcos de las asociaciones, que en total suman 213. De media, cada socio ha tenido que desembolsar 5.000 euros en la derrama, a parte de pagar la cuota de siempre. Algo que ha supuesto «un gran esfuerzo» para muchos. «Parece que tener un barquito es una tontería, pero hasta que no te metes en el mundillo no sabes lo que conlleva». Tanto es así que alguno de los socios no ha podido asumir el importe de la derrama y, «lamentablemente», habrá consecuencias para ellos porque «no es justo para el resto». Sin embargo, más allá de esto, el esfuerzo «ha merecido la pena». «Estamos en Puertochico y es un lujo tener un barco aquí», reconoce. Al fin y al cabo es invertir en algo que van a disfrutar, al menos, durante doce años más, que es lo que dura la licencia.
Esta obra, además de servirles como 'trato' con la Autoridad Portuaria para continuar con la concesión, también era «necesaria». Aportará más seguridad. «Antes todo era precario y muy viejo. Había muchos riesgos. A partir de ahora no vamos a tener ningún problema de nada», explica Lorenzo. Algo en lo que coincide el presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz, que ya explicó que estos trabajos sirven «para mejorar la seguridad tanto de los usuarios como de las embarcaciones amarradas y la operatividad dentro de las instalaciones». Además, las obras, adjudicadas a la empresa Amilibia Marinas, suponen la eliminación de muertos, trenes de fondeo y todo tipo de estructuras sumergidas. Asimismo, abarcan el proceso de canalización del suministro eléctrico y la mejora del control de accesos, que es «lo último que queda para finalizar el proyecto».
Las dos asociaciones han trabajado conjuntamente, sobre todo en la parte más gruesa de la reordenación, que ha sido la hinca de los pilotes. Ahora, seguirán haciéndolo pero de una forma más distendida porque «hay que entender que son dos agrupaciones diferentes y cada una tiene sus prioridades». Los trabajos comenzaron el pasado mes de diciembre y se estima que concluyan a finales de mayo. Aunque el presidente del Grupo Deportivo de Mar cree que terminarán antes. «Puede que incluso en abril», vaticina. Hay que tener en cuenta que ha habido un pequeño retraso, precisamente, por la complejidad de la instalación de los pilotes. «Esa parte ha sido difícil. Todo lo que hay en el fondo del mar es piedra y costó mucho anclar los cimientos ahí. Algunos se torcían y había que enderezarlos», explica Lorenzo.
El 15 de octubre del año pasado la dársena de Molnedo quedó libre de barcos. La primera acción fue quitar «todo lo viejo que había», sobre todo los muelles. En esta parte inicial del proyecto también tuvieron que intervenir los buzos para limpiar todo lo que había en el fondo y retirar los cabos de amarre. Dos meses de trabajos que dieron paso a la fase del pilotaje, la más rauda tal y como adelantaban estas líneas. Ahora, las labores -bastante avanzadas- se centran en la colocación de los pantalanes flotantes, que en total son diez, la mitad para cada asociación. «Esto es como la construcción de una casa. Primero te centras en la obra: construir las paredes, alicatar, etc. Después es cuando compras los muebles. Esa es la fase en la que nos encontramos ahora: amueblar la dársena», expresa el responsable del Grupo Deportivo de Mar.
Estos trabajos suponen el fin de la reordenación de la lámina de agua de la dársena de Molnedo de Puertochico. Un proceso que comenzó en el año 2022 con las obras del Club Deportivo Amigos de Puertochico en sus instalaciones de Molnedo y con la sustitución del rompeolas flotante que protege la dársena por parte del Real Club Marítimo de Santander.
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Ana del Castillo
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