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Tras cerca de dos años de trabajos y una inversión que supera los 20 millones de euros, la nueva sede territorial de la entidad financiera ... Banco Santander ya es una realidad. El edificio histórico ubicado en la calle Hernán Cortés, uno de los inmuebles más emblemáticos de la ciudad, ha sido sometido en este periodo a una reforma integral, con especial cuidado en la rehabilitación de su fachada, de acuerdo a un proyecto de los arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz (autores, entre otros, del Wanda Metropolitano de Madrid, la restauración del Risjksmuseum en Holanda, o las estaciones de ferrocarril de Basilea y Sevilla). La aplicación de nuevas tecnologías, la luz que ha vertebrado las decisiones y soluciones arquitectónicas priorizan los espacios abiertos y diáfanos y, entre ellos, la habilitación de una cubierta-mirador de más de 800 metros cuadrados. Son las señas de identidad de una intervención que ha pretendido otorgar «un nuevo uso más unitario que el de su última configuración». El antiguo Banesto en Hernán Cortés, tras su rehabilitación, tendrá su inauguración oficial mañana, viernes, aunque la apertura de sus servicios al cliente no se ha fijado hasta la primera quincena de septiembre. Una oficina comercial, una de banca de Empresas y de Banca Privada y todos los servicios centrales de la Territorial de la región configuran el contenido del edificio remodelado.
La reforma, que prácticamente finalizó esta pasada primavera, está integrada en el proyecto global de Faro Santander, la conversión del antiguo inmueble del Paseo de Pereda que prosigue sus obras previsiblemente hasta 2025. El inmueble de la calle Hernán Cortés, 11, ha sido sometido a una profunda transformación. Y los 2.000 metros cuadrados de su fachada han sido objeto de una restauración de sus elementos funcionales, decorativos y arquitectónicos.
En lo que se refiere a superficie, el edificio principal abarca 4.000 metros cuadrados. La edificación ha sufrido diversas mutaciones en el tiempo, pero mantuvo la claridad de su estructura de pilares de fundición en torno al patio. El proyecto abordado en estos dos últimos años ha reforzado la verticalidad del patio y la claridad estructural del edificio.
Alfonso Ráez, director corporativo de Inmuebles de la entidad, explicó que el proyecto recobra el valor patrimonial del edificio, al tiempo que lo ha adecuado a las nuevas necesidades del banco. «Una cosa va en paralelo a la otra». El exterior conserva su imagen de bloque representativo y su fachada es uno de los elementos más singulares. Gracias a la restauración milimétrica que se ha realizado, se han mejorado los detalles puramente arquitectónicos y característicos del manierismo italiano: «Almohadillados, cornisas y adornos de diferente índole». Las plantas del edificio conservan el patio octogonal, convertido en un gran pozo de luz desde la corona hasta el subsuelo. El edificio, que se remata en cubierta con un 'chandelier', ha generado un espacio polivalente que permitirá ser utilizado como área de descanso, charlas y presentaciones o para actos sociales de empresas o firmas que los soliciten siempre con una afinidad ad hoc a la sede que lo alberga.
El estudio de los prestigiosos arquitectos sevillanos se ha encargado de esta actuación, que conlleva nuevas tecnologías y la aplicación de criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. En el proceso inicial, al igual que en el Paseo de Pereda, se procedió al vaciado completo del inmueble.
El interior conserva la estructura compuesta por pilares de fundición original y un patio octogonal en el centro. Esta estructura se erige como otro de los elementos singulares con un importante valor arquitectónico e histórico. Las instalaciones, presentadas ayer a los medios, destacan por lo diáfano de los espacios y su transparencia, el protagonismo de la luz natural es máxima y permite «comprender de una vez el edificio completo a través del patio vertical».
La remodelación, en la que han trabajado más de 150 empresas, ha puesto el foco en resaltar los elementos arquitectónicos que poseían más valor, caso de los pilares de función existentes, sobre los cuales se ha aplicado una estructura nueva. Hay elementos del antiguo inmueble que se han conservado y restaurado, caso de diversas puertas, además de la intervención espectacular completa sobre la fachada, teniendo en cuenta todas las implicaciones de eficiencia energética.
El inmueble tiene la certificación Internacional Breeam Excepcional, que lo acredita como «el edificio más sostenible que se puede construir actualmente». Un sello que se traduce «en el uso de materiales sostenibles, con el consiguiente beneficio a la economía local, el menor impacto posible para vecinos y trabajadores y la garantía de uso en condiciones higiénico-sanitarias y de calidad de aire excelentes para las personas que trabajarán y visitarán el edificio en el futuro».
