El nuevo frente marítimo, la gran transformación de Santander

El Centro Botín es, sin duda, el elemento que más ha transformado el frente marítimo de Santander. Su llamativo diseño, su actividad cultural y su céntrica ubicación lo han convertido, desde su inauguración en 2017, en uno de los principales emblemas de la ciudad. Pero no sólo por el inmueble en sí, sino por el drástico cambio que ha sufrido todo su entorno hasta convertirse en uno de los espacios preferidos de los vecinos y visitantes. Las intervenciones para levantar el museo comenzaron cinco años antes de la apertura de sus puertas. Antes, allí había un solar vacío, vallado, apartado de la ciudad y utilizado como aparcamiento.

Con el arranque de la transformación del espacio que ahora ocupa el edificio, también se remodelaron los Jardines de Pereda. Gracias a este proyecto, se duplicó el espacio de estos parques -de 20.000 metros cuadrados pasó a 48.000- y se triplicó la superficie verde -de 7.000 a 20.000-. Además, se 'ocultó' la carretera que entonces transitaba por allí. Para poder recuperar todo ese espacio, se soterró el antiguo vial que discurría delante de los jardines y se construyó un túnel por el que pasan «más de 13 millones de vehículos al año». Este túnel, además, ha permitido unir peatonalmente los muelles de Maura y de Albareda con el entorno del Centro Botín.

El muelle de Maura también es unos de esos espacios que comparten el Puerto y Santander. Tras más de dos años cerrado por sus daños estructurales, la APS y el Ayuntamiento han aprobado ya un convenio de colaboración para rehabilitarlo. Con un presupuesto de 1,3 millones de euros que pagarán entre los dos, el próximo paso lo dará el Consistorio al sacar a licitación el proyecto.

El muelle forma parte del dominio público adscrito a la APS, por eso la actuación debe contar con el visto bueno de las dos entidades. «Como Autoridad Portuaria, enfocamos nuestros esfuerzos en conseguir que los santanderinos estén orgullosos de su Puerto. No hay que olvidar que es la empresa más importante de la región, con un porcentaje del 11,37% en términos de PIB y un 10% del empleo en Cantabria», apunta el presidente de la entidad, Francisco Martín.

La renovación de la Estación Marítima, y especialmente la de su entorno, también es una de las actuaciones más importantes que se han desarrollado para integrar el frente marítimo de Santander. Por fuera, el edificio apenas ha visto modificada su estética tras las obras ya que se trata de un bien protegido. Por eso, sólo se ha actuado en la cubierta para mejorar el estado de conservación, funcionalidad y aprovechamiento económico del inmueble. Nada que ver con el área que lo rodea, cuyo aspecto es completamente diferente desde 2018, cuando se integraron más de 5.000 metros cuadrados que pertenecían a la APS en la ciudad. Con las intervenciones, se despejó el acceso al Centro Botín y se creó un área de estancia con zonas verdes, arbolado y bancos.

Antes de acometer estas obras, la Estación Marítima parecía 'descolgada' de la ciudad porque el edificio estaba desnivelado respecto a la calle Antonio López. Además, como había una gran zona de aparcamiento entre la terminal y el Centro Botín, el edificio parecía aún más apartado tanto de la zona de hostelería de la calle Calderón de la Barca como de Cachavas.

Antes de 2014, el entorno del dique de Gamazo pertenecía al Puerto y fue a partir de entonces, tras el Mundial de Vela, cuando la APS firmó un convenio con el Ayuntamiento para poner a disposición de la ciudad ese espacio para que se convirtiera en un zona de uso público. Ahora, toda ese área que entonces tenía restringido el acceso, cuenta con un amplio paseo que serpentea junto al mar y llega hasta la playa de Los Peligros. También tiene zonas verdes, parques, espacios con tumbonas y el propio dique, con gradas escalonadas dispuestas para que vecinos y visitantes puedan sentarse y admirar desde ahí las vistas a la bahía. Desde que se abrió a la ciudad, este área es una concurrida zona de paseo. Allí se juntan deportistas, familias o personas que simplemente disfrutan allí de las zonas verdes y las vistas. También es un lugar frecuentado por pescadores, que especialmente en las últimas horas del día colocan allí sus cañas para capturar peces.

