Paseo marítimo para descubrir los secretos de Costa Quebrada
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La empresa Bahía de Santander, que se dedica a la educación ambiental, inicia una ruta por el litoral de la ciudadConocer Santander a través de su bahía. Desde curiosidades de la historia como, por ejemplo, por qué uno de los arenales que rodea la Península de La Magdalena se bautizó como playa de los Bikinis, hasta la explicación de qué procesos han dado lugar al ... paisaje actual que luce la ciudad o cuál es la flora y la fauna que se esconde en el territorio. Comprender el paisaje y los recursos geológicos es, precisamente, el objetivo de la nueva ruta guiada en barco que ha puesto en marcha Bahía de Santander, una empresa dedicada al ecoturismo y a la educación ambiental y que combina labores divulgativas y de conservación. Así, durante la hora y media que dura el paseo que recorrerá el frente marítimo de la capital cántabra, un experto de la compañía se encargará de contar decenas de detalles que, casi seguro, sean nuevos para los visitantes, pero también para muchos santanderinos. «Es una ruta bastante desconocida. La visión que tenemos desde el mar de los espacios naturales que alberga la bahía es un auténtico lujo», resume Carlos Sainz, responsable de la empresa que consiguió la licitación publicada por el Ayuntamiento para iniciar esta ruta que sale desde Puertochico–en concreto desde la dársena de Molnedo– y llega hasta Cabo Mayor.
Será una experiencia que pretende convertirse también en un espacio para descubrir los secretos de Costa Quebrada. En un primer momento «se va a interpretar la fachada sur de la ciudad» mientras el barco, poco a poco, deja atrás zonas como el dique de Gamazo o la playa de Los Peligros y edificios tan conocidos como el Palacio de Festivales o el Museo Marítimo del Cantábrico. Otra joya. Después rodeará la Península de la Magdalena. Un punto clave. Justo ahí «vamos a hacer uno de los principales focos de atención con los acantilados que tiene que son espectaculares». Una imagen a la que se suma la estampa del «Palacio coronando», continúa Sainz.
La embarcación pasará por la Isla de la Torre, el Islote de la Horadada o las playas de El Sardinero y Los Molinucos. Y así el camino llegará hasta Cabo Mayor donde los viajeros conocerán «la singularidad del faro y toda su historia» Y de ahí el barco se acercará al «gran tesoro» de la bahía como es la Isla de Mouro que es una «zona de especial protección para las aves». El siguiente paso antes de emprender el camino de vuelta será avanzar «pegaditos a la flecha del litoral del Puntal» que permitirá a los viajeros conocer el por qué «del interés de conservar» ese espacio. De ahí al estuario del Miera para cerrar el recorrido.
En resumen, se trata de una experiencia «espectacular» que es casi privada dado que en el barco sólo hay espacio para doce personas. Y ese es uno de los «valores añadidos» de la ruta, valora su responsable: «La cercanía con los pasajeros». Además de la comunicación y el «mensaje interpretativo del litoral», desarrollado por los profesionales de la compañía. No obstante, la participación en la recién estrenada actividad va un poco más allá. La entrada cuesta 20 euros. Pues bien, el 10% del precio que pague cada persona, se destinará a financiar un proyecto de conservación que, en este caso, será el del águila pescadora.
La actividad forma parte del Plan de Sostenibilidad Turística de Santander: «Queremos que todas las empresas turísticas reviertan en el ecosistema, midan su huella de carbono y sean sostenibles», explicó la alcaldesa, Gema Igual. En este sentido, la regidora recordó que no se trata de una experiencia «turística, sino medioambiental». Es fundamental que la capital no se convierta en una «ciudad masificada» que sólo muestre una cara. «Santander tiene una naturaleza privilegiada y queremos destacar la biodiversidad del litoral», añadió.
Por eso esta nueva ruta tiene varios puntos clave. Por un lado, el barco cuenta con seis paneles solares que ayudan a «minimizar las emisiones de la propia embarcación». Y, por otro, la experiencia es neutra en carbono. ¿Qué quiere decir eso? El resumen rápido es que la empresa compensa las emisiones de la actividad. «Vamos a analizar la procedencia de cada pasajero y a tomar datos de cómo ha accedido hasta Puertochico para embarcar», señala Sainz. A la información que recaben añadirán también el consumo de combustible del barco. Después se encargarán de «analizar los datos y lo compensaremos».
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