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ÁLVAROMACHÍN
santander.
Sábado, 6 de mayo 2023, 02:00
¿Quién debe arreglar la penosa estampa de la rampa caída sobre Los Peligros? Pues depende a quién se pregunte. ¿Se van a rellenar las playas? ¿Se debe hacer? ¿Quién debe hacerlo? Pues depende a quién se pregunte. ¿Qué Administración debe dar los pasos necesarios ... para mejorar el deplorable estado de La Horadada o el chiringuito Rema? Pues -sí- depende a quién se pregunte. El Ayuntamiento de Santander -amparándose en leyes y convenios- dice que tiene que ser Costas. Es más, se plantea iniciar «un expediente de disciplina urbanística para ordenar» que lo haga. Costas -amparándose en acuerdos, órdenes ministeriales y, sobre todo, en que el Ayuntamiento pidió la paralización de la obra de los espigones- dice que tiene que ser el Consistorio. Y así, a las puertas de otro verano. Otro periodo festivo en el que la foto de los turistas puede incluir la postal inolvidable de los escombros sobre la arena. Porque el derrumbe de la rampa, por ejemplo, se produjo a finales de 2020. Va para tres años.
Ambas partes están convencidas de sus razones. La mejor muestra son las numerosas cartas que ha enviado el Ayuntamiento al Ministerio. O las declaraciones de la ministra Teresa Ribera en el Congreso. Erre que erre, y con ninguna pinta de ponerse de acuerdo.
Por partes. Lo más llamativo tal vez sea, precisamente, lo de la rampa. «El acceso se ejecutó por parte de Costas, previo acuerdo del Pleno del Ayuntamiento en donde figura expresamente que, una vez recibidas las obras, el Ayuntamiento se obliga a 'conservar y mantener las obras proyectadas excepto las posibles irregularidades que se deriven de su construcción a efectos de temporales'», explican a El Diario Montañés en el Consistorio junto a una copia del acuerdo plenario. Recuerdan los temporales del 3 y del 20 de diciembre (Dora y Ernest), adjuntan datos de la Aemet e insisten en que comunicaron estos hechos a Costas. En ese escrito recordaron también «que el Ayuntamiento sufragó y acometió las obras y la urbanización de la zona de Reina Victoria como consecuencia de un argayo». O sea, que cumplieron con «sus obligaciones sin exigir al Estado que afronte trabajos que no son de su competencia». Aseguran que ellos cumplen, pero que «el Gobierno de Pedro Sánchez mira para otro lado».
Trasladada la misma pregunta al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico desde este periódico, contestan que «se le ha comunicado al Ayuntamiento que debe reparar el acceso o retirarlo en base al compromiso de mantenimiento de las obras adquirido». «Además -añaden-, la afección al final de la rampa se ha producido como consecuencia de la paralización de las obras de estabilización de las playas de La Magdalena-Peligros, solicitada, entre otros, por el Ayuntamiento».
No hay mucha novedad en esto desde hace tiempo. Así llevan años. Eso sí, desde la capital cántabra anuncian que sus «servicios jurídicos están valorando iniciar un expediente de disciplina urbanística para ordenar a esa Administración -Costas- la reparación». Y que, si no se atiende, tratarían «de actuar de forma subsidiaria para acondicionar la zona y posteriormente reclamar a Costas el importe de la actuación». O sea, encargarse de la obra y luego pasar la factura.
La paralización de la obra de los espigones vuelve a salir a relucir al preguntar por rellenos en las playas. Madrid insiste en que «en su momento se advirtió al Ayuntamiento de que la paralización provocaría la pérdida de arena y un retroceso de las playas a su situación natural». «Y que si las obras se paraban, este Ministerio no asumiría reposiciones de arena por considerarse, en este caso, una actuación no sostenible». Para el Consistorio esto es incumplir la ley, que, según indican, determina que Costas es responsable de la «regeneración y recuperación de playas».
Queda, en esa lista de puntos negros, La Horadada y el Rema. ¿Quién tiene que hacerse cargo del edificio en Los Peligros? Desde el Ministerio indican que «por Orden Ministerial 01.07.22 se otorgó al Ayuntamiento una concesión sobre el citado edificio». Para el Consistorio eso fue una «imposición unilateral» y entienden que Costas «ha permitido el deterioro de un edificio protegido». En lo único que coinciden es en estar a la espera de la resolución del recurso presentado desde el municipio.
«Hasta que Costas no acepte la solicitud del Pleno del Ayuntamiento para convertir el edificio en un centro asociado al surf, su responsabilidad como propietario es repararlo para que se mantenga en unas condiciones mínimas de seguridad, salubridad y ornato público», explican en Santander sobre el Rema. Pero el Ministerio dice que «a esta fecha, no consta la presentación de solicitud de concesión por el Ayuntamiento para la explotación».
Hay una última novedad. Desde la ciudad se ha requerido a Costas «por escrito» la retirada «del vallado de obra y la cartelería que aún existe en la parte ajardinada a la entrada de Los Peligros». Donde quedaron los materiales de la obra del espigón subterráneo. Piden eso y «la reposición de las barandillas de seguridad que estaban colocadas para evitar caídas en altura (en el hormigón del suelo están las marcas de anclaje de las barandillas), considerando estas absolutamente necesarias para garantizar un uso seguro de la zona». Para el Consistorio, es otro ejemplo «del abandono mas absoluto a las playas de Santander y su estado».
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