Secciones
Servicios
Destacamos
El inmueble santanderino de 1902, antiguo Mercantil, también Banesto, objeto de una ambiciosa e integral rehabilitación iniciada hace más de tres años, ha emprendido la cuenta atrás de su reapertura. En estos días se abordan los trabajos para ultimar los interiores antes de proceder a la dotación de mobiliario. Asimismo, se procederá a la recta final de los detalles técnicos y tecnológicos que propicien la inauguración de la nueva sede de oficinas de Banco Santander. La que fuera sede del Mercantil es un proyecto de inicios del siglo XX del arquitecto Casimiro Pérez de la Riva.
El inmueble ha estado marcado por sucesivas transformaciones en el tiempo, pero mantuvo la claridad de su estructura de pilares de fundición en torno al patio. Las antiguas oficinas de Banesto, situadas en el número 11 de la calle Hernán Cortés, se han sometido a una profunda transformación con el objetivo prioritario de destinar a sus espacios «un uso más unitario en torno a su patio central».
A finales del pasado mes de marzo fueron retirados los andamios del 'Mercantil' y quedó visible la rehabilitación abordada en los 2.000 metros de fachada, junto con la restauración de sus elementos funcionales, decorativos y arquitectónicos. Ahora se ultiman los trabajos de reurbanización de la zona: la reubicación de mobiliario y el transplantado de arbolado, además de adecentar aceras. En los próximos días estará listo el entorno del edificio y las diversas vías y arterias del centro santanderino.
Hace cuatro años se ponía en marcha el trámite urbanístico para el proyecto de transformación de los dos inmuebles más emblemáticos que la entidad bancaria tiene en la capital cántabra: el del Paseo de Pereda, la histórica sede social que albergará la Colección de arte en el proyecto bautizado como Faro Santander, y este de la calle Hernán Cortés, con el objetivo de dotar a la ciudad de modernos espacios de cultura, tecnología y emprendimiento.
La remodelación del edificio del antiguo Mercantil exhibe ya la huella y el sello del estudio de los prestigiosos arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, responsables de la restauración del Risjksmuseum en Holanda, las estaciones de ferrocarril de Basilea y Sevilla o el diseño del Wanda Metropolitano de Madrid, entre otros muchos.
Cruz y Ortiz han buscado dotar al edificio de un nuevo uso más unitario que el de su última configuración. En las primeras imágenes del interior se certifica que «el patio original se prolonga, de un lado, hasta la planta semisótano y, a través del resto de las plantas, hasta un espacio multifuncional en cubierta». Los arquitectos aseguran que queda reforzada así la verticalidad del patio y la claridad estructural del inmueble. La transparencia máxima «permite comprender de una vez el edificio completo a través del patio vertical». En las plantas inferiores, Banco Santander instalará una oficina modelo, que ofrezca servicios y actividades muy distintos a los de una oficina convencional, tal como se entiende a día de hoy.
Así, áreas para café, coworking y salas de reuniones «estarán a disposición de quienes lo soliciten». Las plantas primera, segunda y tercera albergarán oficinas de Banco Santander. En su mayoría serán oficinas abiertas y solo se prevé una serie de despachos junto a la fachada sur.
El edificio se remata en cubierta con un espacio polivalente, que permitirá ser utilizado como área de descanso, charlas y presentaciones, entre otras actividades.
En lo histórico, el edificio ahora reformado acaparó en su origen excesos escenográficos de los edificios administrativos del siglo XIX, plenos de balcones, cornisas y molduras. Los interiores fueron reformados en 1913 por el arquitecto Javier González de Riancho, que se basó en las nuevas tendencias del Art-Nouveau con escayolas pintadas, vidrios coloreados, bronces y capiteles con motivos florales de fundición, todo ello dentro de una exuberancia ornamental.
Las decisiones de proyecto más relevantes contemplaron mantener la estructura original, incluyendo, por supuesto, la fachada y las columnas de fundición del interior, recuperar su patio octogonal y hacer más seguro, accesible y sostenible el inmueble, además de rehabilitar sus icónicas torres. Edificio sostenible con certificación 'Breeam' «en su máxima categoría de excepcionalidad», se han aplicado a su estructura, entre otros elementos y medidas, «la instalación de clima eficiente por aerotermia y control centralizado de instalaciones para ahorro energético».
El concurso de esta rehabilitación se remata en 2017 y el diseño del proyecto fue afrontado por el estudio los dos años siguientes, mientras que la construcción se puso en marcha en 2019 para concluir ahora. Sobre un solar de más de 800 metros cuadrados, la edificación es de 4.026 metros cuadrados. Junto al estudio de Cruz y Ortiz han colaborado los arquitectos Blanca Sánchez, David de Cos, Helena Fuentes, Javier González y Sergio Mota.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.