Las obras de los bajos del Casino afectan también a la terraza del edificio

Además de verlo si uno se da un paseo por El Sardinero, es el ruido que se escucha estos días en la Plaza de Italia el que delata el avance de unas actuaciones que ya llevan en marcha más de un mes. Y este derribo es un paso más en ese camino de rehabilitación del espacio. Las obras suponen una inversión privada de 1,2 millones de euros que corre a cargo de la sociedad Grupo Sardinero S.A. Los trabajos arrancaron a principios del pasado mes de mayo y avanzan para cumplir el plazo de diez meses de ejecución previsto sobre el papel.

1,2millones de euros de inversión privada del Grupo Sardinero S.A. conforman el presupuesto

El Casino ya se despidió de las míticas 'peceras' que ocupaban los bajos. El primer paso para recuperar la imagen clásica del edificio fue, precisamente, la demolición de esas extensiones de establecimientos hosteleros, que durante décadas sirvieron como terrazas cerradas. Ubicadas en la parte oeste, hace ya cinco años que cerraron con el fin de la renta antigua. El objetivo principal ahora es reparar esa superficie, de aproximadamente 2.430 metros cuadrados, para después poder separarla en diferentes locales, cada uno con negocios independientes. Aunque todavía no ha trascendido cuántos habrá, al obtener la licencia de obra la sociedad propietaria explicó que «se redistribuirá en función de los intereses». Y parece que hay muchos. Desde que anunciaran la rehabilitación de la superficie han sido «muchas» las llamadas interesándose por el espacio y su alquiler, añadieron.

Este avance busca «recuperar la actividad» del entorno de la plaza, que también ha vivido un proceso de renovación. Tras 18 meses de trabajo, en enero del año pasado, la zona quedó conectada con los Jardines de San Roque mediante la semipeatonalización de la calle y, así, se ganaron 2.000 metros cuadrados para vecinos y turistas. Ahora, el fin de las terrazas cerradas permitirá recuperar la fachada original de la planta baja en su frente oeste. Además, las obras eliminarán también los muros interiores de los bajos y se abrirán pasos en muros estructurales para conseguir espacios más diáfanos. Todo junto con la reestructuración del forjado del techo para recuperar el nivel original. De ahí que las palas estén derribando parte de la terraza.

La mayoría de locales la zona del Casino donde se está interviniendo se encuentran en desuso desde 2015. En su momento estuvieron dedicados a la hostelería mientras que la parte interior se dedicó fundamentalmente a almacenes. Parte de esos antiguos locales habían realizado las ampliaciones en forma de terrazas cubiertas hace más de 40 años y, poco a poco, se fueron transformando en cierres definitivos que se derribaron porque alteran la imagen de este edificio protegido. Fue en 2014 cuando el Grupo Sardinero anunció que no renovaría los contratos y, de forma paulatina, los locales se fueron vaciando. La mayoría eran restaurantes, como los recordados Lisboa, Erikka, Rocamar o La Góndola.