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Un hombre de entre 30 y 40 años ha enarbolado esta mañana un objeto punzante en Urgencias del Hospital Valdecilla, causando «momentos de tensión» entre los pacientes y el personal hospitalario. «Se empezaron a oír gritos y los celadores y vigilantes alertaron a los que se asomaban para ver qué ocurría: ¡Esto es peligroso! ¡No podéis estar aquí!», cuenta una testigo que estaba en el box contiguo cuando, sobre las 09.30 horas de este viernes, sucedió este incidente. Los guardias de seguridad consiguieron reducirlo, a pesar de los intentos de este joven por enfrentarse a ellos. Al instante llegaron varios policías, que se hicieron cargo de la situación. «Eran seis policías nacionales y otros dos de la secreta, corriendo por el pasillo hasta llegar al box», explica la testigo.
Este paciente había llegado al hospital sobre las nueve de la mañana. Iba «tranquilo», aun con síntomas de ingesta de tóxicos, con la idea de curarse unas heridas. Cuando esperaba a ser atendido dentro de un box sufrió «un brote», según fuentes hospitalarias, y se puso «muy agitado y agresivo». En un momento dado cogió un objeto punzante de uno de los carros con instrumental médico, concretamente un laringoscopio, salió del box al pasillo «y se puso a gritar, a insultar, a pedir medicación» enarbolando el artilugio, generando «un barullo considerable». El personal de seguridad sacó sus defensas y trató de reducirlo y convencerlo para tirara lo que tenía en la mano, mientras se apartaba a la gente de la zona. Desde el hospital se llamó a la Policía Nacional y se puso en marcha el protocolo habitual en estos casos. Los primeros instantes fueron de gran confusión, pues no se apreciaba qué tipo de arma podía llevar en la mano. «Parecía un cuchillo», según testigos. La llamada a la Policía incluso refirió que llevaba una pistola.
Los vigilantes consiguieron que se metiera otra vez dentro del box y que se tumbara en el suelo. Al soltar el artilugio pudieron comprobar que era un laringoscopio. Después, se tumbó en una camilla y los agentes de seguridad lo mantuvieron agarrado hasta que llegó la Policía. Todo ocurrió «muy rápido», cuentan, «la Policía no tardó ni un minuto». Acudieron tres patrullas, con agentes empuñando sus armas cuando en principio se pensó que el hombre llevaba pistola. Se lo encontraron ya en la camilla y, en un momento, el individuo hizo ademán de levantarse otra vez, pero entre los vigilantes, la Policía y el personal del hospital lo tumbaron de nuevo y ha permanecido durante horas «con medidas de sostén» (atado).
No pudo ser tratado en ese momento con medicación para frenar los efectos de las drogas que había consumido, «frente a cierto tipo de sustancias solo se puede esperar a que se le pase», según las mismas fuentes, y hubo que esperar a que se calmase para poder sedarlo.
En el momento de ocurrir este percance la zona de Urgencias no estaba demasiado concurrida y desde el hospital confirman que este hombre no llegó a herir a nadie.
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Ana del Castillo
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