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A falta de dos semanas para la llegada oficial del verano, todas las playas están preparadas para recibir a paseantes y bañistas. O casi. Algunos servicios, como los de limpieza, funcionan ya diariamente y otros lo harán desde el sábado que viene. Los vecinos, ... en general, se muestran contentos con el estado de los arenales, aunque se enfocan en una preocupación común: el espigón a medio construir entre la playa de La Magdalena y Los Peligros. Un nombre que le viene como anillo al dedo, porque las rocas, los materiales de obra y las puntiagudas vallas siguen ahí, al alcance de los más pequeños. Dejando de lado este «gran inconveniente», todos coinciden en la buena tarea de acondicionamiento que se está realizando y en la temprana presencia de los socorristas, que ya trabajan durante los fines de semana.
La vigilancia de los arenales corre a cargo de Cruz Roja, que cuenta con doce puestos de vigilancia y un horario de funcionamiento desde las 11.30 horas a las 19.30. De las trece playas presentes en Santander, estarán diariamente en La Virgen del Mar, La Maruca, Mataleñas, Primera y Segunda de El Sardinero, La Concha, El Camello, Bikinis, La Magdalena y Los Peligros, mientras que en la playa del Bocal se prestará el servicio los sábados y festivos. «Me sorprendió verlos el fin de semana pasado, como ha hecho tan malo me daba la sensación de que faltaba más tiempo para que comenzase la temporada de playa», apuntaba Marimar Ortiz. Las bajas temperaturas, sin embargo, no molestan a Lucía Merino, encantada de poder hacer surf sin los arenales saturados. «Como no hace mucho calor, la gente no quiere venir a tomar el sol y bañarse, pero nosotros con el neopreno sí».
La limpieza de los arenales es evidente. Desde El Sardinero hasta La Concha, se ven cada mañana los grandes surcos que dejan las máquinas limpia-playas. De cerca, sólo se ven restos de conchas. Ni rastro de basura. Desde el inicio de junio hasta el último día de septiembre está activo el dispositivo de limpieza, con 25 operarios que trabajan en horario nocturno y diurno. El trabajo más pesado, el de las máquinas, se realiza desde las diez de la noche hasta las diez de la mañana para entorpecer lo mínimo posible la actividad de los visitantes. Además, desde las cinco de la mañana hasta las once, se retiran los restos orgánicos de los contenedores. El resto del día, hasta las siete de la tarde, los operarios se mueven en quads para repasar las playas y «garantizar que haya presencia constante de personal de limpieza en los arenales». «Lo único que me molesta es la suciedad que genera la gente, sobre todo las colillas. No puede ser que fumen y dejen los restos en la arena. Son muy pequeñas y difíciles de retirar», protesta Marimar Ortiz en la Primera de El Sardinero. Otros usuarios ponen el foco en las barandillas de la playa. «Otros años las pintan, están un poco descuidadas».
La playa de La Virgen del Mar también está más que lista para la temporada estival. Tanto la arena como el césped que rodea la zona están preparados para recibir a los visitantes. La coincidencia con las fiestas, apuntan algunos paseantes, puede ser una de las razones por las que está tan limpia toda la zona. El único desperfecto que destacan algunos está en la cuerda que hace de barandilla en una de las entradas a la playa. A mitad del recorrido, está rota.
Desde el Ayuntamiento de Santander reiteran que las escolleras de La Magdalena y Los Peligros no dependen de ellos y, por tanto, la retirada de las piedras tampoco. Es la única pega que encuentran los transeúntes, que aseguran que la limpieza de la zona llama la atención, mientras pasean por los surcos marcados por las máquinas limpia-playas. «No es normal que la gente utilice las rocas para resguardarse del viento. Dan mala imagen de la ciudad, porque se nota que son de una obra que se ha dejado a medias. Y a saber si se retomará alguna vez o si se plantean retirarlas», comentaba José María Escalante mientras paseaba cerca de la zona.
Otros, como José Manuel Olavarría, va a lo práctico. O se acaba la obra o se quita el espigón que ya está terminado. «No tiene sentido dejarlo a medias. Los hay en toda España y no pasa nada. Si se queda así, la arena se va a seguir perdiendo». A él le es indiferente cuál de las dos opciones prevalezca, siempre que sea una de ellas y no algo intermedio. «Cuando era pequeño, la playa era de piedra y no pasaba nada. Si querías arena, te ibas a otra».
Varias playas de Santander contarán con servicio de baño asistido para personas con movilidad reducida: Los Peligros, el Camello y Primera y Segunda de El Sardinero. Será a través de sillas anfibias o 'buggies'. En el puesto de Los Peligros habrá dos socorristas preparados para facilitar este servicio, mientras que en el resto serán los usuarios quienes utilicen estas las sillas anfibias con la ayuda de familiares o amigos.
En cuanto a los parques infantiles playeros, estarán situados en Los Peligros y las dos de El Sardinero. Además, en esta última también habrá una biblio-playa. Estas áreas infantiles, acotadas en la arena, serán atendidas de manera diaria desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde por monitores de tiempo libre que realizarán diferentes actividades con los niños.
Santander tiene certificadas sus trece playas con el distintivo EMAS de Gestión y Auditorías Medioambientales, una acreditación que debe renovarse todos los años mediante evaluaciones externas. El Ayuntamiento de la capital cántabra es la única administración pública de la región que posee este distintivo y en 2016 fue reconocido por la Comisión Europea, con la medalla de bronce, por sus más de cinco años de mantenimiento del certificado.
A este sello se une, desde 2013, el certificado oficial de Q de Calidad Turística, con el que están acreditadas todas las playas urbanas del municipio, es decir, todas las que pueden contar con todos los servicios que indica la norma, en especial los de accesibilidad: Primera y Segunda de El Sardinero, La Concha, El Camello, Bikinis, La Magdalena y Los Peligros. Otro de los reconocimientos que tienen las playas de Santander es la bandera Ecoplaya, que concede la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente como reconocimiento a la gestión ambiental y sostenible. Tienen este reconocimiento Los Peligros, La Magdalena, Bikinis, El Camello, la Primera y Segunda Playa del Sardinero, la de la Virgen del Mar y La Maruca.
Los Molinucos y Rosamunda son las dos playas más pequeñas de Santander. Para acceder a la primera, de sólo 25 metros de longitud, debe atravesarse el Parque de Mataleñas. La segunda, apartada y solitaria, se encuentra en el entorno de la zona de Monte, cerca de La Maruca. A veces se oculta por la marea y llega a desaparecer por completo.
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