'El patio de la luz' alumbra la nueva sede del Santander con una instalación artística

El histórico inmueble de 1903, que reabrió sus puertas en verano, tras ser sometido a una reforma integral por el estudio de arquitectos Cruz y Ortiz, alberga ahora la nueva sede territorial de Banco Santander. Desde este mes de abril ya es visible en su interior y en sus singulares torres de la cubierta el proyecto abordado por la artista santanderina Arancha Goyeneche tras un encargo de la entidad: 'El patio de la luz' está configurado por nueve piezas de 92 x 92 cm cada una, ubicadas en el work café del semisótano, y cuatro obras en el exterior, a modo de intervención en las otras tantas cúpulas de los torreones que presiden la cubierta al aire libre, muy atractivos con el contraste nocturno. El vinilo adhesivo sobre PVC e impresión sobre tela, una de las señas de identidad de la creación de Goyeneche, es el elemento común de las piezas.

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Tomando como referencia los alicatados de tradición mudéjar, ha acometido una reinterpretación contemporánea basándose en «sus formas geométricas, juegos de luces, la policromía, la repetición de patrones y unidades, la vivacidad compositiva y el refinamiento plástico». La artista, explica que su proyecto concebido ad hoc para este doble espacio, lo integran «composiciones con pequeños recortes de material, a modo de 'stickers' o pegatinas de colores mates, brillantes y reflectantes, sobre unidades de 10 x 10 cm con los que construye módulos o paneles de mayor tamaño».

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La intervención que propone «sigue los parámetros de aunar clasicismo, modernidad y contemporaneidad». Para sus piezas del semisótano, la artista recuerda que «a medida que bajamos de planta, la luz va perdiendo intensidad, por tanto, un aspecto primordial radica en compensar la carencia de luz introduciendo en el espacio armonía de colores vivos y materiales reflectantes, similares a los efectos que se obtienen con la cerámica de reflejos». Son módulos-mosaicos enmarcados e independientes , que a su vez están formados por unidades, a modo de 'azulejos', realizados con fragmentos de vinilos autoadhesivos en diversos valores cromáticos y calidades reflectantes, «con los que se recrean las cualidades brillantes y vidriadas del azulejo».

En el caso de las torres, ha elegido «un modelo compositivo distinto para cada una, escogido entre los diversos patrones de las piezas que conforman la obra del semisótano». De esta manera, sostiene, «quedan relacionados los dos espacios y, a la vez, diferenciados en cuanto a materiales y técnica que se emplean debido a las condiciones en los que se ubican las obras».