El número de comercios aumenta en Santander, pero el negocio local se desplaza a la periferia

Este informe, elaborado «calle a calle y local a local» –contrastado con el censo empresarial– revela que en 2023 había 2.805 locales activos en la capital cántabra, lo que supone un 2,13% más que el año anterior. Al contrario, la cifra de locales que cerraron ha descendido, con 125 cierres menos.

Más allá de los datos puros y duros, Ramos hizo una radiografía de la situación para explicar los «cambios de tendencia». El más llamativo es el relevo de marcas en el centro de la ciudad, donde las grandes cadenas desplazan al comercio local. «Esto es así porque los precios de los alquileres que hay actualmente solo pueden asumirlos los grandes. Es inviable». Precisamente por eso, el informe recoge el aumento de bajos comerciales fuera del centro de la ciudad, especialmente en el barrio de El Alisal. «Los pequeños negocios se han desplazado para cubrir las necesidades de las personas y cada vez se ocupan más oficinas y hay más actividad profesional como consecuencia del crecimiento urbanístico que está experimentando». Para entender mejor este crecimiento, Ramos se refirió al proyecto que el Ayuntamiento de Santander proyecta en el sector 1 de El Alisal, con una inversión de diez millones de euros, que supone una transformación urbanística de esta área, hacia donde crecerá Santander en más de 170.000 metros cuadrados. Y es que está prevista la construcción de 1.140 viviendas, además de equipamientos comerciales, deportivos, educativos y sociosanitarios. «Esta zona se va a llenar de tiendas. Ya lo estamos viendo pero cuando finalice su ampliación, lo podremos comprobar», comentó Cuerno, para quien la situación que vive el comercio en la capital cántabra «no es para nada mala». A su juicio, a pesar de que haya «menos negocios en ciertas zonas, en otras se renuevan por tiendas diferentes».

Este desplazamiento del comercio local no solo se explica por el crecimiento urbanístico de las zonas periféricas de Santander, también por el precio de los alquileres, inasumibles para «pequeños emprendedores». «La presencia de franquicias en el centro de la ciudad se explica por la subida de los alquileres de los locales, cuyo precio gira en torno a los 5.000 euros para un espacio de 50 metros cuadrados. Si ya hablamos de uno grande, de 150 metros cuadrados, nos vamos hasta los 15.000 euros. Es impensable para ellos», comentó Cuerno. Otro de los datos que respalda el crecimiento de negocios fuera del centro de la ciudad es la cifra de negocios activos, que crece un 18% desde 2018 y roza actualmente los 5.000 negocios. En este epígrafe, la Cámara de Comercio destaca dos códigos postales de Santander en los que más ha crecido esa cifra. Por un lado está la zona de Cueto, Monte y San Román –39012–, donde, en cinco años, se han incrementado un 30%. Y también por Castilla Hermida y el Barrio Pesquero –39009– donde han subido un 22%.

Por su parte, el concejal de Comercio aludió al estudio que elaboró el Ayuntamiento recientemente sobre la valoración que hacen los usuarios del comercio de Santander. Este revelaba que los vecinos ponen una nota de 6,6 al sector. Además, uno de los aspectos más destacados de ese informe municipal es que el perfil del consumidor en tiendas locales sugiere que abran al mediodía, algo que aún no ocurre en la capital cántabra, ya que actualmente solo las grandes cadenas pueden abrir ininterrumpidamente.