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Transcurridos más de siete meses desde que el pasado 13 de enero ocurriera el derrumbe de los garajes 3 y 4 en la urbanización de la calle Luciano Malumbres en Nueva Montaña, la empresa pública Gesvicán presentó ayer a los vecinos el proyecto para ... la reconstrucción de la estructura que aplastó a cerca de 100 vehículos sin causar ninguna víctima. Un plan que costará unos 3.800.000 euros, que tendrá que esperar aún a los trámites ordinarios como la concesión de licencias y que podría estar en marcha a principios de año.
Pero los residentes de la comunidad, que durante estos meses han batallado por la rehabilitación de este espacio y también por la reparación de otros desperfectos que existen en los garajes que aún quedan en pie, se plantaron ayer en la reunión mantenida con la consejera de Presidencia, Paula Fernández. Reclamaron un proyecto integral que contemple la reconstrucción de la zona destruida, así como el acondicionamiento de los garajes 1 y 2, espacios que se encuentran con desperfectos y humedades. Causa esta última, según apuntan algunos estudios técnicos, que pudo ayudar al desplome de la zona siniestrada.
«Hemos tenido que esperar todo este tiempo para que se presente un proyecto para que nos dejen todo tal y como estaba, pero esta vez con la seguridad debida. Pero es un proyecto que sólo contempla la reconstrucción de la zona siniestrada y que ni siquiera habla de volver a levantar las zonas recreativas que había en la parte superior de la losa que se cayó», comenta Pedro Perojo, presidente de la comunidad de garajes.
«Ahora, lo que quieren los vecinos es un proyecto integral, que levante la losa de nuevo, que deje las pistas deportivas y el parque como estaban y que además impermeabilice desde arriba toda la zona de garajes 1 y 2 para que se eliminen las humedades y no haya que lamentar que pueda suceder también un accidente».
En el estudio de estos últimos subterráneos encargado por la comunidad a los técnicos de la empresa Aoscultia, se indicaba que algunas humedades podían incluso llegar a comprometer a largo plazo la resistencia de algunos materiales. Por eso los vecinos solicitan que se retire toda la carga de tierra de estos espacios, que se vuelva a impermeabilizar y que se reconstruya esa zona de recreo. «Lo único que pedimos es quedarnos tranquilos sabiendo que cuando entren las máquinas a trabajar, va a ser para arreglarlo todo de una vez», certificó Perojo.
Desde Gesvicán se mostró ayer la conformidad a plantear así las cosas y a que los técnicos de ambas partes se reúnan en las próximas semanas para concretar el modo de proceder con un nuevo proyecto que contemple todo.
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