Una sede diáfana y eficiente para el futuroVer 13 fotos
En lo funcional la nueva distribución presenta una planta semisótano y planta baja que están destinadas a banca comercial y el workcafé en paralelo que servirá para que clientes y no clientes puedan establecer relaciones de trabajo con empresas en espacios amplios y diáfanos, de gran calidez y complementados con salas de reuniones. En la planta primera se ubicará la oficina de empresas, en la sgunda sala parte de la dirección territorial y la tercera para empresas.
La oficina territorial se instalará en el edificio en la primera quincena de agosto y la apertura al cliente se concretará en una fecha durante la primera quincena de septiembre. Se cifra en más de un centenar las personas que trabajarán en la nueva sede del Banco. La fachada, en la que se ha trabajado más de cuatro meses, junto a la parte estructural del edificio, estaba bastante dañada. En la actual transformación se manejaron 3.100 metros cuadrados de forjados y 5.000 de ladrillo cerámico y tabiquería.
«Todos los elementos de valor del antiguo edificio se han mantenido o reinterpretado, caso de las cajas de lo que fue el patio de operaciones». Hay otros elementos recobrados con destino a la colección interna de la entidad.
Manuel Iturbe, director Territorial de Cantabria y Asturias del Banco Santander, sostuvo que el remodelado edificio «cumple las necesidades de la modernización y el avance hacia el futuro con una oficina polivalente absolutamente abierta al cliente y a la sociedad». Y aglutinará todos los negocios especializados ubicados en diversas dependencias de la ciudad. Asimismo, las dos oficinas de banca privada del Paseo de Perea y Hernán Cortés quedarán ahora fijadas en un espacio único con salas de reuniones y el cliente podrá acceder a todas las salas y a los espacios generados en la parte alta, caso de la cubierta como área de trabajo pero también espacio abierto destinada a que cualquier asociación empresarial que desee utilizarla. «El banco mantiene su política de apertura de workcafé y el del edificio reformado será uno más, sin que implique el cierre de otros ya existentes», matizó Iturbe.
Los nuevos espacios y modos de negocio, que priorizan lo digital y las nuevas tecnologías, propicia el aspecto diáfano de las nuevas instalaciones. Ni aparatos de telefonía fija ni ordenadores ni mobiliario personal a excepción de una serie de taquillas no visibles a la mirada pública.
El proyecto
Historia La antigua sede del Banco Mercantil (luego Banesto) es un proyecto de 1900 del arquitecto Casimiro Pérez de la Riva.
El proceso Nueva sede territorial del Banco Santander en Calle Hernán Cortés 11. Las obras se han prolongado durante dos años y la inversión supera los 20 millones de euros.
En datos Solar: 807 m2. Edificio principal: 4.026 m2. Arquitectos: Cruz y Ortiz. Colaboradores: Blanca Sánchez, David de Cos, Helena Fuentes, Javier Gonzalez y Sergio Mota.
Históricamente, el edificio con más de 120 años de existencia tenía un uso mixto: el primer piso y el sótano estaban destinados a oficinas, mientras que los pisos superiores se usaban como vivienda de los propios trabajadores del banco. Pertenece al 'estilo francés moderno' que se desarrolló en Cantabria a finales del XIX y se caracteriza por una mezcla de diferentes estilos como el Renacentista, el Manierismo o el Barroco. Las cornisas, las molduras, los balcones o las torretas de las esquinas, que han sido restaurados, son algunas de las formas características de este lenguaje, que convierten a la fachada en una de las principales referencias de este estilo. El banco Mercantil se creó en 1899 y lo hizo en gran medida en el seno de Banco Santander, ya que fue fundado por accionistas y consejeros del Santander.
El edificio ahora remodelado ha sido siempre sede de bancos, salvo en los años veinte que albergó la Diputación Provincial. El proyecto de 1900 es obra de Casimiro Pérez de la Riva. Los interiores fueron reformados en 1913 por Javier González de Riancho, que se basó en las nuevas tendencias del Art Nouveau. En 1945, Santander y Banesto compitieron por el Mercantil. Finalmente, fue la santanderina quien lo adquirió, pero tuvo que ceder el edificio a Banesto. Esta operación convirtió al Santander en líder y le dio escala para crecer en otras zonas del país e incluso en el extranjero.
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Ana del Castillo
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