El Palacete del Embarcadero se renueva

Si uno se fija bien, se da cuenta de que el tiempo empieza a pasarle factura. Su pintura esta desconchada en sus estancias interiores y también son evidentes las marcas de humedad. Aunque no tiene grandes desperfectos que requieran de una rehabilitación urgente, sí necesita un lavado de cara para seguir siendo uno de los edificios más admirados por los paseantes que recorren el Paseo Marítimo y por los asiduos a las exposiciones que acoge en sus salas de forma habitual.

La Autoridad Portuaria de Santander (APS) ha fijado el presupuesto base de licitación en 168.402 euros (sin IVA) y una de las principales actuaciones que se realizarán en el edificio consistirá en eliminar las humedades y filtraciones de agua provocadas por su alta exposición al mar. También se repararán los elementos deteriorados ya que, en los espacios interiores del inmueble, acumula desperfectos en las paredes.

El Puerto también sustituirá los materiales del Palacete que están en mal estado o que son de baja calidad y mejorará todas las instalaciones y la accesibilidad del edificio, ya que actualmente sólo se puede entrar y salir a través de unos escalones que generan dificultades, entre otros, a los usuarios de silla de ruedas. Estas obras están contempladas dentro del Plan de Inversiones 2019-2023.

Estaba previsto que la exposición que alberga actualmente el edificio, 'Doblar la tierra', del artista santanderino Javier Arce, fuera la última antes de que el Palacete se cerrase. Pero desde la Autoridad Portuaria han decidido mantenerlo abierto hasta después del verano. Esta decisión se ha tomado porque al proyecto de obra le quedan algunos detalles por ultimar y, mientras tanto, prefieren que el singular edificio esté abierto y operativo para actos o actividades que puedan desarrollarse durante la temporada estival, aunque todavía no hay ninguno previsto.

«Esto es un punto y seguido. Después de muchos años de actividad cerramos el Palacete porque le toca un proceso de respiro y de descanso merecido», expuso el presidente del Puerto, Francisco Martín, en el último acto público que se celebró allí para anunciar el convenio de colaboración con el Ayuntamiento a través del que se rehabilitará el muelle de Maura, ubicado justo al lado de este edificio. «Se me antoja pensar en el Palacete como un corredor de fondo extenuado que entrega el testigo y se dispone a descansar. Durante muchos años, la APS ha sido un dinamizador cultural de esta ciudad. Aparecen ahora corredores olímpicos como la Fundación del Banco Santander o Enaire y este pobre corredor de fondo parará unos meses».

Pionero en albergar las primeras y más importantes exposiciones de arte contemporáneo desde mediados de los años ochenta, el Palacete del Embarcadero ha acogido en sus 35 años de vida más de millón y medio de visitantes, convirtiéndose en el espacio más importante de la actividad cultural del Puerto. Por suerte, cada vez cuenta con más espacios que lo apoyan en esta expansión de la cultura. A la inminente inauguración de la Estación Marítima, que contará con un espacio permanente dedicado a la memoria del Machichaco a modo de centro de interpretación, se sumará en un futuro próximo la recuperación de la Nave Sotoliva, sin actividad desde hace más de una década, así como la culminación de las obras del nuevo Archivo General de la Autoridad Portuaria, en el Barrio Pesquero.

Son un ejemplo más de la transformación del frente marítimo. En este céntrico espacio que se extiende en paralelo a la bahía, compartido entre el Puerto y la ciudad, ya se acumulaba la necesidad de rehabilitaciones. Al margen de la reforma del Palacete del Embarcadero, a su lado, el muelle de Maura está cerrado desde finales de 2018 por las deficiencias de su estructura. Ahora, tanto el edificio como el muelle están cerca de renovarse y pronto se licitarán las obras de ambos con proyectos independientes.

El plan para arreglar el muelle de Maura ya está redactado y presupuestado en 1,35 millones de euros –que se financiará al 50% entre Ayuntamiento y APS–, por lo que saldrá pronto a concurso. Tras la licitación y la posterior adjudicación, las obras darán comienzo tras el verano y, según la previsión inicial, estarán terminadas seis meses después. Estas intervenciones se realizarán en un espacio con unas dimensiones de 700 metros cuadrados, en la parte inferior del muelle.