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La Feria de Santiago estará gestionada por una empresa privada y el Ayuntamiento quiere asegurarse de que nada falle. Por ello, el pliego de arrendamiento redactado por el consejo de administración de la plaza de toros obligará a cumplir con la calidad de los toros ... y los toreros. Cuando se supo que el evento taurino iba a privatizarse y que su gestión dependería de una empresa ajena saltaron las alarmas entre los aficionados. Su mayor temor es que la entidad que finalmente esa elegida para desarrollar el evento seleccione matadores de menor nivel para ahorrarse dinero en las contrataciones y que el negocio le salga más rentable. Pero el Consistorio se ha asegurado de que esto no pueda ocurrir y en el documento de alquiler ha incluido unos mínimos: al menos diez de los toreros de a pie que participen en la feria –de un total de 15 matadores– tendrán que figurar entre los veinte primeros del escalafón europeo.
El ganado también tendrá que ser de «reconocido prestigio». El contrato contempla que al menos cinco de las siete ganaderías que participen en el evento tendrán que haber lidiado, durante las dos últimas temporadas, en un mínimo de ocho corridas en plazas de primera y segunda categorías. Entre ellas, tendrá que estar la triunfadora de la Feria de Santiago del año pasado.
Las empresas interesadas en gestionar el evento tendrán que presentar una serie de documentos que les otorgarán una valoración máxima de cien puntos. Lo que más peso tendrá, con un máximo de 50 puntos, será el cartel de la feria, que deberá incluir fechas, horas, toreros y ganaderías. Los precios de las entradas y los abonos podrán valer hasta 15 puntos y no podrán ser superiores a los de 2019. Además, la arrendataria se compromete a venderlas telefónicamente y a través de internet y podrá tener un punto móvil para realizar esta gestión.
Las mejoras ofertadas se evaluarán con hasta 10 puntos y la renta o canon que proponga cada licitador, con 25. El mínimo que contemplan las bases son 60.000 euros más IVA por el arrendamiento de la plaza durante un máximo de un mes, tiempo suficiente para que, además del desarrollo de la feria, la empresa pueda organizar los preparativos previos.
La solvencia es otro punto contemplado en el documento. Los licitadores deben ser –o haberlo sido– titulares o concesionarios de alguna plaza de toros de primera o segunda categoría y, económicamente, acreditar una facturación anual de al menos un millón de euros al año –durante los últimos tres–. Entre las obligaciones que debe cumplir el adjudicatario se encuentra la de respetar las tradiciones taurinas promovidas por las peñas y publicitar la feria a nivel local, regional, nacional e internacional. Durante los días que dure la Feria de Santiago la empresa tendrá que prestar los servicios de almohadillas y bares de la plaza de toros y aquellos «que se consideren oportunos para el bienestar de los usuarios».
También se mencionan los controvertidos 325 abonos «de cortesía» a los que estos días han hecho referencia el concejal de Urbanismo, Javier Ceruti, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual. El primero pidió que dejasen de entregarse –«Quien quiera toros, que se los pague», sostiene– y la segunda defendió que se reservan «tradicionalmente» para diferentes autoridades. Pues bien, el pliego también contempla que se pongan a disposición del Ayuntamiento los palcos institucionales, ocho barreras y cuatro contrabarreras.
Los socialistas pidieron ayer a Igual que «rectifique» y suprima los abonos de las condiciones del contrato para el arrendamiento de la plaza de toros. «El equipo de gobierno disfruta a su antojo de abonos para hacer política partidista en la ciudad». El concejal del PSOE Daniel Fernández consideró que deberían limitarse a los palcos institucionales, las ocho barreras y las cuatro contrabarreras, «serían suficientes para las invitaciones de protocolo».
El concejal de Patrimonio y consejero del PP en el Consejo de Administración de la plaza de toros, Víctor González Huergo, le respondió eludiendo a su «incoherencia», ya que los socialistas votaron a favor de los pliegos de arrendamiento. «La medida se adoptó por unanimidad de todos».
1
Objeto. Alquilar el recinto taurino para la celebración de la Feria de Santiago.
2
Plazo. El alquiler comprenderá un plazo máximo de un mes para realizar preparativos.
3
Canon. La mensualidad de 2020 se fija en 60.000 euros más IVA, mejorable al alza.
4
Solvencia. La empresa acreditará una facturación anual de al menos un millón de euros.
5
Garantías. El arrendatario dará 6.000 euros de fianza para mantener su oferta.
6
Ofertas. Se presentarán en los 20 días naturales siguientes a la publicación del anuncio.
7
Selección. El consejo de administración elegirá a la empresa que tenga más puntuación.
8
Adjudicatario. Obtendrá los permisos y autorizaciones necesarios para la celebración.
9
Arrendador. Entregará el recinto en adecuadas condiciones para la celebración.
10
Jurídico. La relación entre ambas entidades será la propia de un contrato de arrendamiento.
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