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Domingo, 14 de mayo 2023, 07:36

Modo oscuro

El arte urbano ha ido ganando espacio en la ciudad desde inicios del año 2000 como una alternativa para mejorar espacios degradados y la verdad es que el resultado es atractivo, aunque a veces pasan desapercibidos al no conocerse el mensaje y la cantidad de trabajo que esconden. El lienzo de estos gigantescos murales realizados con la técnica del grafiti son variados, desde grandes fachadas, plazas, puentes, centros cívicos, institutos de enseñanza... El objetivo de su presencia es mejorar la imagen de la zona, en parte al conseguir disuadir de otras pintadas de grafitis de espontáneos, acto vandálico muy presente en paredes cerca de solares de la ciudad.

Además, los propios artistas de este movimiento conocido como arte callejero, buscan otro objetivo: dotar de mensaje sus obras, con contenido histórico, filosófico, ecologista o experiencias de vida. Si seguimos las trayectorias de los artistas que han dejado su impronta en edificios de Santander, veremos que exportan su arte callejero por el mundo, con icónicos murales en grandes capitales culturales de Europa y del mundo, desde Florencia, Milán, Oslo, Copenhague, Miami y China, país donde muchos de los autores se inspiran en su cultura manga para sus personajes.

La mayoría de las intervenciones realizadas en Santander se enmarcan dentro del Festival Desvelarte, impulsado por Fundación Creativa y la Asociación ACAI, de artistas independientes, pero también hay iniciativas privadas como el hostelero Carlos Crespo, propietario de El Riojano, que encargó un mural de Okuda para decorar la fachada del edificio en el Río de la Pila. También un particular, Antonio Jiménez Orta, costeó el Galeón representado en una pared medianera de la sede de Gobierno en Peña Herbosa, que ocupa 408 metros cuadrados y representa una hazaña naval.

Los murales, sobre todo, se han extendido a lo largo de los últimos 20 años. En 2007 se inauguró, siendo Gonzalo Piñeiro el alcalde de Santander, el mural que representa a escritores como Pereda, Galdós, Hierro o Concha Espina, entre otros. Los autores de este gran mural de 140 metros cuadrados no eran afamados extranjeros de la subcultura del arte urbano. En este caso, la obra fue realizada por alumnos de la Escuela Taller. Los murales están dispersos en distintos barrios de Santander y se cuenta por decenas. Hace tiempo que dejaron atrás la connotación de grafitis, puesto que la técnica de cada ilustración sobrecoge. Entre los artistas de sellos cántabros destacan también el ilustrador Adri Santiago y Pejac, el creador de 'la grieta' de Valdecilla, mural realizado durante la pandemia.

La mayoría de estas expresiones artísticas encierran un mensaje cargado de etnografía regional, como el Zarramaco (personaje de la Vinajera de Silió)que aparece en el mural de Okuda y Serzo en General Dávila o el Grabado de Braun representado en una fachada de Santa Lucía 23.

El gran dibujante e ilustrador cántabro José Ramón Sánchez es autor del mural ubicado junto a la rampa de Sotileza, que representa escenas populares del libro 'Sotileza' de José María de Pereda. El mural en un binomio excelente entre literatura e ilustración, que fueron inconexos en el tiempo, pero que pudo materializarse en 2003 gracias a la fachada de este edificio.

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José Luis Serzo. Calle Simancas

'La historia más bella jamás contada' es el título de esta obra de grandes dimensiones realizada en 2020 por el artista José Luis Serzo (Albacete, 1977). Esta pintura mural se encuentra en la fachada de un bloque de viviendas de cuatro alturas situada en el popular barrio de Porrúa.

'La historia más bella jamás contada' es el título de esta obra de grandes dimensiones realizada en 2020 por el artista José Luis Serzo (Albacete, 1977). Esta pintura mural se encuentra en la fachada de un bloque de viviendas de cuatro alturas situada en el popular barrio de Porrúa.
'La historia más bella jamás contada' es el título de esta obra de grandes dimensiones realizada en 2020 por el artista José Luis Serzo (Albacete, 1977). Esta pintura mural se encuentra en la fachada de un bloque de viviendas de cuatro alturas situada en el popular barrio de Porrúa.
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