La ola que rompe en la senda de Mataleñas

La intervención artística está prácticamente terminada, a falta ya sólo de los últimos retoques y la capa de barniz, en lo que se afanan Néstor del Barrio, director creativo de Uuuuu.estudio, y Alejandro González.

«Estamos muy contentos de ver a gran escala los bocetos del ordenador y comprobar lo imponente que es», destaca Del Barrio acerca del mural que ocupa 450 metros cuadrados de pared. «La clave es que se ha conseguido el doble objetivo planteado: mejorar la imagen del sitio y potenciarlo como un punto de interés turístico», asegura.

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Tras 15 días de trabajo (cuando la lluvia lo ha permitido) y «a golpe de brocha muy suelta», detalló Del Barrio, el mural representa elementos del propio entorno, como las olas del mar que se ven desde arriba, la naturaleza frondosa que existe en el camino y las rocas que hay al pasar bajo una parte que queda cubierta por un techo, que a la vez es la terraza de la Escuela Universitaria de Turismo.

A pocos días de su estreno y de que la vallas que cortan el paso de lunes a viernes sean retiradas, se repite la pregunta que todos se hacen: ¿Se logrará con esta actuación artística frenar los grafitis no autorizados que durante años se han concentrado en el lugar? Habrá que esperar para comprobarlo, pero la apuesta del Ayuntamiento de Santander, que ha destinado a ello un presupuesto de 14.914 euros a cargo de fondos europeos, es que así sea y que el espectacular camino no se degrade con nuevas pintadas.

El mural se ha realizado con vocación de permanencia en el tiempo. «Lo bueno del muralismo es que se consigue de una manera ágil y sin mucho despliegue una obra que puede resolver muchísimos espacios e interaccionar desde lo artístico con la arquitectura y el paisaje de la ciudad», concluyó Del Barrio.