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El Ayuntamiento ya tiene seleccionados los dieciséis nombres que suplirán las denominaciones franquistas del callejero de Santander. Entre ellos, hay relevantes figuras de ... la historia de la ciudad y de Cantabria, y también alguna cuya relación con la ciudad se da más bien de refilón, como Leonor de Plantagenet. Hay una importante representación de marinos que hicieron las Américas y coincidieron en la expedición Malaespina y un salto a la actualidad (al menos, al siglo pasado), con importantes figuras como el poeta José Hierro y el historiador José Luis Casado Soto. El Diario Montañés hace un repaso por las biografías de los nuevos protagonistas de las calles de Santander, que serán comunicados a los 16.000 vecinos que verán cambiar en las próximas semanas las placas de denominación de estas vías. Antes de eso, el cambio se oficializará en el pleno del próximo 24 de abril.
Entre los nombres seleccionados hay doce hombres (de diferentes ámbitos: historia, poesía, marina, arquitectura...), tres mujeres (una compartirá placa con su hermano y las otras dos pertenecieron a la nobleza y realeza), un lugar (Altamira) e incluso una referencia al más allá (Las Ánimas).
Benito Madariaga (1931-2019) fue el tercer cronista oficial de Santander y formó parte del Centro de Estudios Montañeses. Formado como veterinario, llegó a ser doctor y obtuvo en 1966 el puesto de preparador del Instituto Español de Oceanografía en el Laboratorio de Santander. También fue delegado local de excavaciones arqueológicas, miembro de la Real Academia de Doctores de España y corresponsal en Santander de la Casa Museo de Pérez Galdós y de la Real Academia de la Historia.
Casado Soto (1945-2014). Nacido en Santander, se licenció en Bellas Artes en 1970 y, seis años después, cuando se comenzó a construir el Museo Marítimo del Cantábrico, la Diputación le encargó el proyecto museológico. En 1978, pasó a ser académico de la Historia y sacó la oposición a la dirección del Museo, que se inauguró en 1981. Lo dirigió durante 35 años. Fue miembro del Centro de Estudios Montañeses y su presidente entre 1985 y 1989. Investigó la historia marítima, la de Santander y la de Cantabria.
Carmen (1925-2018) y su hermano Joaquín (1930-2013) nacieron en Santander y ambos fueron historiadores. Carmen centró su trabajo en la heráldica, la estructura social a lo largo de los siglos y las sagas familiares y genealogías. Joaquín fue sacerdote, historiador, arqueólogo y escritor y dirigió excavaciones en España y en Oriente Próximo. Destacan las excavaciones de los yacimientos de cueva de Morín y Juyo, en Cantabria, y las de El Khiam en el desierto de Judea, al este de Jerusalén.
García Guinea (Alceda, 1922 - Mompía, 2012) fue arqueólogo e historiador y uno de los mayores especialistas del mundo del arte románico y cultura medieval. Se licenció en Historia en Valladolid en 1947 y ese mismo año fue nombrado doctor por la Universidad de Madrid con Premio Extraordinario. Fue profesor en las universidades de Madrid, Valladolid y Cantabria, presidente del Centro de Estudios del Románico y director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria entre 1962 y 1987.
De Miera y Pacheco (Valle de Carriedo, 1713 - Santa Fe, Estados Unidos, 1785). Fue uno de los cartógrafos más importantes de 'la nueva España' (América del Norte y Central) y tenía experiencia en campos diversos: desde la astronomía al comercio, la ganadería, los idiomas o la pintura. Fue capitán y sirvió en cinco campañas militares y también trabajó como cartógrafo para la expedición de Domínguez y Escalante de 1776, donde produjo mapas que serían muy valiosos para exploradores posteriores.
Vélez de Escalante (Treceño, 1749 - El Parral, México, 1780) fue un misionero franciscano y explorador del suroeste de Estados Unidos. Dejó como legado valiosos diarios donde describe las expediciones en las que participó, entre ellas la fallida expedición desde Santa Fe a Monterrey (California). En este viaje atravesaron la actual Utah y allí hay varios espacios que tienen su nombre: el río Escalante, la ciudad de Escalante, el colegio de primaria Escalante y el instituto Escalante.
De Bustamante y Guerra (Ontaneda, 1759 - Madrid, 1825) fue un marino español, gobernador de Montevideo desde 1797 hasta 1804 y capitán general de Guatemala desde 1811 hasta 1818. También fue caballero de la Orden de Santiago. Uno de sus viajes más destacados fue la expedición Malaespina-Bustamante, en 1788, un viaje de la Real Armada de carácter político-científico por los territorios de ultramar del imperio español que se prolongó hasta 1794, cuando volvió a España.
De la Tova y Arredondo (Ruesga, 1760-1825) fue guardia marina desde 1773 y también participó en la expedición Malaspina que partió de Cádiz, con el grado de segundo comandante de la Atrevida (una de las fragatas de la Armada Española). Al retirarse del mar, ocupó posiciones administrativas entre 1819 y 1821, tales como las de regente del Valle de Ruesga y la de alcalde mayor de Riva, su pueblo natal. El manuscrito de su diario se encuentra en la Biblioteca Municipal de Santander.
