La obra de la terraza y miradores del Palacio de Festivales finalizará al inicio del verano

Estos días en la torre oeste puede apreciarse la instalación de un andamio descolgado por el exterior de la torre que permitirá «desmontar el mármol de la fachada ventilada y así poder colocar los soportes metálicos que fijaran el mirador metálico». Finalizada la estructura metálica se volverá a revestir con las piezas originales y se forrarán los suelos y barandillas del mirador con vidrios de seguridad. En la futura terraza, tras los trabajos previos y restitución de revestimiento de cobre dañado, se acometerá la colocación de la estructura metálica en toda la superficie. Acto seguido se revestirán suelos y barandillas del nuevo espacio con vidrio, al igual que los miradores, y quedará cubierta con un toldo de tela. El edificio del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, construido en los años 80 e inaugurado en 1991, registrado varias deficiencias en los últimos tiempos, como denunció el último director de la entidad Esteban Sanz Vélez. En paralelo, se desarrolla este proyecto marcado por la «complejidad de la actuación en las torres del edificio, equivalente a doce pisos –45 metros de altura desde Gamazo–, y con una sección muy singular». Desde Cultura se ha hecho hincapié en que las obras «avanzan con normalidad, y dentro del calendario previsto». El consejero de Cultura Luis Martínez Abad, emplazó el final del proyecto «a mediados del presente año».

Cuando las instalaciones estén listas la infraestructura para el público plantea el acceso en ascensor por Gamazo, sólo desde el lado oeste del edifico, hasta la terraza-mirador ubicada a 29,70 metros de altura. Desde ahí, indistintamente, se subirá por unas espectaculares escaleras de hormigón, interiores, hasta los miradores de las torres oeste y este. La superficie de estos miradores es de 4,40 por 4,70 metros cada uno y la e la terraza es de 31 por 4,80 metros.

En el caso de la terraza el vidrio cubrirá la superficie de cobre oxidado que, junto con las caras laterales vestidas por un quebrado sistema de bandas horizontales de mármol de dos tonos, constituye una de las características diferenciadoras concebidas por el arquitecto navarro. La transformación actual responde a un proyecto del estudio de arquitectos Eduardo y Gabriel Fernández-Abascal. La obra completa de algún modo los usos del edificio, que en 2021 celebró su trigésimo aniversario. En paralelo se esta acometiendo trabajos de mejora y reforma, caso de las puertas del gran vestíbulo de acceso por Reina Victoria.

Entre los trabajos abordados en los últimos meses, concluida la instalación de instalaciones de protección contra incendios, en el presente se trabaja en labores de fontanería, electricidad y climatización por el interior, incluso ha finalizado el montaje de los nuevos ascensores que desembarcarán en la nueva planta de acceso a la terraza (no existente originalmente en el edificio). Además, se trabaja en «la formación del paso a la torre oeste (Náutica) y este (Astilleros) y de igual modo se ha formado «el contorno del paso de salida a la terraza de ambos vestíbulos».

En cuanto al interior de las torres se han desmontado las escaleras metálicas existentes utilizadas para servicios de mantenimiento y también se han preparado las ménsulas que servirán de apoyo a la futura escalera perimetral (a modo de caracol) de hormigón prefabricado color salmón característico del diseño de Oiza, que facilitaran el acceso al mirador de cristal.