Secciones
Servicios
Destacamos
La finca de las Antenas, en Rostrío (San Román), es propiedad de RTVE y debe su nombre de referencia a la enorme antena que tiene instalada en el centro, y que se ve desde lejos, para sus retransmisiones. Hace tres años, las nueve hectáreas que ... conforman este espacio agrario junto al litoral norte de Santander eran un completo plumeral de tierra infértil, con alto riesgo de incendio. Básicamente se había convertido en un semillero de Cortaderia, desde donde se expandían las semillas por toda la ciudad.
Hoy, en cambio, la foto es muy distinta. No queda ni rastro de la planta invasora desde que se cortó en 2019 y, en su lugar, un rebaño de 130 ovejas de raza carranzana cara negra pace alimentándose sobre un suelo que ahora es fértil, en el que crece hierba, anidan pájaros y los topillos hacen sus madrigueras. ¿Qué es lo que ha ocurrido para que se haya producido una transformación de este ecosistema? Es el resultado de una acción experimental que forma parte del Plan Life Stop Cortaderia en la que se ha empleado ganado (ovejas y caballos) para garantizar el mantenimiento de las fincas sin pluma.
«El experimento ha sido un éxito. Hemos comprobado que las ovejas son el nuevo gran aliado de la lucha contra el plumero porque se comen los brotes más pequeños de los plumerales y así no vuelven a salir», explica Felipe González, el delegado territorial de SEO/Birdlife en Cantabria, que en Santander son los responsables de ejecutar el plan de lucha contra el plumero.
Toda Cantabria combate desde hace décadas la expansión del plumero. Uno de los principales problemas que ha surgido en su intento de erradicación es que los esfuerzos materiales y humanos para extraerlo caían en saco roto. En poco tiempo volvía a reproducirse.
La novedad con este nuevo modelo de actuación que emplea al ganado como pieza clave para el mantenimiento de las fincas es que «es ecológico, no necesita gasolina, es barato y muy eficaz». «Las ovejas, con sus pequeñas bocas, son capaces de comer los brotes más diminutos de la planta del plumero. Mientras que los caballos, con sus fuertes dientes, se comen la planta grande de hoja dura. La combinación de ambos animales es muy efectiva para nuestro propósito», detalla González. Además, destaca que «siempre hay pastores locales que necesitan fincas para sus animales dispuestos a colaborar».
Es el caso del pastor Fernando Gómez, hijo de Toñín, «familia ganadera de toda la vida, descendientes de la zona de Rionansa», dice. Gómez se crió con cabras y ovejas y, para él, el cuidado de su rebaño es su «hobby desde hace cinco años». La raza ovina a su cargo está en peligro de extinción y, «como es un animal extremadamente tozudo, la pastoreo con perro (mastín y border collie), ya que responde mucho mejor y le hacen más caso al mantenerse los instintos de presa-depredador. Aunque los perros no atacan -explica-, sí rodean y marcan».
Respecto al plumero, Gómez destaca que «los plumerales están dejando a los ganaderos sin pasto». «Cada vez cuesta más encontrar una finca donde segar o donde liberar al ganado». De esta foma, «gracias al plan de lucha contra el plumero, se ha permito acabar con ello en esta finca, donde no crecía hierba, y tener pasto para las ovejas». «Y esto, como consecuencia, ha favorecido que crezca el rebajo, que era uno de nuestros problemas».
Gómez es uno de los 18 socios de la Asociación Perros Pastores de Cantabria, cuyo objetivo es «la transmisión de conocimiento de esta raza ovina en peligro de extinción y de las técnicas del pastoreo con perros».
El plan experimental ha contado con un presupuesto de 80.000 euros financiado por el Gobierno de Cantabria, la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santander y fondos europeos. «Con este dinero se acometieron los trabajos para eliminar el enorme plumeral y fue necesario emplear maquinaria». Una vez que la planta fue extraída, las labores se centraron en el suelo de un calidad pésima. «Estaba lleno de escombros y al mover la tierra para sembrar salieron trozos de neumáticos, bricks de zumo de los años 80... Se había utilizado para depositar basura durante años», lamenta González. Tras la siembre se dejó un año sin tocar para que enraizara la planta. Fue entonces cuando entraron las ovejas a pastar.
«El empleo del ganado es el mejor sistema en la lucha contra la Cortaderia», considera González. «Han pasado tres años y se han conseguido nuevos pastos, colaborar con los ganaderos para que los puedan utilizar; hemos dejado zonas de zarzas, lo que ha fomentado que reaparezcan las golondrinas y otras aves, los conejos... Con ese manejo extensivo de la finca hemos logrado una transformación del ecosistema».
El plan 'Santander, Capital natural' es un proyecto con el que se va a trabajar en siete áreas degradadas en cuatro años. La Remonta, las pozonas de San Román, la Virgen del Mar, la Vaguada de las Llamas, el Alisal y la ría de Raos. «Vamos a utilizar las técnicas que hemos aprendido que funcionan. Son métodos testados. Aún así no se va a eliminar los plumeros de Santander. La lucha tiene que ser a mayor escala», concluye González.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.