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Un grupo de cuatro trabajadoras del Centro de Acogida Princesa Letizia sale cada noche a las diez para repartir comida, café, cacao, leche, agua y mantas a las personas sin hogar que se resignan a dormir en esquinas o bancos, cubiertos con cartones, cuando ... empieza a oscurecer. Se trata del programa de 'Ola de frío' que se retomó en Santander el pasado sábado, como cada otoño desde 2016 para ayudar a estas personas en situación de exclusión social. En esta ocasión, el proyecto arranca con una gran novedad: no se va a limitar a dar cobertura solo en los peores meses del invierno, sino que se extenderá todo el año, los 12 meses.
Hasta ahora, con 'Ola de frío' se paliaba la necesidad de algo de calor humano de estas personas durante cuatro meses. Antes de cada salida, las trabajadoras recogen en el establecimiento Eros Rocamar, en el El Sardinero, los pinchos y tortillas que no se hayan vendido ese día. Este local colabora con esta causa desde hace cerca de dos años y también aportan sus productos Regma, Sobaos Serafina, Café El Dromedario y Agua de Solares. La campaña se mantiene con fondos del Ayuntamiento de Santander y La Caixa, que hace una aportación de 20.000 euros.
El equipo carga alimentos y bebidas en su vehículo y lo va repartiendo por las calles hasta la una de la madrugada. El objetivo es reconfortar a los sin hogar con comida caliente, ofreciendo el abrigo de una manta y dando un poco de charla. Cada noche estas trabajadoras del centro de acogida recuerdan a estas personas que tienen una cama a su disposición en el Princesa Letizia, les informan de las alternativas e, incluso, les recuerdan tomar la medicación en caso de que así lo tengan pautado por el médico.
El número de personas que atiende el programa en Santander asciende a una veintena, aunque Gema Igual ha explicado este lunes al presentar la iniciativa que es un grupo «variado según los meses, ya que algunos se van a otras ciudades y después vuelven».
El pasado año este programa logró dos casos de éxito; uno de los sin techo vive en la actualidad en un piso tutelado y tiene un puesto de trabajo.
La alcaldesa ha destacado «el orgullo» de conseguir la reinserción de dos personas que se habían quedado en los márgenes. «A veces quienes están durmiendo en la calle creen que no les queda otra alternativa por sus circunstancias duras. Son baches que les llevan a no creer en ellos mismos. Este es un programa no visible que sirve para sacarles de la exclusión mediante un acompañamiento muy estrecho, que es lo que necesitan». A partir de ahora, la campaña no cesará cuando pase lo peor del invierno, y 'Ola de frío' dará su particular calor mes tras mes.
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