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La transformación de la calle Cervantes avanza según el ritmo previsto desde el Ayuntamiento y ya se aprecian las mejoras. El primer tramo de acera, entre Jesús de Monasterio y la calle dedicada al bibliotecario Miguel Artigas, ya tiene nuevas baldosas en el lado este. ... Está formada por losas de granito de color gris cristal de 450 kilos de peso. Son piezas de 120 centímetros de lado y diez de grosor. Como explican desde la Concejalía de Infraestructuras, «máxima calidad». La obra avanza y en el puente de la Constitución estará la reforma concluida y reabierta en su totalidad la calle al tráfico peatonal y al paso de vehículos de forma restringida. Porque la calle será semipeatonal, con preferencia para el ciudadano y el tráfico a ritmo lento, como sucede en la última vía que el Ayuntamiento ha reformado, Peña Herbosa, con velocidad reducida a 20 kilómetros a la hora. En la nueva calle Cervantes el peatón será el rey, y el tráfico estará supeditado a su seguridad.
El próximo lunes se inicia la colocación de las grandes baldosas de granito en la acera oeste, lindando con la calle del Rubio y, días después, los adoquines de color rosa porriño. Las aceras y la calzada de adoquín estarán delimitadas por bordillos también de granito rosa.
La amplitud es lo primero que sorprende al peatón que ya transita por las aceras aún en hormigón y sin baldosas. En el tramo entre Jesús de Monasterio y Miguel Artigas, las aceras han duplicado su anchura -de 1,20 a 2,40 metros-. Ahora, como dice el concejal de Infraestructuras, César Díaz, «los peatones podrán discurrir con comodidad». En el tramo superior de la calle, desde Miguel Artigas hasta Cisneros, las nuevas aceras serán aún más anchas. «Es lo que se pretende con esta obra, que los vecinos puedan transitar más cómodamente, al tiempo que se mejora el aspecto general de la calle», insiste Díaz. Cuando concluyan los trabajos, las aceras tendrán 900 metros cuadrados de superficie de losa de granito. Una vez que el primer tramo de la calle esté con las aceras y la calzada acabadas se abrirá al tránsito peatonal sin vallas por medio.
Hasta el portal número 10 está prácticamente finalizada la renovación de la red de servicios subterráneos y ya ha comenzado la pavimentación de la calle, que está abierta en canal hasta el número 17, mientras los peatones caminan libremente por aceras sin levantar y calzada aún con asfalto antiguo. Como era previsible, los vecinos se resienten de las molestias generadas por las obras. «En algunos días no hemos podido ni meter los coches a los garajes», dice una residente de la zona. La incomodidad no solo afecta a los vecinos de Cervantes, sino también a los de barrios aledaños, porque se han complicado los accesos.
Así que en el calendario de los residentes, se cuentan los días que faltan (48) para el puente de la Constitución, cuando se da el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas y se desea que el comercio de la zona pueda atender con comodidad al público. La reforma de la calle de Cervantes está incluida en el mismo proyecto de la ya concluida mejora de la calle Miguel Artigas, con un gasto de 1,3 millones de euros de financiación íntegramente municipal.
El Ayuntamiento de Santander inició ayer las obras de desvío y renovación de la conducción de la red principal de abastecimiento de agua entre las calles Rosario Iglesias y Hermanos Calderón, en el barrio Primero de Mayo. Conllevan una inversión de 612.000 euros e incluirán la conexión posterior a la red de tuberías menores de Nueva Montaña.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, asistió al arranque de los trabajos y explicó que «este proyecto se enmarca dentro de la mejora constante de las redes de abastecimiento y saneamiento que el Ayuntamiento desarrolla en la ciudad para optimizar las condiciones de suministro a los vecinos». En este caso, se trata de solucionar los problemas de asentamiento que presenta este tramo de la red, que se corresponde con la línea principal de abastecimiento a Santander, y que, en ocasiones, tiene como consecuencia que se produzcan fugas o incluso la rotura de la tubería.
Igual señaló que, en el marco del canon anual de la concesionaria del servicio (la empresa Aqualia), se invierten cada año alrededor de 1,2 millones de euros en mejoras en las redes de abastecimiento y saneamiento.
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