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Una niña juega esta semana entre la multitud de hojas caídas de los plataneros que hay en el parque de Nueva Montaña en Santander. Roberto Ruiz
El paisaje otoñal de Santander en pleno verano

El paisaje otoñal de Santander en pleno verano

Desfloración ·

Los golpes de calor hacen que los árboles eliminen parte de su follaje para mantenerse hidratados y vivos

Ana del Castillo

Santander

Domingo, 31 de julio 2022, 15:58

Cuando las personas tienen calor se hidratan, se protegen a la sombra o visten ligeros de ropa, pero ¿qué hacen los árboles en plena ola de calor? Se autoregulan. Sueltan parte de su follaje para mantener hidratadas al resto de hojas y así conservar el equilibrio entre el sistema radicular y el aéreo. De ahí que estos días no sea extraño encontrarse caminos en Santander más propios de otoño que de verano, con suelos marrones que crujen al pasar.

Es un fenómeno común en ciudades con climas más continentales, como Madrid, Sevilla o Córdoba, pero poco habitual -al menos hasta ahora- en la capital cántabra. Cuando esto ocurre, el servicio de Parques y Jardines prioriza y centra la tarea en regar los árboles más débiles: los de reciente plantación (de uno o dos años), los ubicados en los alcorques (macetas subterráneas en las aceras) y los más expuestos al sol. «También prestamos atención a aquellos ejemplares insustituibles de valor cultural o ecológico, como los situados en los Jardines de Pereda y los propios de Calvo Sotelo, la Alameda de Oviedo o Mesones», señala el técnico muncipal del servicio, Pablo Ruiz.

«Los días de mucho calor prestamos atención a los ejemplares insustituibles, a los recién plantados y a los ubicados en alcorques»

Pablo Ruiz | Técnico de Parques y Jardines

Cuando las temperaturas suben drásticamente los árboles sufren estrés hídrico, un fenómeno natural en el que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible. Por eso es necesario aumentar las frecuencias de riego, que si suele ser una por semana, pasan a ser tres, «aunque va en función de la necesidad y el tipo de riesgo». «La principal orden desde el Ayuntamiento de Santander es regar y regar, antes que segar una rotonda», explica Ruiz.

Un hombre descansa bajos los árboles en Nueva Montaña. Roberto Ruiz

El plátano de sombra, conocido como el 'todoterreno de las ciudades' por su fuerza y vigorosidad, aglutina el 12% de las especies que hay en la ciudad; le sigue el arce con un 8%; el tamariz, muy representativo del paisaje de El Sardinero (7%); los distintos tipos de pino (6%); el aligustre japonés (6%); y el resto de porcentajes corresponden al tilo, al abedul, la robinia, la morera, el roble o la encina, entre otros.

Si de media un árbol chupa a la semana 50 litros de agua, con el calor extremo hay que doblar la cantidad, a 100 litros, porque al haber más temperatura se produce mayor evaporación y salvo que la especie esté plantada en un parque, donde las raíces pueden conservar un poco más la humedad, necesitan un extra de riego para no secarse. Solo el año pasado, Parques y Jardines tuvo que hacer una reposición de marras de un total de 287 árboles, en su mayoría ubicados en alcorques de alineación viaria.

Cambios en los maceteros

Para evitar que mueran tantos árboles, de un tiempo a esta parte, el Ayuntamiento de Santander, a través del servicio de Parques y Jardines, ha modificado la amplitud de los alcorques. Han dado a los árboles mayor espacio: «Es uno de los requisitos para la isntalación de arbolado en las nuevas obras, como se ha hecho en la calle Antonio López, donde se establecieron unas características mínimas para que las raíces de los árboles pudieran profundizar. Hasta ahora esto no era tan importante, pero comienza a serlo. No es tan sencillo como hacer un agujero, se necesita amplitud, que no se compacte, que drene bien en los meses más lluviosos... y sobre todo que las raíces no se topen con una capa de suelo compacta», enumera el técnico municipal del servicio, Pablo Ruiz.

Salvo por este fenómeno de defoliación puntual por el golpe de calor, que tampoco se puede atribuir del todo al cambio climático, Parques y Jardines no ha detectado ningún otro problema, «ni exceso de plagas ni invasoras».

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