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La infraestructura cultural y arquitectónica más importante proyectada en la ciudad, el Centro Botín, cumplirá en junio su quinto aniversario. El doble volumen, concebido por el arquitecto genovés Renzo Piano, sobre más de diez mil metros cuadrados del muelle Albareda, envuelto en una «piel» ... de cerámica con más de 280.000 piezas, empezó a edificarse hace una década. Son dos aniversarios ligados a un proyecto que ha cambiado en buena medida el paisaje ciudadano, urbano, social y cultural de la ciudad. La singularidad formal y arquitectónica que aporta la piel de cerámica de la primera construcción en España de Piano estuvo acompañada de problemas desde las primeras semanas. Tras el primer trimestre de vida, ya se detectó que varias decenas de piezas presentaban defectos en su dibujo, o mostraban la aparición de estrías y fisuras de diferente dimensión, lo que provocó su retirada y reposición. En 2018 se decidió, tras sucesivos estudios, la instalación de una malla o red envolvente en gran parte de las fachadas del edificio. Lo que para la institución constituía un recurso puntual definido como una «actuación provisional» para evitar la caída de las piezas, se ha convertido en un factor permanente del centro de arte.
El proyecto diseñado por Piano, en su primera obra en España, vivió un lustro entre ralentizaciones y algún parón restando importancia a los plazos. La Fundación arrastraba de hecho desde el 19 de junio de 2012 el peso de un anuncio que no pudo cumplirse: al inicio de los trabajos en el antiguo solar que ocupaba en gran parte el aparcamiento del ferri su compromiso fijaba el final del edificio en marzo de 2014. Después llegó la inauguración de los Jardines de Pereda, en una primera fase, y la apertura del túnel para facilitar el tráfico por debajo del inmueble. Finalmente, la construcción fue inaugurada el 23 de junio de 2017.
Cuatro meses después de la apertura al público, la institucion ya procedía a restituir las piezas de cerámica mal ajustadas o defectuosas. La delicada «piel» del edificio, planteada como el mayor «reto», era sometida a una constante labor de mantenimiento. Renzo Piano, apenas un mes antes de la inauguración de su primera obra en España, declaraba en su estudio de Génova que las 280.000 piezas que configuran la envolvente cerámica acaparaban la singularidad de su proyecto para la Fundación santanderina, junto con su edificación en voladizo. Las denominadas «perlas» que integran la cubierta, fueron concebidas con «la misión de aprovechar la luz del sol por arriba y reflejar la luz del agua por abajo». La estética y diseño del doble volumen fue objeto de elogios por publicaciones especializadas, e incluida ya en estudios y monografías sobre el premio Pritzker.
Dos meses antes de declararse el estado de alarma por la pandemia, se conoció la última novedad en torno al problema que arrastran las fachadas: la culpa de la rotura de las piezas no era responsabilidad de la empresa que las fabricó o de su composición, sino de la «deficiente ejecución del sistema de anclaje». La sentencia judicial desestimó en ese final de 2019 la demanda presentada, precisamente, por la empresa encargada de ese proceso, Tot Disset. Esta firma demandó tanto al fabricante, Cerámica Cumella, como a la UTE Ascán-OHL, encargada de ejecutar las obras y que fue quien la subcontrató para realizar el anclaje. «Solo cabe cambiar los elementos nacarados que recubren las paredes y cubiertas más sensibles». La revelación la hizo en sede judicial el arquitecto técnico de Ascán.
En marzo de este 2022 se cumplirán cuatro años desde que la entidad decidiera cubrir gran parte de la fachada con una red. La Fundación ha eludido hablar en ocasiones sobre sus planes de futuro. Fuentes de la institución, a mediados del pasado año, comunicaron que la solución iba a anunciarse a medio plazo pero no se ha registrado anuncio alguno. Algunas fuentes aluden a recortes presupuestarios durante este periodo de pandemia, lo que se ha podido traducir «en déficits en las labores de mantenimiento del edificio».
El Centro Botín fue uno de los primeros centros de arte en Europa en reabrir sus puertas tras los meses de confinamiento en 2020 y en este tiempo de pandemia ha mantenido con regularidad sus actividades y ha recobrado las temporadas expositivas con producciones como la de 'Picasso Ibero' que logró una gran repercusión internacional.
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