Secciones
Servicios
Destacamos
En pleno agosto, con la ciudad llena, un par de señoras se saltaban una valla que -en teoría- prohibía el paso a la Segunda Playa del Sardinero desde García Lago (donde están las letras de 'Santander'). El acceso, la rampa, no estaba en condiciones. ... Ahora sí. Allí al lado y en otras zonas han estado pintando barandillas y quitando óxido -falta saber hasta dónde han llegado, porque hay bastante-. En el arenal tampoco aparece el pedregal que en verano se formaba en el límite de marea, en esa línea entre la arena mojada y la seca, que fue portada del periódico y dio que hablar. 'Chequeo a las playas: joyas devaluadas', fue el titular de aquel reportaje veraniego. Ahora, de cara a Semana Santa, El Diario repite el chequeo. La estampa muestra mejoría, sí. Barandillas, carteles, piedras, limpieza, duchas, labores de jardinería en los aledaños, accesos... Están en orden, se han arreglado o están mejorando (aún queda). Pero el repaso sigue dejando planos que no salen bien en la postal junto a unas aguas turquesas y una arena fina para presumir. Detalles y deberes pendientes. Y, sobre todo, los 'puntos negros' atrapados en el abismo de la guerra interminable entre administraciones.
El antiguo chiringuito Rema es uno de esos puntos. El chequeo empieza precisamente por la Segunda -el martes, a las 14.30 horas, aprovechando la marea baja-. El edificio está cada vez peor. Más cuarteado, más pintado, más cochambroso. En el entorno de la playa hay barandillas oxidadas, aunque ese día estaban trabajando en algunos tramos y han seguido haciéndolo desde entonces (habrán tenido que esmerarse para quitar, si es que han podido, el mucho óxido que había). Aquí las olas (y los cambios que se hicieron en el dique del fondo) han cambiado hace años la fisonomía de la playa. Se inunda por un lado con la pleamar. Pero justo allí estos días no son visibles las lastras paralelas al muro (y tampoco el pedregal que se formaba en la orilla). Los carteles con la información no están, por ahora, llenos de pintadas (sí lo estaban en verano). Da la sensación de que los han repuesto.
Por el todavía agrietado Piquío -aún no han empezado las obras que ya están previstas- se pasa a la Primera. Buen aspecto y limpia (como la anterior). Todo bien si no fuera porque la estampa de los Bajos del Rhin es otra de esas que hace que los que andan por allí (lucía el sol y ya había grupos de turistas) hablen de imagen de cierto «abandono». Sobre todo, en los esquinazos. Uno, pintarrajeado (los negocios que están allí deben estar hartos), con desconchones en la baranda superior o en las cornisas, y con vegetación poco ornamental saliendo por los rincones. El otro, con una reja poco apta para los 'selfies' tapando la parte inferior, lo que hay bajo la estructura.
Lo que más llama la atención en La Concha es un cartel con las instrucciones del covid ya desfasadas que no estaría de más quitar (permanece en más playas) y una parte muy oxidada de la barandilla -al menos, ese día aún estaba-. De ahí, al Camello. Tal vez sea aquí (en una playa que muestra un gran aspecto, en general) donde más se refleja otro de los deberes pendientes en varios puntos: la renovación de las banderas. Las de Santander, el EMAS, la ISO o la Q de calidad. Distintivos de reconocimiento para presumir hechos jirones y en unos mástiles que piden una mano de pintura.
Bikinis (de biquini o de bikinis, que siempre hay debate), La Magdalena, Los Peligros... A nadie se le escapa que en este tramo lineal está la 'zona cero'. Más allá del espigón que sí se levantó y que está sentenciado a muerte -pero que sigue ahí en otro periodo vacacional con la vegetación creciéndole por encima junto a los garabatos de los carteles de peligro-, el peor tramo arranca más allá del balneario (esta zona, justo al abrigo del dique, está bien de arena) y hasta el promontorio. En ese itinerario está el 'pasaje del terror'. El arenal mermado de metros que se corta con la marea alta, pintadas en los muros del fondo, La Horadada como una construcción fantasma y esquelética, un acceso derrumbado con un trozo en el aire, ciudadanos haciendo alpinismo para bajar a la playa desde Reina Victoria, vallas donde estaban los materiales del espigón que quedó sin hacer... Todo eso sigue así desde hace meses (incluso, años). Si cabe, a medida que pasa el tiempo, peor.
Es curioso contar que esta Semana Santa la ciudad contará con una playa más. La que se ha formado por el avance de la arena que se va de Los Peligros en la zona anexa a la rampa que se usó en el Mundial de Vela.
Doble recorrido en coche y dos playas más. En Mataleñas -arriba- proliferan los plumeros. Avanzan. En el trayecto hasta la playa, la barandilla junto a las escaleras requiere reparaciones. Hay un tramo que no tiene pasamanos (ya no lo tenía en verano) y otros que están mal fijados. Que 'bailan' al apoyarse. Abajo, la fuente no funciona y las mallas de protección en uno de los extremos están deterioradas o, simplemente, no están (los restos duermen en la arena).
De allí a la Virgen del Mar. Última parada del paseo. Otra joya única y con ese punto algo salvaje (que también tiene, en mayor medida incluso, Mataleñas). Aquí también hay un cartel que informa de la obligación de acceder a la playa con mascarilla (no se lo crea, es viejo). Pero, hablando de accesos, sigue habiendo uno para personas con discapacidad que no sirve. Encharcado y con final en escalón hasta la arena.
Después de que la ministra Teresa Ribera hablara en el Congreso de los Diputados de la «demagogia del Ayuntamiento de Santander» respecto a los arreglos en las playas, la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, acusó al Ejecutivo de Sánchez de quitarse «la careta» y «dejar tirados a los santanderinos». Las administraciones siguen pasándose la bola sobre la responsabilidad respecto a lugares como La Horadada, el Rema o los arreglos en los accesos a Los Peligros, que cada día están peor.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.