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La Enseñanza se manifiestó este miércoles para exigir que «se escuche la voz de la ciudadanía y se dé una solución a un problema que afecta de forma directa al futuro de la ciudad». Pancartas, actuaciones musicales y representaciones teatrales acompañaron a los cerca ... de 300 profesores, alumnos y padres afectados por «el bloqueo del proyecto». Y la fecha elegida no fue casualidad, ya que sólo le separan unas horas de la celebración del Pleno municipal de noviembre, asamblea en la que se seguirá «sin avanzar en ninguna dirección, por lo que salimos a la calle a reclamar el cumplimiento de un convenio que lleva más de cuatro meses de paralización administrativa». La presidenta de la AFA del colegio, Margot Pelayo, y el representante de los trabajadores, Ignacio Illarregui, fueron los encargados de leer el manifiesto junto a un joven estudiante de cuarto de la ESO.
Los manifestantes consideraron que el tiempo transcurrido desde la constitución de la corporación municipal «ha sido más que suficiente» para que todos sus miembros se hayan informado sobre el expediente y para que quienes consideren que la propuesta actual «es mejorable», hayan avanzado en propuestas concretas con plazos concretos. «Sin embargo, más allá de incontables declaraciones a los medios de comunicación, no se ha producido ningún avance que conozcamos, ni se ha concretado ningún cambio».
Los convocantes apuntaron que «todos estos inconvenientes» son los que les han llevado a reconocerse como 'El cole de papel': «llevamos 167 años siendo una realidad educativa que ha formado a miles de santanderinos y cuyo futuro se encuentra en un papel desde hace once años».
La petición de actuaciones para avanzar en el desarrollo del expediente, afirman, no obedece «al mero capricho o beneficio particular» de la comunidad educativa. «Somos los primeros en colocar el interés público como elemento esencial en la resolución del problema». También recordaron que, hace doce años, «familias, alumnado y trabajadores nos pusimos en pie para frenar las aspiraciones especulativas que hubieran supuesto la pérdida del proyecto educativo y la edificación de la parcela de Vía Cornelia». Y que, un año después, renunciaron a su «privilegiada ubicación en el centro» para propiciar un convenio en beneficio de Santander. Este acuerdo tenía un interés «para todos los ciudadanos, que verían mejorada la trama urbana del centro, nuevos equipamientos y una nueva oferta de vivienda en una zona atractiva sin perder la posibilidad de confiar la educación de sus hijos a un proyecto histórico y cuya competencia está perfectamente contrastada, en una nueva ubicación». También pidieron que la propiedad, la Compañía de María, se comprometiera «más firmemente» con el interés general. ¿Miran también para otro lado o simplemente esperan una justificación que les permita no cumplir el convenio y marcharse de Santander definitivamente?».
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