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No hay documentos que reflejen su existencia. O, al menos, los que han estudiado la obra para la redacción del proyecto no los han encontrado. Ni planos ni imágenes. Pero algunos vecinos de los alrededores comentaron a los operarios que existía. Por eso, se ... realizaron una serie de catas. Para localizarlo (porque estaba totalmente enterrado). Y hace algunas semanas dieron con ello. Es un paso, una especie de puente ancho. Ese es el hallazgo vinculado a las obras de reapertura del antiguo túnel de Tetuán. Está unas decenas de metros más adelante del punto donde se encuentra la boca de El Sardinero y se ha decidido conservarlo e integrarlo en el conjunto, aunque eso implique un pequeño cambio de planes en la obra.
Para entender qué es y por qué lo construyeron hay que viajar en el tiempo a la época del tranvía que atravesaba el túnel. Al llegar a la boca de El Sardinero, el transporte recorría una vaguada hasta lo que hoy es Joaquín Costa. Iba, por así decirlo, por el fondo de una trinchera con paredes a derecha e izquierda. Lo que permitía ese puente es el paso de un lado a otro salvando la zona de la plataforma del tranvía. Por encima. De hecho, según constatan los responsables de los trabajos para reabrir el túnel de Tetuán, «se trata de una obra de fábrica que fue construida al mismo tiempo que el propio túnel». Por los materiales, por el diseño... Se hicieron en la misma época. Si tenemos en cuenta que el trazado del Tranvía de Vapor del Sardinero fue inaugurado el 23 de junio de 1892, este puente puede ubicarse igualmente a finales del siglo XIX.
Con las catas se pudo evaluar su estado de conservación y su interés patrimonial. Lo más llamativo está en sus proporciones. En su tipología. «Se corresponde con una bóveda de medio punto, con un diámetro de cinco metros y construida a base de piedras de sillería», especifican en un informe para este periódico. «Se encuentra –indican– apoyada en los extremos sobre hastiales verticales de 2,5 metros de altura para conformar, de esta manera, un gálibo vertical máximo de cinco metros por cuyo interior podía circular el tranvía». La importancia de este paso –y aquí está el detalle más curioso– es que no se limita a una vía estrecha para que los vecinos pudieran pasar únicamente caminando de lado a lado (con una anchura de tres o cuatro cuerpos). La bóveda tiene una longitud total de diez metros. «Es decir, se generaba la posibilidad de cruzar sobre las vías a través de todo ese ancho, lo que pone de manifiesto que cuando se construyó no solamente se estaba pensando en usarlo para un tránsito exclusivamente peatonal». Se construyó pensando en el paso de carros o de otro tipo de vehículos. Con espacio suficiente para ello.
«Dado que se ha podido comprobar su buen estado de conservación y su indudable valor patrimonial, por ser una construcción original del Tranvía del Sardinero, se ha decidido ponerla en valor e integrarla en el conjunto de la salida del túnel por la boca de El Sardinero para que pueda ser apreciada como un elemento más de esta infraestructura histórica de Santander», señala al respecto el concejal César Díaz.
Pero integrarla tiene dos consecuencias. De un lado, en una zona donde se está desarrollando una obra con presencia de maquinaria pesada, tener el cuidado suficiente para no dañar esta 'nueva' pieza. «Precisamente para que el trasiego de maquinaria y los trabajos que se están realizando en la boca de El Sardinero no afecten a esta estructura ahora localizada (recordar que se encuentra enterrada), se va a proceder a reforzar la parte superior con una losa de hormigón que evite que esas sobrecargas puedan dañarla», señalan los responsables de los trabajos.
En segundo lugar están los efectos sobre el acabado final que tendrá el proyecto de reapertura del túnel y, especialmente, el entorno de la salida por El Sardinero. Como ya se ha explicado en estas páginas, más allá de acondicionar el paso interior en sí, la idea incluye modificar tanto la zona de acceso por la boca de Tetuán (en el Grupo Las Canteras, más concretamente) como la del otro extremo. Por El Sardinero está proyectado construir un falso túnel, un añadido al original precisamente por lo que era la vaguada que atravesaba el tranvía. Una estructura, ya que la salida está a un nivel más bajo que el terreno actual, que salve el desnivel hasta ponerse a la altura del resto de la calle. Esa construcción tendrá finalmente una longitud menor de lo previsto, ya que se extenderá justo hasta donde está este puente. Y será el propio paso, con sus diez metros, el que remate el falso túnel y se convierta en salida para peatones y ciclistas.
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