El paseo de Canalejas estrenará en junio sus cinco rampas mecánicas

El objetivo de estos trabajos -que se financian a medias entre el Ayuntamiento de Santander y la Consejería de Obras Públicas- es avanzar hacia una «movilidad más sostenible» con la disminución del tráfico rodado. De hecho, así lo ha explicado hoy la alcaldesa Gema Igual durante la visita que ha realizado a los trabajos junto al consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa: con el nuevo tramo mecánico en Santander «se generará más movilidad a pie de los vecinos por nuestras inmediaciones y tendremos esa ciudad de proximidad en la se visitan más los comercio locales».

Las obras –que ejecuta SIEC– tienen un presupuesto de 1,9 millones de euros de los que un millón proviene de la subvención convocada por el Gobierno regional para movilidad sostenible y medidas de accesibilidad en ayuntamientos de más de 20.000 habitantes. «Si queremos que el tráfico de vehículos disminuya en el centro de las ciudades tenemos que apoyar este tipo de iniciativas de la que se beneficiará una gran población y el Colegio Calasanz», ha advertido Gochicoa.

Los trabajos se prolongarán durante 10 meses, de forma que en el mes de junio estarán finalizados y se podrá ascender por las cinco nuevas rampas mecánicas.

Las obras se dividirán en cuatro fases. En la primera, que durará dos semanas (hasta el 21 noviembre), se ha cortado el acceso a Canalejas desde Casimiro Sáinz y se permite el acceso de vehículos por Andrés del Río; sin embargo, el autobús no puede hacer el giro en esta calle, por lo que se ha desviado el recorrido de las líneas 11 y 12 a la calle Tetuán para retomar Canalejas por la calle Padres Escolapios. Será el único cambio en el TUS, ya que se mantienen todas las frecuencias y horarios.

Otro de los cambios en el itinerario es el cierre al tráfico en sentido descendente de la calle Padres Escolapios durante la primera fase de los trabajos.

«Con carácter general se va a mantener el tráfico rodado en Canalejas durante todas las obras, salvo cortes muy puntuales», aseguró el concejal de Fomento, César Díaz. La fase dos durará dos meses y medio en la margen izquierda de la calle, pero se mantendrá un espacio para el tráfico peatonal y cruces transversales para comunicar ambas aceras. A continuación, en la fase tres se actuará en la acera de la derecha con un plazo de cinco meses. Aquí se ubicará el foso de hormigón para las rampas. Por último, llegará la fase cuatro de instalación eléctrica y asfaltado.

«En esta calle vive mucha gente mayor que sube con la lengua fuera, cargadas de bolsas. A veces les pregunto que si quieren ayuda porque se ve que les cuesta subir», señala Sandra Celis, vecina de Canalejas, al ser cuestionada por la web de El Diario Montañés acerca de la acogida de las obras. «Mucho han tardado, esta es una de las cuestas más pindias de la ciudad y la tengo que subir tres o cuatro veces al día para ir a por el pan, la primitiva...», apuntó.

Los peatones se mostraban satisfechos con el resultado que tendrán estas obras, pero entre los comerciantes hay mas reticencias. «Perderemos plazas de aparcamientos, ¿dónde van a parar mis clientes? A mí me va a perjudicar en el negocio, pero me toca aguantarme», señaló María Esperanza Borragán, al frente de establecimiento 'El niño de la carne'.

Por su parte, un grupo de docentes del colegio Calasanz se mostraron partidarios de la instalación de las rampas: «La entrada y salida al colegio es caótica. El tráfico bloquea la calle y se forma un auténtico caos». «Con esta actuación muchos escolares subirán andando por las rampas y se va a reducir el número de vehículos que saturan la vía», opinó una profesora del centro, Magdalena Díaz.