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El puerto del Barrio Pesquero se vacía de barcos abandonados. Tras un proceso de nueves meses, la Autoridad Portuaria de Santander (APS) retiró ayer las últimas quince embarcaciones sin identificación y cuatro remolques, que permanecían en la rampa de Varadero y presentaban «un estado ... de conservación inaceptable», informan desde el Puerto. «Por fin vuelve a ser lo que era. Es una zona que, gracias a la cantidad de restaurantes que tiene, ha sido un punto muy turístico durante el verano y chirriaba ver los buques desgastados», comenta Juanjo de la Torre, presidente de la Asociación de Vecinos Los Arenales. Por eso, celebra que la imagen de botes sin pintura, con agujeros en la cubierta y que acumulaban suciedad haya quedado en el pasado.
Pero no ha sido un proceso sencillo. Y es que el Puerto no podía retirar los barcos sin el permiso de los dueños, quienes en muchas ocasiones resultaban ilocalizables o se desconocía quiénes eran. Pero sí que puede actuar cuando su presencia supone un riesgo para el resto de embarcaciones, ya que algunas flotan muy cerca de los pantalanes. En esos casos, y a requerimiento de Capitanía Marítima, los barcos se desguazan.
En este contexto, el pasado febrero, la Policía Portuaria realizó una inspección para identificar las embarcaciones varadas en la rampa. Ese mismo mes, varios operarios comenzaron a retirar algunos de los buques. Así, como resultado de la inspección, el Puerto elaboró un informe en el que se identificaron 36 barcos. Dos meses después, en abril, realizó una segunda inspección por parte del Departamento de Dominio Público, para identificar aquellas embarcaciones «que mostraban signos de abandono o deterioro», que resultaron ser catorce. Entonces, se notificó a los propietarios de los botes, «mediante varios escritos en abril y mayo, su obligación de retirar los barcos en el plazo máximo de diez días desde la notificación», explican desde la APS.
Finalmente, el pasado junio, llegó la tercera inspección por parte del mismo departamento para poder comprobar las embarcaciones que habían sido retiradas, «una vez vencido el plazo establecido».
Llegados a este punto, aún no había terminado el proceso. El pasado 13 de julio, se publicó en el BOC un anuncio de requerimiento de retirada de embarcaciones para cinco barcos identificados en la rampa de Varadero, «que no habían sido retirados tras su notificación», así como 19 barcos sin identificar. Según lo establecido, tenían un plazo de 15 días hábiles, a contar desde la fecha de publicación, para que se procediera a su retirada.
En este mismo anuncio, «se advertía de que, de no ser retiradas, la propia Autoridad Portuaria procedería a realizarlo, siendo los gastos que se originasen a cuenta de sus propietarios». Así, tras finalizar los plazos establecidos, este viernes la estampa en el puerto del Pesquero ya era otra.
«Entendemos la espera ya que así son los plazos que marca la normativa vigente, igual que los procedimientos administrativos. Pero era una actuación muy necesaria», insiste Juanjo de la Torre. «Estamos muy contentos».
Es cierto que los buques degradados contrastaban con el aspecto de las calles más cercanas a este puerto, que fueron renovadas este mismo año con nuevas aceras, vegetación, un nuevo parque infantil y también una nueva pista de fútbol.
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