Los primeros pasos por el túnel de Tetuán desde la boca de El Sardinero
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La entrada al pasadizo recién reabierta permite ya acceder unos metros. El lunes empezarán a sacar agua con una bombaLo que se pisa ahora mismo al avanzar tres o cuatro pasos hacia el interior está, más o menos, un metro y medio por encima de la altura del auténtico suelo. La estructura se conserva en buen estado, salpicada por alguna pequeña rotura ... en la parte superior provocada por las catas. Las que hicieron para calcular exactamente por donde transcurría el pasadizo y localizar la entrada. Junto a la boca hay un montículo de hormigón derramado que obliga a agacharse un poco antes de avanzar. Unos cuatro metros. Hasta ahí se puede entrar por ahora. A partir de ese punto el camino es una piscina de agua y barro. Pero el trayecto es suficiente para ver con nitidez el túnel de Tetuán desde un lugar que nadie ha podido ver desde 1986. Desde la entrada de El Sardinero. Nadie, porque en ese año quedó sepultado por decisión municipal. Y también porque, cuando accedieron por la boca del otro extremo, avanzaron hasta un punto en el que un desprendimiento les impedía seguir. Justo el tapón que se ve por su cara opuesta a treinta o cuarenta metros -calculados gracias a la luz de un foco de obra- desde esta parte. Las fotos que acompañan esta información son un documento histórico para un santanderino con curiosidad.
Los trabajos para los próximos días ya están programados. Del enorme agujero de doce metros de diámetro que excavaron para alcanzar la boca seguirán sacando material. La base de la entrada está todavía unos dos metros más abajo. Este lunes tienen previsto empezar a achicar agua con una bomba -como hicieron por el otro lado-. «Unos doscientos metros cúbicos», comenta Eloy Gutiérrez, director de obra. Con eso esperan tener acondicionado el paso para acceder e inspeccionar en condiciones de seguridad a finales de la próxima semana. Llegarán hasta ese tapón que les impidió avanzar cuando reabrieron el túnel en 2017. Pero por el lado opuesto.
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Esos son los pasos más inmediatos. Pero la tarea contempla muchos más. La obra del túnel de Tetuán -recuperarlo y convertirlo en un itinerario para peatones y ciclistas- en realidad son tres. «La solución del proyecto desarrolla de forma lineal unos setecientos metros de nueva trama urbana, actuando tanto en los casi trescientos metros del túnel existente como en ambas bocas, hasta conseguir integrar la rasante del túnel con la del viario actual». Lo explica César Díaz, concejal del Ayuntamiento. O sea, que es el propio túnel y un espacio aún más grande sumando lo que se va a reformar en el entorno de las dos entradas. Básicamente porque ambas, a día de hoy, están muy por debajo del nivel de la calle. Y hay que ponerlas a la altura.
¿Cómo van a hacerlo? Los trabajos por la boca de Tetuán -realmente, el Grupo Las Canteras, entre Tetuán y Barrio Camino- se centrarán en el espacio que hay entre el centro de salud de la zona y el punto exacto de la entrada al pasadizo. En la calle y también en la zona verde que hay por encima -a un lado- del acceso. Para superar el desnivel (la boca está cuatro metros y medio por debajo del nivel actual del tránsito) construirán una rampa de 65 metros (y pendiente uniforme del 6%). La anchura de esa rampa se repartirá entre el itinerario para los peatones y el carril-bici para los ciclistas.
El proyecto contempla además en esta parte un espacio de algo más de cinco metros para mantener comunicados a los bloques de edificios que hay en uno de los lados -y a los locales de la planta baja-. Eso, y reponer las escaleras que hubo durante años para conectar con Barrio Camino. Las que estaban justo delante de la boca que quedó sepultada (y que se quitaron para reabrirla).
Más desnivel aún hay que superar por el lado de El Sardinero. La boca, explica Díaz, «estaba sepultada bajo once metros de rellenos». Para entender lo que van a hacer conviene imaginarse cómo era ese lugar en su tiempo. Una vaguada, una trinchera que conectaba con Joaquín Costa y que, con los años y el túnel tapado, a base de rellenos acabó siendo una cuesta de zona verde que desemboca en una explanada (justo dónde ahora está el enorme agujero).
La idea -el proyecto ha sufrido variaciones desde su diseño original- es que esa excavación, ese pozo circular, acondicionado, se deje como entrada de luz natural para la boca del túnel. Desde lo alto, se verá abajo la entrada, la original, con el escudo del tranvía (con las letras TVS) en la parte superior. Un paso intermedio -«rótula que articula la continuidad», explican los técnicos- entre el pasadizo original y un falso túnel que van a construir en los próximos meses para empalmar con Joaquín Costa y vencer el desnivel actual. Aquí no habrá rampa, sino una continuación del pasadizo subterráneo.
Será un espacio amplio, «con un ancho interior de siete metros y medio, y una altura variable entre cinco y ocho metros». Por ahora han hundido unos pilotes longitudinales a los lados y, sobre ellos, antes de empezar a retirar material, colocarán una cubierta. Lo siguiente será como trabajar en una mina. La estructura estará hecha y habrá que vaciarla. De hecho, parte de lo que retiren por debajo irá encima para recuperar el perfil original de zona verde.
PARA SUPERAR EL DESNIVEL
Es decir, para hacerse una idea, que uno saldrá del túnel original, llegará a la boca y se topará con luz natural en ese pozo abierto para después acceder al falso túnel. Ya fuera, «el trazado -concreta el concejal- continuará con una longitud de 125 metros hasta la conexión con la calle Joaquín Costa».
Para terminar el repaso -y la obra en su conjunto- falta por explicar qué harán en el interior del túnel. En sus 290 metros de largo con un ancho y un alto de 3,90 metros.
«Las ajustadas dimensiones del túnel, junto con las expectativas de utilización del nuevo vial por peatones y ciclistas, han obligado a reducir lo menos posible la sección del túnel actual. Estas condiciones, unidas al criterio de mantener y mostrar lo máximo posible los materiales originales del túnel, han decantado la balanza por la opción de consolidar el túnel actuando en el trasdós del revestimiento por medio de inyecciones de contacto que rellenarán con lechada de cemento los intersticios y espacios comprendidos entre el revestimiento del túnel y la superficie de los tres tipos de sustrato rocoso atravesados». Esa es la explicación técnica. Resumiéndola, inyecciones para crear una coraza en torno al revestimiento y, a la vez, cambiar el mortero actual de las juntas para evitar fugas del cemento inyectado e impermeabilizar la estructura.
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