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Eduardo Mora (Santander, 1951) es desde hace apenas unos días el nuevo presidente de la Real Sociedad de Tenis de La Magdalena. Socio desde el año 1986, cuando traspasa las puertas del club asegura sentirse «como en casa», porque, según dice, «se ha creado una ... gran familia». Exdirector de la Escuela de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación y del Departamento de Matemática Aplicada y Ciencias de la Computación de la Universidad de Cantabria, durante los próximos cuatro años le tocará dirigir una entidad que tiene cerca de 10.000 socios, entre juveniles y de número.
–No es la primera vez que se presenta a estas elecciones. ¿Qué le lleva a querer asumir esta responsabilidad?
–Por mi trayectoria profesional, soy una persona que cuando cree que algo se debe de hacer de otra manera, se implica para conseguirlo. Mi objetivo es cambiar la gestión y me siento capaz de hacerlo. Pero quiero dejar una cosa clara: esta es la casa de todos y vamos a ser la junta directiva de todos, tanto de los que nos han votado como de los que no, incluido el personal, parte esencial del club.
–¿Qué rumbo tomará esa gestión de la que me habla?
–Lo primero, no quiero juzgar la gestión de la anterior junta. Voy a impulsar la relación entre los socios para que este lugar vuelva a ser el sitio de encuentro y convivencia que era antes y que en los últimos años ha decaído.
–La restauración es una parte esencial del club.
–Este es un club más social que deportivo, así que imagínate si es importante la restauración. Me he lanzado a la piscina y me he metido hasta la cocina. Estoy hablando con todo el personal. Vengo casi a diario, así que veo todo lo que pasa. Estamos en plena reorganización. Lo que queremos es que el personal se sienta bien, conocer sus preocupaciones, para mejorar la relación con el socio y con su trabajo. Muchos llevan años aquí y también son parte de la familia de este club.
–Uno de los eternos debates de esta institución es su ampliación. ¿Tienen ustedes la intención de llevarla adelante?
–El lugar donde estamos es un tesoro. Pero en el aspecto deportivo, el espacio se ha quedado pequeño. Hemos localizado unos terrenos cercanos para sacar otras tres pistas de tenis cubiertas. Empezaremos ya con los trámites.
–El futuro del club está en los socios juveniles. ¿Qué les va a ofrecer para que, una vez salgan del club de pequeños, quieran unirse al de mayores?
–No queremos perder a los jóvenes en el tránsito del club juvenil a este. Queremos que vengan con sus amigos, aunque no sean socios. Tienen cinco invitaciones al mes, pero eso sí, tienen que hacerse responsables de ellos. Además, vamos darles un ambiente propio, un poco independiente de los mayores. Para ello, le vamos a dar una vuelta a la Taberna y a la bolera, para que siempre estén a su disposición.
–Con el anterior equipo, la escuela de hockey está en lo más alto del palmarés nacional, tanto en la categoría absoluta, como en la juvenil y en la femenina. Están en División de Honor... ¿Van a seguir apostando por este deporte?
–El hockey es un gran deporte. Es nuestra estrella deportiva. Enseña a los chicos a hacer equipo, a cooperar. Esto, sumado a los logros conseguidos, nos hace que queramos seguir apostando por el hockey. Pero también tenemos que potenciar más el tenis. Hay que sacar a la luz a los chicos que puedan destacar a nivel nacional, que los hay. Ayudarles a desarrollar su tenis y mejorar. Tenemos que impulsar a los futuros Alcaraz. Esto implica que hay que buscar un equilibrio económico entre el hockey y el tenis, para que los dos estén al mismo nivel competitivo. No vamos a rebajar el hockey, sino a elevar el tenis.
–¿Cuáles son los retos de la nueva junta directiva para los próximos años?
–Algo que nos parece muy importante es adaptar las instalaciones. Hay socios con problemas de movilidad y también hay que pensar que cada vez se prolonga más la vida y hay muchos socios que nos vamos haciendo mayores. No quiero hacer grandes obras, sino abordar aspectos puntuales. Ya tenemos detectadas zonas donde el acceso hay que mejorarlo muchísimo, como los vestuarios, a los que solo se puede llegar mediante las escaleras. Aún no sé cuál es la solución, pero en la junta hay otro ingeniero y juntos nos pondremos con los planos a trabajar. También en la zona de la piscina, más adelante, hay que facilitar el baño a las personas con discapacidad física, además de que alguien en silla de ruedas se pueda mover libremente por todo el club. Otro reto es mejorar las relaciones humanas, que este lugar sea más acogedor, donde nos saludemos todos, y para ello voy a habilitar un despacho para que la gente pueda hablar con su presidente de los problemas que puedan surgir en el club.
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