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Los aficionados a la pesca han ganado con el espigón de la Magdalena un nuevo punto donde echar sus cañas al mar y obtener buenos resultados. A las rocas que conforman el dique construido en 2018 para frenar la pérdida de arena se han adherido algas, caracolillos y mejillones, alimento de peces. Y por ello, el espigón es un punto que reúne a los pescadores que habitualmente frecuentan la playa conocida como La Fenómeno, la zona del Museo Marítimo o Puertochico.
El dique está desde su inicio envuelto en polémica por su impacto visual y medioambiental y ahora que se aproxima su retirada, según ha anunciado el Ministerio de Transición Ecológica, también genera controversia y malestar porque «destruirá la vida marina que ha proliferado en el entorno», según destaca el investigador del Instituto de Hidráulica, César Vidal, centro que propuso dos espigones, entre otras medidas, para solucionar la fuga de arena.
César Vidal | investigador del IH
Pescadores y buzos frecuentan la zona a diario. «Salvo los días que sopla mucho viento sur, que pega fuerte, el espigón se llena de pescadores que capturan en abundancia», asegura Fermín Ramón, del club Náutico La Horadada, en el Balneario de La Magdalena.
Saltando de roca en roca han llegado hasta la punta del dique Dani y Oscar, dos pescadores que han colocado sus sillas plegables y lanzado sus cañas en una mañana soleada. «Aquí hay mucha pesca. Hemos sacado lubinas y jargos, entre otros peces, y hoy ha estado por aquí toda la mañana, acompañándonos, una foca. Por eso, cuando dicen que el espigón afecta negativamente al medio ambiente lo pongo en duda puesto que mi experiencia me dice lo contrario, se ha generado mucha vida marina».
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Los buzos que por trabajo industrial se han sumergido en la zona señalan lo mismo: «Se ha llenado de algas, anémonas y hay mucho alevinaje de peces que desovan en las rocas». Tal es así que la empresa de buceo Mourosub está tramitando los permisos para que el espigón sea un nuevo lugar donde realizar bautismos. Este centro de buceo deportivo que realiza inmersiones en la reserva marina de la isla de Mouro considera que «la proliferación de vida marina en el entorno del espigón lo convierte en un punto muy interesante para tener la experiencia de buceo y realizar bautismos para iniciarse en el mundo subacuático».
Fermín Ramón | Club Náutico La Horadada
El Ministerio de Medio Ambiente optó en 2018 por construir dos espigones para estabilizar las playas de Los Peligros y La Magdalena. Sin embargo, el proyecto se paralizó antes de terminar el segundo espigó. El ministerio de Transición Ecológica confirmó en octubre la retirada del dique existente, pero sin una fecha concreta.
«Quitar el dique es negativo desde el punto de vista medioambiental y la situación será desastrosa», opina César Vidal, del IH. «Evidentemente, ha mejorado muchísimo el hábitat de la zona. Es habitual para recuperar la pesca poner rocas naturales o artificiales porque crean huecos y distintos niveles que facilitan la diversidad de especies, sirven de refugio para los peces y ayudan a que un fondo arenoso se pueble de vida marina», explicó.
Vidal cree que «volver a lo de antes, a echar arena cada año, destruye muchas especies que se están asentando y al final nunca estableces un equilibrio». Además, recordó que «antes de que se retire el espigón se tiene que encargar un estudio de impacto ambiental y puede que sus resultados den las razones por las que se deba mantener».
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