![«Se me fue un poco el cable»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/06/21/juicio568-RJKo43v8ySIkXBhMTLrqmGI-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Nacho González Ucelay
Santander
Viernes, 21 de junio 2024
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha juzgado hoy, viernes, a un joven que este agosto va a hacer dos años propinó un machetazo en el cuello a otro causándole dos heridas –una en el propio cuello y otra en la mano ... derecha, con la que la víctima trató de parar el golpe– porque, según ha dicho, el agredido y sus amigos se habían reído de él. «Se me fue un poco el cable», ha admitido ante el tribunal el acusado, que ha asegurado que con su ataque «solo quería darle un susto». «Si hubiera querido matarle, le hubiera matado».
Según se ha explicado durante el juicio, agresor y agredido se conocían «del barrio», donde, un año atrás, y sin que se sepa su motivación, el primero ensució con excrementos una bicicleta propiedad de uno de los amigos del segundo, que, inmediatamente, le obligaron a limpiarla.
El día 6 de agosto de 2022, el encausado, que ha dicho que a veces ve «sombras» que le persiguen (los forenses que le examinaron han declarado que el procesado sufre un trastorno de tipo psicótico y que su actitud no fue explosiva sino que venía haciendo «una rumiación de largo recorrido» desde el conflicto con la bici) se cruzó con su víctima en la tienda en la que esta última se gana algún dinero llevando la compra a sus vecinos.
«Me lanzó una mirada amenazante y escupió al suelo», ha recordado en el juicio el agredido, que, al salir del comercio cargando con sendas bolsas de un pedido, se encontró al procesado a la altura de la parada de autobús situada frente a urgencias del Hospital Valdecilla.
Allí fue donde el encausado le asestó un machetazo del que él apenas fue consciente.
«Pensaba que me había golpeado con cualquier otra cosa», ha confesado el chico, que ni siquiera se percató de que, además del que sufrió en el cuello, presentaba otro corte en una mano que al parecer utilizó para defenderse de «un golpe seco».
Una vez escuchados los testimonios, la fiscal ha decidido rebajar su petición de condena de ocho a cuatro años y once meses de prisión al aplicar una eximente incompleta por ese trastorno, y otros cinco años de libertad bajo vigilancia y tratamiento médico, una pena a la que no se han adherido ni la acusación particular, que en su caso mantiene su petición de diez años de cárcel, ni su defensa, que pide la absolución porque su cliente «no está en su sano juicio».
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