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Insólita estampa en Mataleñas. Junto a las vistas espectaculares de la costa de Cantabria, una exhibición de ganado transforma durante todo este fin de semana ... este privilegiado entorno. Hace ocho años que el ganado vacuno no estaba presente en la capital cántabra. La última vez, en 2014, cuando 700 cabezas participaron en una 'pasá'. Hoy y mañana, domingo, la campa de Mataleñas acoge el I Concurso-Exposición de Ganado Vacuno. Bajo unas amplias carpas, que hacían de parapeto del sol que apretó durante toda la jornada y una brisa que aliviaba algo la temperatura, Ángel Cuesta, ganadero y presidente de la Asociación Raza Limusín, cepillaba con mimo a una de sus reses, color caramelo:«Lo que hace de una vaca una ganadora es la armonía en su morfología; que tenga volumen y anchura, lo que implica que va a tener buenos partos y que la carne va a ser buena. Además, para la exposición, debe de tener el lomo limpio, para ver su rectitud, y profundidad y finura, que es lo que le va a dar la clase». Estos dos días son importantes para los ganaderos. «Este es el segundo concurso más importante de España y estamos muy orgullosos de lo que se está viendo aquí estos días», agregó.
Gran Campeona y Mejor Ubre. Ganadería Sarabia Isla, de Solórzano.
Mejor Rebaño. Ganadería Isla.
Vaca Intermedia Campeona. Ganadería Somo Boo, de Somo.
Joven campeón. Sat Ceceño, del Tejo
Tenera Campeona. Sat Cabo Oyambre, de San Vicente.
Novilla Campeona y Gran Campeona. Cudaña, Valdáliga
Ganaderos y público disfrutaron durante la jornada de ejemplares de todas las razas cárnicas: monchina, tudanca, asturiana de los valles, asturiana de la montaña, parda de montaña y pirenaica. Además, se han celebrado dos concursos monográficos, dedicados al ganado frisón y al limusín. De las 285 cabezas de ganado, 155 estaban inscritas para participar en el Concurso Monográfico y Regional de Raza Limusina; 60 en el de Raza Frisona; mientras que otras 70 reses representaron a las diferentes razas cárnicas en la exposición ganadera.
«Lo importante es que la gente vea de dónde sale la carne y que exijan, cuando vayan a la carnicería, que sea IGP (Indicación Geográfica Protegida). Eso significa que las vacas han estado comiendo en nuestros prados, que han sido criadas en casa», indicó Irene Somohano Vela, propietaria junto a su marido de la ganadería El Tejo, en Valdáliga. En las gradas de la zona de exposición, mirando como las vacas desfilaban con clase, estaba Iván Gutiérrez con su familia. Este ganadero (Sat El Molino de Ruedes) no participaba en el concurso. «Vengo a ver a estas preciosidades. Los ganaderos lo estamos pasando muy mal, pero como esto se acabe, Cantabria dejará de ser verde y la gente no sabrá qué carne está comiendo».
No resulta habitual ver vacas recorriendo las calles de la capital cántabra. Pero eso no quiere decir que esta sea la primera vez que visitan la ciudad. Lo han hecho más veces. Basta con echar la vista atrás. Un ejemplo cercano. En junio del 2013 estos animales entraron en Santander para exhibirse con motivo de la celebración del trigésimo aniversario de la inauguración del Monumento a la Vaca, obra del escultor Manuel Cacicedo, ubicada en el Parque del Doctor Morales. Ni más ni menos que 110 ejemplares representando a las razas bovinas que hay en la región, como la pasiega, la limusín, la frisona o la tudanca, entre otras. Una oportunidad para dar a conocer las especies autóctonas y el trabajo del sector.
Hay más eventos. En esta ocasión no fue un concurso ni una subasta. Pero también en junio de 2014 hubo centenares de vacas en Santander. Un cuarto de siglo después, la capital cántabra recuperó su 'pasá'. En total, 700 ejemplares que partieron de La Remonta y llegaron hasta Puertochico. Aquella tarde, el que era el presidente de la agrupación nacional de tudancas, Roberto González, definió la jornada como «histórica» porque muchos de los miles de curiosos que llenaron las calles para ver al ganado «no habían visto una vaca en su vida». La ciudad hizo así visible el mundo rural y, por una vez, los mugidos y el estruendo de los campanos sustituyeron al ruido de los coches que interrumpe cualquier conversación.
Entonces fueron los propios ganaderos quienes solicitaron al Ayuntamiento de Santander recuperar el evento que llevaba más de dos décadas sin organizarse. Una petición que este pasado miércoles volvió a repetirse. Lorenzo González, presidente de la Federación de Razas Cárnicas y presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Vacuno de Raza Tudanca, lanzó a la alcaldesa, Gema Igual, la necesidad de recuperar la 'pasá' y que las vacas tudancas vuelvan a conquistar el centro de la capital. La solicitud quedó en el aire, sin respuesta clara. Habrá que tener en cuenta diversos aspectos dado que en la de 2014 hubo una nota amarga y es que ocho personas resultaron heridas leves al desbocarse una de las vacas.
El momento de tensión se produjo cuando una de las reses decidió abandonar la carretera y embestir contra todo lo que encontró a su paso. Se revolvió en la carretera y arremetió contra el público. Finalmente dos ganaderos pudieron reducirla frente al local de lo que entonces era la joyería Salamanca, en Calvo Sotelo. Y, por fortuna, el suceso quedó en un susto, aunque tres de los afectados pasaron la noche ingresados en Valdecilla con golpes y fracturas, y uno de ellos con una herida abierta por asta de vaca.
En la memoria reciente de muchos están los últimos eventos que acercaron el mundo rural a la capital. Pero es posible echar la vista más atrás y volver a toparse con celebraciones ganaderas en la ciudad. Esta vez ferias como la que se organiza en la campa de Mataleñas . Habrá vecinos que lo rememoren. Quien se encarga de repasar esos eventos, porque estaba allí y escribió sobre ellos, es Jesús Pérez del Río, cronista de El Diario Montañés durante 50 años. «Recuerdo los eventos de ganado en la campa de La Magdalena y los concursos que se celebraron: locales, regionales e incluso hubo internacionales», destaca. Este escenario de 'realeza' acogió varios concursos de ganado de la raza limusín. «Recuerdo titular: 'La ciudad de Santander abre sus puertas al medio rural'», cuenta Del Río. Está en la hemeroteca. En el ejemplar que este periódico publicó el 15 de julio de 1983 destacaba un anuncio que recordaba la celebración de la IVFeria de Afirmación Ganadera durante una semana. Y, en concreto, un concurso de ganado selecto de raza frisona bajo el nombre 'Ciudad de Santander'. Un domingo que se convertía en el día grande ganadero.
En aquel concurso participaron 28 ganaderías de la región con casi 300 cabezas de ganado que llenaron el recinto y clausuraron el multitudinario evento. Eso sí, los premios estaban retribuidos en una moneda diferente. El mayor estaba dotado con 15.000 pesetas y el menor con 3.000. Así se puso fin a un acto al que acudió el entonces alcalde de la ciudad, Juan Hormaechea, que, tras su paso por la el Consistorio, también ocupó la presidencia de Cantabria.
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