El nuevo acceso al Puerto, casi a punto

En esta etapa precisamente, en espera de la orden de realizar las pruebas de carga de las estructuras que soportarán el peso del tráfico, se encuentra actualmente la obra, «muy avanzada», según constató el pasado 7 de julio el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda urbana (Mitma), Xavier Flores, durante una visita para supervisar los trabajos.

Aquel día, Flores, que acudió acompañado por el jefe de la Demarcación de Carreteras en Cantabria, Fernando Hernández Alastuey, destacó la «singularidad» de un enlace construido íntegro sobre estructuras (una glorieta elevada sobre la A-67 y las vías del tren que acceden al Puerto) con el que se aumenta la capacidad de los viales existentes, que se suprimen.

Por eso, y porque aun siendo una obra de menor tamaño en cuanto al espacio que abarca, «supone una gran inversión y una notable mejora de la movilidad», sobre todo en lo tocante a la accesibilidad al Puerto y a la Ciudad del Transporte.

Desde aquella visita hasta hoy, en estas tres últimas semanas, el proyecto ha recibido un importante empujón que le ha llevado a las puertas de su puesta en servicio, que se va a producir con no poco retraso.

Llamada a ser la solución que acabe con las retenciones que se producen en la entrada a la capital, la construcción del nuevo acceso terrestre al Puerto cántabro es la segunda obra en presupuesto de cuantas actualmente tiene en marcha el Mitma en la región después del ramal de continuidad de Torrelavega.

Según recuerdan los informes, este trabajo, que ha supuesto un desembolso superior a los 25 millones de euros, se planteó con un plazo de ejecución de 24 meses, y si bien la primera piedra se colocó en septiembre de 2018, las máquinas no llegaron hasta mayo de 2019.

Con la calculadora en la mano, esto quiere decir que desde que se colocó la primera piedra hasta hoy han transcurrido 46 meses, esto es, casi el doble del plazo previsto, y que desde que entraron las máquinas hasta hoy han discurrido 38. Y la construcción está inacabada.

Sea como fuere, habiendo comenzado en una o en otra fecha, esta gran rotonda elevada sobre las marismas en Nueva Montaña ya tendría que estar concluida, pero no ha sido así por dos razones fundamentalmente. Una, las dificultades que supuso encontrar una ubicación provisional a la Ciudad del Transporte como estacionamiento de camiones. Y otra, un modificado en el proyecto inicial que encareció el presupuesto de la obra en más de dos millones de euros.

Luego de salvar estos obstáculos y coger un poco de impulso, el nuevo acceso al Puerto santanderino empezó a brotar del papel hasta cobrar la forma que tan nítidamente se aprecia hoy y que a primeros de año daba a entender que su apertura se iba a producir en algún momento de esta primavera.

Pero tampoco fue en primavera, para contrariedad del Ministerio, que ya no se atreve a pronosticar la fecha, ni siquiera aproximada, en la que la infraestructura entrará en servicio.

Cuando lo haga, cuando abra, seguramente al acabar el verano, con casi dos años de demora, el nuevo acceso ayudará a mejorar la circulación en una zona que es clave tanto para el tránsito de turismos como de mercancías. Gracias a esta infraestructura, espectacular con su sola apariencia, se canalizarán todos los vehículos para su entrada y salida al Puerto de Santander a través de un acceso totalmente independiente y se reducirá el tráfico que discurre por los enlaces de Nueva Montaña y Raos.