Gutiérrez de la Concha (Esles, 1760 - Cabeza de Tigre, virreinato del Río de la Plata, 1810) fue un marino y militar español que llegó a ser gobernador de Córdoba del Tucumán. Destacó en el campo de la cartografía y participó (como muchos de esta lista) en la expedición Malaespina, dada la necesidad de realizar cartas hidrográficas de las costas de América y Filipinas. Gutiérrez de la Concha se centró en la cartografía del golfo de San Jorge en la Patagonia argentina entre 1794 y 1795.
Grumete de Cueto que participó en la primera vuelta al mundo. Partió desde Sevilla en 1519, cuando apenas tenía 15 años. De las cinco naves que iniciaron la aventura, solo la Victoria, capitaneada por Juan Sebastián Elcano, regresó. Juan de Santander empezó la travesía a bordo de la Trinidad pero volvió en el único navío superviviente. Tardó tres años y un mes en volver a Sevilla y allí, cuando le preguntaron su nombre, respondió: «Juan de Santander, de Cueto». De los 239 hombres que partieron, solo volvieron 18.
(Cantabria, 1365 - Valladolid, 1432) fue la única hija de Garci Lasso Ruiz de la Vega. Se casó con Juan Téllez de Castilla, con quien tuvo dos hijos (Juan de Castilla y Aldonza Téllez de Castilla) y, tras enviudar a los 20 años, contrajo un segundo matrimonio con Diego Hurtado de Mendoza, con quien tuvo cinco hijos (Garcilaso de la Vega, Elvira Laso de Mendoza, Íñigo López de Mendoza, quien fue marqués de Santillana, Gonzalo Ruiz de la Vega y Teresa de la Vega). Fue benefactora del monasterio de Santa Clara en Castrojeriz.
(Domfront, 1160 - Burgos, 1214). Aunque Plantagenet no tenía relación con Santander, su marido sí. Alfonso VIII, el rey de Castilla, concedió en 1172 a la inglesa -hermana de Ricardo Corazón de León- lo que entonces era un pequeño puerto que no llegaba a villa, a modo de arras en su boda, que después se convertiría en Santander. Como Leonor era heredera de la Aquitania francesa, este puerto fue un punto estratégico de comercio y en una herramienta más para expandir el poder de la Corona de Castilla.
(Santander, 1863-1939) fue un arquitecto y urbanista español y hermano de Fernando Lavín Casalís, alcalde de Santander entre 1892 y 1893. Fue arquitecto municipal de su ciudad natal desde 1892 hasta 1929 y uno de los edificios que diseñó para Santander fue el Parque Real Cuerpo de Bomberos Voluntarios, inaugurado en 1905. También diseñó la llamativa Quinta Guadalupe de Colombres (1906). Además de su trabajo como arquitecto, fue docente y dirigió la Escuela de Artes y Oficios de Santander.
(Madrid, 1922-2002). Aunque nació y murió en Madrid, se trasladó a Santander de niño. Fue un destacado poeta español, crítico de arte y académico de la Real Academia de la Lengua. Aunque empezó a estudiar para perito industrial, tuvo que interrumpirlo en 1936. Cuando la Guerra Civil terminó, fue detenido y permaneció en la cárcel hasta 1944, donde se volcó en su interés por la literatura. Al salir, fue una de las voces más representativas de la poesía social de la posguerra y recibió prestigiosos galardones como el Premio Cervantes.
En honor a la Cueva de Altamira, uno de los exponentes pictóricos y artísticos más importantes de la prehistoria. Descubierta en 1868 por Modesto Cubillas y estudiada posteriormente por Marcelino Sanz de Sautuola, esta cavidad natural ha sido excavada y estudiada durante décadas por los principales prehistoriadores. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. Aunque muchas asociaciones se decantaban porque General Dávila se renombrase como El Alta, el Ayuntamiento ha elegido Altamira.
Como recoge el libro 'Santander en la historia de sus calles', de José Simón Cabarga, esta calle se llamó históricamente 'de las Ánimas' porque por allí, además de subir a la fábrica de tabaco y al hospital, se llegaba al cementerio de San Fernando y a la iglesia de La Consolación. Entre otras escenas, era habitual que se utilizase esta calleja para conducir los cadáveres en parihuelas (una especie de camilla) hasta el cementerio. Al resultar un nombre «tétrico» para los vecinos, piden que se barajen otras opciones para la calle.
La alcaldesa Gema Igual explicó ayer que desde el Ayuntamiento «enviaremos una comunicación a esos casi 16.000 santanderinos que van a ver que sus calles van a cambiar de nombre». Una vez superado ese trámite, la regidora explica que se encargarán las placas para sustituir las actuales, una acción que el Consistorio llevará a cabo cuando tenga las nuevas. «El día 25 o 26 se encargarán y depende del plazo que nos den», apunta. Es decir, una vez hagan el pedido de las nuevas placas, dependerá de la empresa seleccionada lo que tarden en llegar para, posteriormente, colocarlas. En cuanto a los nombres seleccionados, se ha utilizado el listado del expediente que está en tramitación desde hace tres años. «Como la Fiscalía me ha dado el plazo de un mes, retomamos exactamente lo mismo que había en el año 2022».
La selección no ha convencido a todo el mundo. Que General Dávila no sea El Alta no gusta entre las asociaciones memorialistas -otros grupos piden que sea Paseo del 8 de marzo-; Cuesta de las Ánimas resulta «tétrico» para sus vecinos; y la oposición se divide entre los que echan de menos más nombres femeninos (PSOE e IU) y los que directamente «llegarán hasta el final para paralizar el cambio de calles de Santander» (Vox).
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