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Avanzan a buen ritmo. Es más, ni el temporal que ha pasado por Cantabria a lo largo de la semana ha paralizado las obras de ... regeneración del barrio de Entrehuertas de Santander. A pesar de la lluvia y el granizo que han caído en la capital, los operarios han continuado con las actuaciones que ahora se centran en la calle Macías Picavea. Este mismo jueves varios profesionales -bien abrigados contra el frío- continuaban con los trabajos de abastecimiento y saneamiento que se están llevando a cabo en la zona. En ese vial también se han renovado las canalizaciones de alumbrado y colocado la acera de ambos lados del primer tramo. «Las obras van bien, están trabajando incluso con este tiempo», comenta la presidenta de la Asociación de Vecinos, Margarita Villa.
Las tareas arrancaron en junio del año pasado y finalizarán en junio de 2023, así que todavía quedan pasos para tener la imagen completa del barrio renovado. Es más, con la estampa actual resulta complicado hacerse una idea. Si alguien se da un paseo por la zona o reside allí, verá aceras levantadas, vallas, material de obra y pasarelas metálicas para que los vecinos puedan salir de sus portales con facilidad. No obstante, la presidenta ya celebra «el trabajo más importante» que se ha hecho y que va más allá de la «parte estética» de las calles: la instalación de nuevas redes de servicio (abastecimiento, saneamiento, electricidad e hidrantes). «El alcantarillado y la red de suministro estaban destrozadas», explica. Y a los vecinos «nos importa que lo que está debajo de la parte bonita también esté renovado».
En la actualidad el proyecto -que cuenta con un presupuesto de 1,9 millones de euros- se encuentra en su tercera y cuarta fase. Y, según la previsión del Ayuntamiento, las aceras de Macías Picavea se aglomerarán durante la segunda semana de marzo. Una vez finalicen esas actuaciones, el plan encarará las últimas dos fases, la quinta y la sexta, que se desarrollarán en las zonas interiores de las calles objeto del proyecto. Hasta ahora ya se han terminado las obras que afectaban al tramo de Prado San Roque comprendido entre las calles José Rioja y José Martínez Mazas. Por otro lado, también se ha ejecutado la segunda parte de los trabajos, consistente en la urbanización de la acera norte del resto de la calle Prado San Roque, por lo que solo quedan los últimos detalles, como colocar el mobiliario urbano, jardinería...
En la tercera fase (acera sur de Prado San Roque, entre el número 32 y la glorieta de entrada a Santa Clotilde) se ha instalado ya el abastecimiento de agua y gran parte del saneamiento, así como la urbanización de parte de la acera sur de Prado San Roque. De este punto del plan queda pendiente renovar el último tramo del colector de saneamiento, los imbornales y la pavimentación de las aceras más próximas al hospital. En todo caso, la previsión es terminar y señalizar la calzada durante la última semana de febrero.
Las actuaciones se han elaborado en coordinación con los vecinos y el proyecto se ha proyectado valorando las aportaciones de los mismos. No obstante, a pesar de ese acuerdo entre residentes y Administración, también hay algunos que ven con recelo las obras porque afectan a los aparcamientos. «Nos van a quitar plazas para ganar acera», comenta descontenta Marta, residente en el barrio. «Me parece algo innecesario», valora. En este sentido, la presidenta de la Asociación de Vecinos entiende que, en plena ejecución, existan inconvenientes, pero recuerda que «se aumentarán plazas en la parte del fondo de la calle Prado San Roque».
Ocurre que en Entrehuertas se topaban con el problema de que «todo el mundo aparcaba donde quería», explica Villa. Quienes se acercaban a Santander a pasar el día y no encontraban sitio en otras zonas más céntricas de la ciudad, aprovechaban el espacio para dejar sus coches en las calles del entorno y, al final, los propios residentes se tenían que desplazar porque «en esta zona no hay garajes», recuerda Marta.
La portavoz del colectivo vecinal insiste en que comprende los problemas actuales, pero recuerda que, una vez finalicen las actuaciones, «eso se va a ordenar». Sobre todo los sitios que nunca fueron para estacionar. El barrio participó en las consultas abiertas por el Ayuntamiento de Santander para valorar su opinión sobre la ampliación de la OLA y, tras la aprobación de los vecinos, se van a regular los sitios para aparcar. «En teoría, va a venir y es algo muy necesario», añade Villa.
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