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El estudio de coyuntura hotelera de Santander con el que cuenta la Empresa Municipal de Turismo dejó datos interesantes. En 2022, la capital contó con 65 establecimientos hoteleros, un 2,4% más que un año antes. Es más, la media de hoteles abiertos a la ... vez –no todos están disponibles todo el año– fue de 56, un 22% mejor y la cifra mayor de la última década. En total, la oferta de plazas en la ciudad llegó a 4.713. A esto hay que sumar una reducción de la estacionalidad, una ampliación de la temporada fuerte (que ya no se comprime en julio y agosto), un crecimiento destacado del turismo internacional, un aumento de la estancia media... Conclusiones para ser optimista. Pues bien, todo esto no alcanza para competir con el avance del fenómeno de los pisos turísticos. Según el INE, el pasado febrero se ofertaban en estas viviendas 4.739 plazas repartidas en 1.160 alojamientos. O sea, más que en los hoteles. Y el dato tiene, incluso, algo de trampa. Porque el último agosto –cuando la oferta crece al máximo y salen más anuncios en los portales de internet–, la cifra de pisos superó los 1.330 en el municipio, lo que supuso más de 5.500 plazas. Y serán bastantes más este verano, a la vuelta de la esquina. Seguro.
«Esto, además de ser un problema turístico y de competencia desleal, se está convirtiendo en un problema social. Hoy en día, alquilar un piso o una casa para un arrendamiento urbano para vivir casi no existe. Y, si existe, es a un precio elevadísimo porque con esta otra vía de alquilarlo turísticamente, los ingresos son mayores», aseguraba recientemente en una entrevista con este periódico Jesús Blanco, presidente de la Asociación de Turismo Rural en la región, un mensaje compartido sin fisuras por la Asociación de Hostelería. Ambos ponen el foco no sólo en que únicamente un 25% de estos pisos está registrado en Turismo para ofrecerse legalmente como alojamiento turístico, sino en que los requisitos para apuntarse en esa lista son, dicen, mucho menores que los que exigen a los empresarios del sector.
Una comparación en la ciudad
Pisos turísticos: 1.160 viviendas de alquiler turístico, según el INE en febrero (llegaron a 1.333 en agosto). Hoteles: 65 establecimientos en total en 2022 (56 es la media de hoteles abiertos durante el año).
Pisos turísticos: 4.739 plazas en febrero teniendo en cuenta la media por alojamiento (5.521 en agosto). Hoteles: 4.713plazas hoteleras como total en 2022 (con lo que no cierra en febrero se estima que 3.968).
Pisos turísticos: 24%de crecimiento del número de pisos entre febrero de 2022 y el mismo mes de 2023. Hoteles: 2,4%de aumento de la oferta en 2022 (año con mayor promedio de hoteles abiertos).
«Las nuevas generaciones viajan así y los que ya no somos jóvenes, muchas veces, también. El problema es que en las plataformas de internet, al lado de un alojamiento rural maravilloso sale un piso de estos», describía Blanco. Hay una tendencia, es un fenómeno extendido. Eso es evidente. Lo dicen las cifras. También las de Cantabria y, en concreto, las de Santander (en las zonas costeras proliferan los alquileres turísticos). De febrero de 2022 al de este año, en la región el crecimiento fue del 18%. En la capital, de 2020 (ojo, el año de la pandemia) a 2023 han pasado de 993 a 1.160. Ese 24% de subida es inalcanzable para el crecimiento hotelero, pese a la notable cantidad de establecimientos que se han abierto en la ciudad en los últimos años. En su mayoría, además, los nuevos negocios son pequeños alojamientos a través de la reforma de edificios. Doce, quince, veinte habitaciones. Nada que ver con las 350 de las que dispone, por ejemplo, el Santemar, las 188 del Bahía o las 161 del Chiqui (según indican en la Guía de Alojamientos del Ayuntamiento de Santander).
La mejor demostración es la foto fija de los hoteles santanderinos en febrero de 2023 –que es el mes que toma como referencia el INE para las viviendas de uso turístico–. La estimación en ese periodo fue de 50 establecimientos abiertos, funcionando, con algo más de 2.000 habitaciones y un número ligeramente inferior a las 4.000 plazas. O sea, que la distancia con los pisos es aún mayor, pese a que los números de la hotelería son mejores que el año pasado.
Y hay que incidir en que el dato más actualizado del INE es precisamente de febrero. El tope de alojamientos turísticos llegó el verano pasado y, si la tendencia no se rompe (que nada indica que vaya a ocurrir), se superará con creces en los próximos meses. De hecho, el periodo posterior a la pandemia ha espoleado esta nueva fórmula de alojamiento, favorecida también por el contexto (subidas de precios generalizadas, organización de viajes por internet, los problemas del alquiler para los que alquilan y para los que buscan...).
Desde el Ayuntamiento de Santander ya anunciaron a finales de 2022 la creación de un grupo de trabajo para abordar esta realidad. Una de sus primeras conclusiones es que más de un 90% de los pisos turísticos de la capital está en situación ilegal (un porcentaje incluso mayor que el que se obtiene al coger los datos del INE y cotejar con el registro oficial). Santander, obviamente, lidera la lista municipal de este tipo de oferta en Cantabria seguida por Suances, San Vicente o Castro Urdiales. Del mismo modo, desde la Consejería de Turismo se aseguró a este periódico que trabajan para implementar una herramienta digital capaz de «georreferenciar las viviendas de uso turístico y diferenciar las legales de las ilegales». Además de sacar a la luz los se encuentren en situación irregular, esta tecnología permite detectar en qué plataformas se están ofertando, algo que «facilitará la labor de inspección», dicen.
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