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María Teresa López Alonso desmontó en enero de 2015 su pensión 'Margarita', la que antes fue de su esposo Pablo Sánchez y fundaron sus suegros Cipriano Sánchez y Margarita Rodríguez. «Cierro por que soy mayor, porque los clientes han bajado y porque se me acabó el contrato de renta antigua. Ya hace tiempo con mis hijos habíamos tomado la decisión de cerrar cuando acabase el año 2014. Y ha llegado el momento», dijo.
La sala de estar de la pensión con auténticos muebles de los sesenta y algún adorno navideño en las estanterías.
La cocina de la pensión Margarita, por donde pasaron clientes conocidos como Blas de Otero y su mujer Sabine y José Mallorquí y Gerardo Diego
La pensión 'Margarita' forma parte de aquel grupo de establecimientos en los que se hospedaban miles de veraneantes de Castilla que venían desde finales del XIX a tomar los baños de mar.
La pensión 'Margarita' tenía 18 habitaciones, dobles y triples. El último pasado verano la habitación doble costaba 57 euros, con lavabo. El baño en el pasillo. Sin desayuno.
Las habitaciones tenían lavabo. Los baños estaban en el pasillo.
Mientras la gran clase se hospedaba en el Hotel Real, y la burguesía en los hoteles de El Sardinero, los veraneantes de a pie lo hacían en la docena de pensiones de Piquío
Las habitaciones compartían el baño que se encontraba en el pasillo.
El inicio de la Avenida de Los Castros estuvo poblado de pensiones. En el número 5, 'Paloma', en el 9, 'Florinda'; en el 11 'Luisito', y en el mismo edificio con los números 11 y 19, 'Soledad' y 'Margarita'. En la acera de enfrente, en el número 8 estaba la pensión 'Teresa' y a pocos metros, en la calle Palencia, la pensión 'La costa'.
El hotel estaba decorado con muebles y cuadros típicos de los años sesenta.
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