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¿Cómo era el cielo sobre Santander hace 25.000 años? ¿O cómo será dentro de 10.000? ¿Cómo era la luna ayer y con ... qué planetas se cruzó durante la noche? Aunque las respuestas no parecen al alcance de cualquiera, están muy cerca. Concretamente, en el Planetario de la Escuela de Náutica de la Universidad de Cantabria (UC), en Gamazo. Unas instalaciones que, aunque pensadas para dar clase a futuros navegantes para que aprendan a guiarse en el mar siguiendo a las estrellas, se abrió al público a finales de los años 90 y recibió, desde entonces y hasta 2020, miles de visitas al año. Hasta la pandemia, cuando –como todo– cerró. Con la diferencia de que, una vez superada la etapa más agresiva del covid, no volvió a abrir al público. El confinamiento coincidió con la jubilación del auxiliar que hacía las visitas tanto a colegios como a turistas –nacionales y extranjeros– y no hay previsión de que la plaza, que depende del Ayuntamiento, vaya a cubrirse de nuevo.
La Escuela de Náutica de Cantabria es la única de España que cuenta con un proyector óptico para estudiar el cielo. De hecho, apenas quedan en Europa, donde lo más habitual es utilizar aparatos digitales que, lejos de representar los planetas y las estrellas como son, con sus formas redondeadas, se ven como píxeles cuadrados. En concreto, el de Santander se trata de un proyector planetario de la casa Carl Zeiss, adquirido por la Universidad a la entonces República Democrática Alemana en 1989. Fue una inversión del Ministerio de Fomento, que se gastó en el aparato 54 millones de las antiguas pesetas y que hoy es una pieza única.
Entrar en esa cúpula es como viajar por el espacio. Las constelaciones inundan la sala y, para hacerlo aún más envolvente, el técnico ponía música que, gracias a la distribución y las dimensiones del lugar, sumergía al público hasta que desconectaba del exterior. Está pensado para todos los públicos: para que los niños vean con claridad las constelaciones, colocan encima el dibujo de lo que representan. Por ejemplo, un carro encima de las estrellas que forman la Osa Mayor, también conocida como El Carro. Así, al volver a retirar el dibujo, los más pequeños ven mejor las estrellas que la forman. Como su objetivo principal es formar marinos, también colocan mediciones para que aprendan a moverse y orientarse en el mar.
Ahora, sólo los alumnos de la Universidad tienen acceso a las instalaciones. Y no está muy claro que el Ayuntamiento tenga intención de volver a sacar la plaza de auxiliar para que pueda volver a abrirse al público. Cuando a finales de los 90 la Universidad decidió abrir esta cúpula al uso ciudadano, firmó un convenio con el Ayuntamiento para que este se ocupase de esas visitas. Desde entonces y hasta el 2008, un auxiliar, un técnico y dos becarios se encargaban de dar a conocer el espacio más allá de los estudiantes. A partir de 2008, solo quedó al frente de las visitas el auxiliar, formado en Magisterio y que ya dominaba la narración. Pero con su jubilación, durante la pandemia, el Planetario quedó cerrado al público general. «Nos hemos reunido con el Ayuntamiento, pero no nos dan soluciones. De hecho, nos dijeron que harían un estudio de mercado a ver si era rentable, sin pensar en la función de servicio público y de formación que supone», lamenta Antonio Trueba, el director de la Escuela. «También nos ofrecieron un convenio de 3.000 euros al año, pero con esa cantidad es imposible contratar a alguien que esté aquí todo el año», añade. «El Gobierno regional está dispuesto a colaborar, pero el tiempo pasa y esto sigue cerrado al público, es una pena».
Este planetario ha sido alabado a nivel nacional e internacional. «Ha venido gente de Alemania, de Francia, forma parte de la asociación de planetarios y de la de museos de ciencia; las asociaciones de astronomía también lo destacan...», enumera Andrés Ortega, quien fue técnico de estas instalaciones y actualmente es subdirector de la Escuela de Náutica. «Podría formar parte del Anillo Cultural». La entrada a este espacio tenía un coste de 1,5 euros por persona y las visitas rondaban las 7.000 al año entre colegios e institutos, participantes del programa de ocio 'La Noche es Joven' y los turistas, tanto nacionales como internacionales.
En el Ayuntamiento
Hace justo un año, el Pleno, de forma unánime, aprobó la moción del PRC que exigía renovar el convenio entre el Ayuntamiento y la Universidad de Cantabria para reabrir el Planetario al público y garantizar su mantenimiento, funcionamiento y promoción. Además, la moción también recogía crear un itinerario escolar de visitas e incluirlo en el mapa turístico de la ciudad. A pesar de aprobarse y de poner de acuerdo a todos los grupos políticos, no se dio ningún paso más para que el espacio volviera a abrirse al público.
Así, en agosto de 2022, el PRC volvió a preguntar en el Pleno por el convenio y, aunque se aseguró que se estaba analizando su reapertura, actualmente sigue cerrado.
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