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Lo más importante de la actuación no es el nuevo paseo sino que, en conjunto, la ciudad ganará 7.200 metros cuadrados para el ciudadano, cedidos por la Autoridad Portuaria de Santander. Pero lo que ya llama la atención es cómo quedará este nuevo paseo bordeado por palmeras y arces. Está al mismo nivel que la calzada, por lo que para el paseante es muy cómodo pues ya no hay que subir rampas o escaleras para llegar a él. La actuación municipal, con un desembolso de un millón de euros, permite conseguir un espacio más de recorrido junto al mar. La obra estará acabada para antes de Navidad y, para entonces, el peatón podrá circular cómodamente desde el Centro Botín hasta la Estación Marítima, entre árboles y zona verde: más de 1.200 metros del total de la zona ganada a los coches.
Las palmeras se mantienen en su sitio y forman ya parte de la estampa de la ciudad desde hace veinte años. Las encinas, que formaban una línea paralela a las palmeras, han sido transplantadas a otros espacios verdes de la ciudad; mantener las encinas en su espacio (en alcorques elevados) era peligroso porque, como informó el Ayuntamiento «la parte aérea se había desarrollado mucho más que las raíces, con la posibilidad de que se produjera un vuelco del árbol». Además, el nuevo paseo peatonal comparte recorrido con el carril bici que se reabrirá para el tráfico de dos ruedas al tiempo que la zona dedicada a los viandantes.
El nuevo paseo ya asoma entre cascotes y asfalto y es una parte del espacio verde total, en el que habrá 44 árboles, 35 arbustos y 3.300 plantas. El proyecto de reurbanización del terreno que se gana para la ciudad es del arquitecto Luis Fernández del Arco, que ha diseñado zonas verdes para estancia de ciudadanos, con árboles y bancos, que considera por su situación «unos minisalones». La nueva zona no tendrá barreras arquitectónicas y el suelo alrededor de la Estación Marítima será a base de granito, en losas y en adoquín de color gris. Al nuevo espacio podrán entrar vehículos del servicio público taxis y autobuses que lleven pasajeros hacia los buques.
La Estación Marítima también será restaurada y mejorada, con cargo al Puerto de Santander, su propietario. La terminal de pasajeros de ferris es un edificio catalogado por el colegio de Arquitectos de Cantabria como expresionista-organicista, diseñado en 1971 por el arquitecto de Torrelavega Ricardo Lorenzo.
Se trata de un edificio singular, junto al cantil, el muelle realizado con materiales sencillos como el hormigón armado o el ladrillo caravista que forma parte de la imágenes santanderinas y que combina las superficies curvas con elementos prismáticos. Tras varias transformaciones, el edifico ha perdido parte de su diseño original que el Puerto desea que vuelva a tener. En origen su planta baja estaba abierta tanto a la ciudad como al mar y tenía una cubierta plana transitable y accesible al público para contemplar la bahía y la ciudad.
Está considerada como una de las creaciones más representativas de Ricardo Lorenzo y «uno de los mejores y escasos ejemplos de arquitectura expresionista y organicista de la ciudad de Santander». En el año 2000 fue reformada la zona de oficinas y en el 2003 el arquitecto Luis Castillo rehabilitó el edificio. Mientras la idea del Puerto de reformar de nuevo y restaurar el edificio y devolverle al uso ciudadano, abriendo otra vez su fachada al mar, no tiene fecha de inicio, la obra municipal sigue adelante. Se inició el pasado 12 de marzo y está siendo realizada por la empresa SIEC.
Otra obra prevista por el Ayuntamiento en la zona es la ampliación del espacio peatonal de la calle de Antonio López, una vez sean derribados los tinglados del puerto, obra que quizá se inicie este mismo verano.
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