Secciones
Servicios
Destacamos
El proyecto para rehabilitar el Museo de Arte de Santander (MAS) necesita otra vuelta de tuerca (ya se modificó en junio del año pasado). Así lo demuestra el informe que el servicio de Patrimonio Cultural de Gobierno de Cantabria ha trasladado al Ayuntamiento y donde ... recoge que la documentación aportada es «insuficiente» y que, tal y como está, es desfavorable «porque no respeta las características originales del inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC)».
Desde el Consistorio, el concejal de Fomento, César Díaz, asegura que están en «contacto constante» con el Gobierno y que les trasladarán toda la documentación extra necesaria para demostrar su disposición total a proteger este inmueble: «Tenemos la preocupación absoluta de conservar la obra de Leonardo Rucabado». Según apunta, parte de la información recogida en el proyecto original no se incluyó en el modificado y es lo que ahora echan en falta desde el Gobierno, ya que tras revisar el primer documento no exigieron datos que ahora sí piden. De momento y si el documento se subsana cuanto antes, el contratiempo no afectará ni a los plazos ni al presupuesto de la obra.
Así, el informe de Patrimonio Cultural recalca que la documentación aportada es «insuficiente» y requiere al Ayuntamiento que le traslade el proyecto original, que se aprobó en octubre de 2021 en Junta de Gobierno, y todos los documentos técnicos posteriores que lo modifiquen.
Porque, como apuntan, en el proyecto modificado se plantean unos cambios en el sistema estructural desfavorables «que no respetan las características originales del inmueble». En cuanto a la climatización, el informe asegura que la documentación aportada «no es suficiente» como para valorar si cumple los criterios de la legislación vigente. Algo similar apuntan sobre el sistema de protección contra incendios: «La documentación aportada no es suficiente para emitir un juicio técnico». Respecto al acabado de la cubierta previsto, también lo califican de «desfavorable» y afirman que debe ejecutarse con teja cerámica curva, como en el edificio original, en vez de teja mixta marrón.
En cuanto a las modificaciones propuestas en el sistema estructural, el documento de Patrimonio Cultural también apunta que «afectan a elementos originales y tienen un alcance significativo alterando características esenciales del inmueble de Rucabado, declarado BIC».
Desde el Ayuntamiento, Díaz asegura que este texto del Gobierno se debe a un «primer informe, provisional» y que tienen reuniones periódicas para tratar el avance de las obras.«No son conclusiones definitivas, esto va a seguir evolucionando y aportaremos más información para justificar todas las intervenciones, pero tenemos claro que defendemos la exquisitez de las obras y el respeto al inmueble».
En cuanto a las «alteraciones del BIC», Díaz explica que, «más que el edificio en sí mismo, lo que buscaba esta declaración de monumento histórico-artístico era proteger su contenido y su carácter de museo, ya que la declaración se circunscribe 'en tanto se destine a la expresada finalidad'». Junto al MAS, en 1962 también se declararon BIC el Museo Municipal de Pinturas y el Museo Provincial de Prehistoria (hoy derribado).
«Este matiz es muy importante porque refuerza el hecho de que todas las actuaciones que se plantean en el proyecto de rehabilitación van encaminadas a mantener y consolidar el uso museístico del edificio, ajustándolo a toda la normativa en vigor para su correcto funcionamiento, y sin perder de vista el diseño de Rucabado, pero siendo conscientes de que su finalidad original en aquel entonces era la de biblioteca y no la de museo». Además, el edil recuerda que el edificio «ha sufrido numerosas reformas a lo largo de su vida, incluso antes de la declaración de Bien de Interés Cultural».
En junio del año pasado, cuando se aprobó la modificación del proyecto, desde la oposición alertaron sobre estas intervenciones, adjudicadas con una oferta «muy a la baja». El portavoz socialista, Daniel Fernández, calificó entonces la reforma de «chapucera» y exigió al PP que aclarase en qué medida podía afectar la obra a la estructura original.
G: Balbona.- Son casi cinco años y medio los que han transcurrido desde el incendio en el antiguo Museo de Bellas Artes de la calle Rubio. Y lo cierto es que entre demoras en la puesta en marcha del proyecto de rehabilitación y lo difícil que es discernir cuáles son las prioridades en la supuesta futura ciudad de la cultura, el museo sigue cerrado. La isla santanderina entre los museos homónimos de Bilbao y Oviedo representa un más hondo y vergonzoso vacío que el del mero accidente y la costosa reforma. Entre silencio y opacidad (no mucho menos oscuro que lo sucedido en la Biblioteca de Menéndez Pelayo), el hoy MAS sigue enquistado en las cenizas del déjà vu. La rehabilitación avanza, claro, pero más de un lustro después el debate sobre el trayecto y la función que el Museo santanderino deben jugar, junto con su integración en el resto de equipamientos culturales que asoman ya, sigue siendo una incógnita. Y, lo que es peor, no parece que exista una inquietud viva ni propicia para implicar a los sectores del mundo de la cultura y el de los artistas en particular. Como expresó el historiador Luis Sazatornil en las jornada del pasado año sobre los museos, esa planificación es una de las mayores tareas pendientes, «pues las instituciones públicas bien gestionadas y con un apoyo colectivo son pilares fundamentales de la estabilidad cultural». Según las estimaciones, el objetivo es concluir las obras de reforma antes del verano, lo cual, tras conocerse los últimos condicionamientos del proyecto, se antoja escasamente creíble como no sea un ejercicio de entusiasmo preelectoral.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.