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Llegar a cumplir 100 años es todo un acontecimiento y poder celebrarlo rodeado del cariño de su familia, como lo ha hecho Paulino Villota Zapatero, ... original de Cervatos de la Cueza (Palencia), es un motivo doble de alegría para este poeta de vocación tardía que se estableció en Santander en los años 60; tal es su pasión por escribir poesía que a menudo lamenta que «no hay horas suficientes en el día» para plasmar todos los versos que surgen en su cabeza. «¡Demasiados años ya, había cumplido cuando el primer verso lograba escribir!; mas, la poesía tan hondo he sentido, que, estoy convencido, ¡me ayuda a vivir!», escribe en su poema 'Tardía vocación'.
Nació hace un siglo, el 8 de noviembre de 1923, en el seno de una familia campesina dedicada a las labores del campo y el ganado. Tanto trabajo y obligaciones dejó poco tiempo al pequeño Paulino y a sus hermanos para ir a la escuela, pero esto no impidió que en su etapa adulta saliera a la luz el corazón de poeta que llevaba dentro este castellano, que emigró a Santander para criar a sus hijos con más oportunidades que en el campo y acceso a una mejor educación. El pasado día 11, Paulino celebró su centenario en familia junto a sus hijos María Jesús, José María, Mercedes y Rosario, nietos y bisnietos.
Durante su juventud y primeros años de adulto se dedicó a varios trabajos, destacando las labores del campo y, posteriormente, como carnicero, al reparto de carne por los pueblos cercanos. Casado con María Hoyos, Maruja, ya fallecida, emigraron con sus tres hijos a Santander en noviembre de 1963, donde tuvieron su cuarta descendiente, Charo. El matrimonio regentó un negocio de ultramarinos en el barrio San Roque, de General Dávila, hasta su jubilación.
Paulino, una persona entrañable, se siente muy orgulloso de su familia, que conforman cuatro hijos, nueve nietos y dos bisnietos (con un tercero a punto de nacer), a quienes ha criado en los valores del cristianismo, el esfuerzo y el sacrificio, lo que hizo «dando ejemplo», destaca su hija Mercedes.
Siempre ha tenido el corazón partido entre su ciudad adoptiva y el amor por su Castilla natal, en especial a su pueblo, del que fue orgulloso pregonero en 2016.
Al jubilarse empezó su gran afición por la poesía, habiendo publicado dos libros: 'Mi vida', que narra en verso desde su nacimiento hasta 1996, y 'En su memoria', con las poesías inspiradas por su primer año de viudedad. Además, imprimía cada año para sus allegados un tomo con cien poesías en las que reflejaba su día a día y con las que llegó al tomo 22.
Paulino ha sido un gran usuario de Facebook, donde comentaba todas las publicaciones de sus amigos y compartía sus poesías en su página personal, que ha mantenido activa hasta los 97 años. Fiel lector de El Diario Montañés, primero en papel y después en la versión digital, nunca ha tenido miedo a los avances tecnológicos; al contrario, se adaptó a ellos y ha sido usuario de las redes sociales, superando cualquier brecha digital y demostrando que no hay una edad límite para aprender. Para ello, hizo numerosos cursos de informática y todo ese aprendizaje lo aplicó y le permitió disfrutar de estos nuevos campos.
Paulino ha sido y es un hombre con mucha iniciativa. Cuando se jubiló se apuntó a unos cursos de poesía en el Centro Cultural Doctor Madrazo, donde aprendió sobre su gran pasión de la mano de Merche Lanza, que llevaba el grupo llamado 'Tardes de poesía'.
«Le llamabas a las once de la noche y decía que estaba con un soneto que le tenía ocupado... Decía que no tenía horas suficientes en el día para escribir todo lo que quería...», resaltan sus hijos, que consideran que la poesía le ha mantenido lleno de vida. «Siempre iba con un lápiz y un cuaderno para apuntar cuando le surgía una idea. Ha estado muy activo hasta los 97 años, que sufrió un ictus y perdió facultades», comparten.
Otro aspecto destacado en su vida ha sido su gran fe cristiana y su devoción mariana. Durante muchos años también dirigió diariamente el rezo del Rosario en la iglesia de los Salesianos de Santander.
El pasado sábado Paulino disfrutó de su centenario con su familia y con un deseo: cumplir muchos más junto a los suyos.
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