Pero las intervenciones en Gamazo aún no han terminado. Actualmente, se está actuando en las naves que acogerán la sede de Enaire y que se inaugurarán este verano. El proyecto se anunció hace casi tres años y las obras se iniciaron en mayo de 2019. El pasado otoño se conoció otro paso clave: un acuerdo para acometer obras en el entorno y que incluirán la creación de una plaza con esculturas, la pavimentación de un plano de losas de piedra caliza de Escobedo y la ubicación de un banco lineal con vistas.

El frente marítimo ha sufrido numerosas transformaciones en los últimos años, pero el Puerto y el Ayuntamiento tienen muchas otras en mente. Además de rehabilitar el muelle de Maura, ambas Administraciones tienen otros cuatro proyectos en común. Uno de ellos es la creación del aparcamiento disuasorio en La Marga. Para ello, las dos entidades colaboran para materializar este proyecto en la vía de entrada a la ciudad por la S-10, que soporta 42.000 vehículos al día y tendrá acceso directo desde la glorieta.

Esta actuación contempla un aparcamiento en altura de tres niveles: planta al nivel del suelo y dos sobre rasante, con una superficie de 11.000 metros cuadrados por piso. La conexión con el centro se establecerá a través de autobuses lanzadera hasta la Plaza de las Estaciones, además de contar con el carril bici del frente marítimo, que también incorporará un aparcamiento vigilado para bicicletas. Al ser un aparcamiento en altura, desde el Ayuntamiento explican que se puede recurrir a estructuras prefabricadas para que sea ampliable, desmontable y reutilizable.

Otro espacio de la ciudad que se renovará es la dársena de Puertochico, un espacio ubicado junto al puerto deportivo y que apenas se utiliza a pesar de que ofrece unas vistas privilegiadas de la bahía y de la ciudad. El proyecto, que se presentó durante la campaña electoral de 2019, consiste en crear una nueva zona de paseo y esparcimiento para los santanderinos y turistas.

28.000metros cuadrados ganó la ciudad con la integración del área que hoy ocupa el Centro Botín

También durante la campaña electoral se presentó -y además conectará con la dársena de Puertochico- la urbanización del frente marítimo entre Gamazo y Los Peligros. El proyecto contempla la implantación de escaleras mecánicas desde Gamazo a la zona de San Martín y aumentar la oferta de aparcamiento de la parcela del Palacio de Festivales.

Una de las actuaciones más inmediatas será la incorporación a la ciudad los espacios portuarios de la calle Antonio López, una operación que ya está adjudicada y que comenzará próximamente. Consistorio y APS cuentan con un convenio para derribar los antiguos tinglados ubicados en esta vía para reordenar el área junto con el resto de la calle y generar nuevas áreas verdes y estanciales. A raíz de este acuerdo, el Puerto pone a disposición de la ciudad el espacio que ocupan y se encargará del traslado de los servicios portuarios. «Estos hitos configurarán un nuevo espacio urbano en terrenos portuarios que embellecerán, más si cabe, la que ya es por derecho propio la bahía más bonita del mundo», apunta Martín.

5proyectos comunes del Puerto y el Ayuntamiento, como rehabilitar la dársena de Puertochico

Además de los cinco proyectos en los que ya se trabaja, el Puerto cederá más espacio en la zona de Varadero, Maliaño y Margen Norte y también se tramitará una nueva ordenación para las áreas de San Martín, Gamazo y el entorno de la Estación Marítima. Como apoyo para planificar la liberación de todos esos espacios, la APS contará con la ingeniería Arup. «Aunque nuestro objetivo es lograr que los ciudadanos puedan disfrutar de la bahía, y hacerlo de forma segura, debemos compatibilizar los usos urbanos con las necesidades portuarias. En este sentido, hemos contratado a Arup para que nos asesore técnicamente en la planificación del desarrollo de parte del frente marítimo que, con la llegada de los nuevos barcos propulsados por Gas Natural Licuado, cambiará su fisonomía y liberará terrenos», concluye Martín.