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Ángela Casado
Santander
Miércoles, 6 de noviembre 2019, 07:14
Porrúa es, desde ayer, la décima zona de Santander que cuenta con escaleras mecánicas. Las obras para habilitar el entorno de la calle Valencia comenzaron a finales de abril y durante la mañana de ayer se colocaron las tres piezas que conforman este ... nuevo 'itinerario mecánico' –dos escaleras y una rampa–, aunque todavía no han entrado en funcionamiento. El plazo de la obra, de diez meses, termina en febrero del próximo año, aunque desde el Ayuntamiento esperan acortar los tiempos y ponerlo en marcha antes de que termine el 2019.
Esta nueva apuesta por la movilidad vertical tiene el objetivo de hacer «más asumible» la pendiente del 12,5% presente en esta calle y facilitar la movilidad de los peatones. Además, aprovechando estos trabajos, «también se están abordando actuaciones de urbanización y mejora del entorno de la vía», apunta el concejal de Fomento, César Díaz. A la par que estas obras, se está adecuando la calle Enrique Gran, en el barrio Entrehuertas, para colocar también escaleras mecánicas. Esa intervención maneja unos plazos similares, ambas suman una inversión de más de 1,5 millones de euros y las está ejecutando la empresa SIEC.
Con la instalación de los dos tramos de escaleras mecánicas y otro de rampa se conectarán las calles Camilo Alonso Vega y Navarra y se salvarán los 13,16 metros de desnivel que hay a lo largo de los 79 metros de distancia del trayecto. El recorrido parte de Camilo Alonso Vega, donde las primeras escaleras desembocan en la calle Islas Canarias y, desde esta, otras terminarán en la de Valencia;la rampa, que se ubica en el margen derecho de esta vía, llega finalmente hasta la calle Navarra.
Además, con la urbanización de la calle, las aceras tendrán una anchura mínima de 1,80 metros y un único carril de vehículos de 3,20 metros. La urbanización se completa con la construcción de tres alcorques con sus respectivos árboles en el ensanchamiento de la calle antes de llegar a la calle Navarra.
Santander cuenta con nueve itinerarios de movilidad vertical, que son utilizados cada año «por más de ocho millones de usuarios», apunta Díaz. Los que se están instalando en los barrios de Porrúa y Entrehuertas serán el décimo y el undécimo. El objetivo del Ayuntamiento es «facilitar la movilidad a todos los ciudadanos y favorecer una ciudad cohesionada en la que los barrios estén cada vez mejor conectados».
Con esta red de ascensores, rampas y escaleras mecánicas se contribuye a «reducir el uso del vehículo privado en el casco urbano». Los proyectos de movilidad vertical suponen también una «mejora de la calidad de vida para los vecinos y contribuyen a vertebrar la ciudad con ejes de conexión transversal en sentido norte-sur».
Las actuaciones desarrolladas hasta ahora han incidido de «manera especial» en esa conexión transversal entre las zonas más altas y más bajas de la ciudad y en acercar el centro a esos barrios situados a diferentes niveles. Y ahora, con los proyectos de las calles Enrique Gran y Valencia se pasa a intervenciones «más concretas», en lugares con especiales dificultades para la movilidad de los vecinos. Todo ello, concluye Díaz, para que los santanderinos «primen los desplazamientos a pie como alternativa sostenible al vehículo».
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