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El nuevo embudo de las aguas de El Sardinero

El nuevo embudo de las aguas de El Sardinero

Tanque de tormentas. ·

Desde octubre funciona la nueva estructura bajo la plaza de Italia, que evita los vertidos contaminantes a la playa del Camello cuando se producen lluvias intensas

Pedro Fomperosa

Santander

Viernes, 25 de diciembre 2020, 08:29

Sólo faltan unos retoques en las escaleras de la Primera playa de El Sardinero, pero las obras de la plaza de Italia están prácticamente finalizadas. Allí debajo está el nuevo tanque de tormentas, en la mediana que separa el restaurante Maremondo de la renovada plaza. Se ha construido en el punto donde confluyen las aguas de los colectores del área de Reina Victoria y la calle Joaquín Costa. Aqualia, la empresa concesionaria del Servicio de Abastecimiento de Agua y Alcantarillado de Santander, ha gastado 851.084 euros en él. Funciona desde octubre y las lluvias de los últimos días han servido para demostrar que cumplen el objetivo: allí mismo se completa la primera predepuración de las lluvias intensas y ya no provocan vertidos contaminantes en la playa del Camello.

La obra buscaba resolver un problema histórico en la zona, donde durante episodios de lluvia intensa se producían inundaciones y vertidos al mar. Esto lo provocaba la acumulación de mucha agua en los primeros minutos de lluvia, en los que es mayor la carga contaminante de las precipitaciones. La renovación se inició en febrero y querían terminarlo antes de julio, pero varios imprevistos lo han retrasado hasta este otoño. Primero fueron las restricciones derivadas de la crisis sanitaria y después el parón durante la temporada de verano, cuando hay mayor afluencia de tráfico y de público en la zona.

¿Cómo funciona?

Para solucionarlo se ha trabajado en un área de 1.000 metros cuadrados y una excavación de hasta siete metros de profundidad. Ahí dentro está el tanque de tormentas, que ocupa 19 por 11 metros cuadrados, tiene un volumen de retención de 235 metros cúbicos y recoge aguas de todos los colectores de una zona de 66 hectáreas que abarcan las calles Joaquín Costa, Reina Victoria, la península de La Magdalena y hasta la zona de San Martín. El tanque tiene una cámara para que, cuando la punta de lluvia es mayor, evite el colapso de los colectores. Entonces, si las precipitaciones son intensas, el agua excedente pasa a ella y es donde se acumula el primer golpe de agua.

Imagen del interior del tanque de tormentas tomada de un vídeo grabado durante las últimas lluvias. Puede retener 235 metros cúbicos y filtra los residuos del primer golpe de lluvia DM

En esa cámara se filtra el agua, cuyas primeras gotas son las más contaminantes, para que llegue limpia al mar. La instalación de dos filtros autolimpiantes y una pantalla deflectora decantan, retiran los sedimentos y eliminan los residuos flotantes de esta agua excedente. Después de este tratamiento, el agua limpia sale por el aliviadero de la playa del Camello. Así se soluciona el problema de que la calidad del agua vertida al medio natural sea acorde a los parámetros medioambientales exigidos.

Cuando termina el pico máximo de lluvia, el agua restante acumulada en la cámara, con todos los residuos retenidos, es impulsada con normalidad al colector general municipal, de donde sale hacia su destino final: la Estación de Tratamiento de Agua Residual de San Román, donde se procesa junto al resto de las aguas residuales del municipio.

El tanque acumula y filtra el primer golpe de lluvia intensa antes de sacarla por la playa del Camello

Finalmente, cuando está vacío, el tanque de tormenta pone en funcionamiento automático un limpiador autobasculante para arrastrar los últimos residuos que puedan quedar en la cámara. Este sistema está telecontrolado en todo momento para conocer su funcionamiento en tiempo real, así como comunicar cualquier incidencia que se detecte.

Así se ha renovado un aliviadero que databa de los años 80 y en el que confluían todas las aguas fecales y de lluvia de esta zona de El Sardinero. Éste era el origen de los problemas y los vertidos contaminantes que se detectaron entre 2018 y 2019 y que provocaron cambios en el color del mar y la muerte de algunos animales que habitan la zona de las playas de la Concha y el Camello. Entonces, las labores del acondicionamiento del viejo tanque -existen ocho en la ciudad- fueron manuales y les llevó dos jornadas completas a los operarios de Aqualia. Ahora lo podrán telecontrolar y será más sencillo acceder al nuevo tanque de tormentas, pues las tapas de acceso son más anchas y grandes.

Estas obras se han coordinado con el cambio de imagen de la plaza de Italia «para solapar ambas actuaciones y minimizar las molestias», según explicaron en su planificación desde el Ayuntamiento de Santander. En 2021, el corazón de El Sardinero lucirá una superficie renovada y unas entrañas más ecológicas.

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