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En paralelo a la ubicación de una escultura conmemorativa del 50 aniversario del Concurso Internacional de Piano de Santander, Paloma O'Shea, el trayecto ... que conecta, a modo de paseo el Palacio de Festivales y la plaza de la Naves de Enaire está prácticamente ultimado. El área reurbanizada, fruto de un proyecto impulsado por Vicepresidencia, se singulariza en el respeto histórico por la antigua acera de los astilleros, con la colocación en el tramo de unas losas de piedra, y la creación de una lámina de agua. El paseo generado sirve de frontera con el aparcamiento y de conexión entre ambas infraestructuras culturales. La iniciativa, que ha sufrido algunas demoras, se remonta al verano de 2021 tras la apertura de las naves de Gamazo como sede de la colección Enaire.
A falta de detalles en el acondicionamiento, la reordenación entre los inmuebles de Gamazo está encauzada. No obstante, por el momento no está previsto un acto de inauguración oficial. La intervención de la zona tampoco es el resultado de un objetivo aislado, sino de la apertura ciudadana de espacios vinculados a edificio de Sáenz de Oiza.
Vicepresidencia, según ha reiterado a lo largo del presente año, planificó una inversión de dos millones de euros en la modernización y creación de áreas específicas. Una de las iniciativas más llamativas consiste en abrir el edificio a la bahía con un mirador turístico y celebrar exposiciones en la actual terraza. La actuación más llamativa contempla convertir el techo de la sala Argenta -en una de las cubiertas de la fachada sur- en ese gran mirador. El proyecto se completaría con el acceso a una de las torres que coronan el edificio para que la visión del paisaje sea de 360º.
El vicepresidente y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga ha concretado en varias ocasiones esta zona prioritaria de intervención y la correspondiente inversión. Su objetivo: «Un paseo con una lámina de agua y una futura área expositiva para romper el impacto del aparcamiento, respetar la antigua acera de los astilleros, con la colocación de losetas de piedra, y preservar uno de los valores históricos de esta zona. Un espacio que «tiene un origen industrial hasta su transformación hoy en foco cultural, con el Palacio de Festivales, la Fundación Enaire y el acceso al Museo Marítimo del Cantábrico».
El pasado mes de septiembre Vicepresidencia abría al público la terraza 'Carmen Amaya' del Palacio de Festivales dedicada a la afamada bailaora por sus vínculos con la ciudad y con Cantabria. La terraza, anteriormente conocida como 'La lonja' rinde homenaje a un «talento extraordinario de las artes y de la cultura y a una gran mujer».
En los últimos años se han abordado diversas intervenciones que han transformado notablemente el entorno. El Palacio tiene en su fachada este unas puertas que carecían de espacio urbano de acceso, de modo que se abrían casi directamente al aparcamiento. El estacionamiento ha tenido una excesiva presencia en el paseo y el frente de la bahía. La reurbanización ahora casi ultimada, en la parte inferior del parking y en contacto con la calle Severiano Ballesteros, partía de ese doble objetivo: «Crear un espacio urbano de acceso y estancia, y reducir la presencia del aparcamiento». El nuevo espacio se define en continuidad con el del acceso a las Naves de Gamazo, pero intencionadamente posee un diseño autónomo.
La intervención actual ha sido acometida por el estudio Fernández Abascal & Muruzabal con la colaboración de GFA2, responsable de la rehabilitación de las naves de Gamazo, actuación que mereció uno de los premios de arquitectura de la comunidad.
El presupuesto de adjudicación de las obras se cifró en cerca de 400.000 euros. El diseño del nuevo espacio público contemplaba inicialmente una banda verde y florida, que delimita el espacio y contribuye a ocultar los vehículos. «Apoyado en el límite de esa banda se construye un muro lineal de piedra, bien orientado, que sirve de lugar de descanso y reunión. Y el plano de la nueva plaza se pavimenta con el mismo adoquín de piedra caliza blanca que el espacio contiguo. Uno de los elementos que aporta más singularidad radica en que los parterres con flores se sustituyen aquí por esa fina lámina de agua con un fondo de adoquín de piedra caliza negra. La delimitación se resuelve con unos bolardos pétreos que impiden el acceso de los coches y unos altos báculos.
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